Alrededor de los huevos vaginales hay mucha literatura previa antes de que Gwyneth Paltrow los sacara a la palestra, explica la sexóloga Lorena Berdún.
Gwyneth Paltrow posiblemente sea la persona más conocida que ha hablado y aconsejado usar los huevos vaginales de jade o cuarzo, pero no es la única. Internet está inundado de webs que muestran la cantidad beneficios que estos huevecillos mágicos ofrecen al mundo vaginal femenino. Si te da por navegar en la web, vas a encontrar muchísima información al respecto aunque te invito a que, antes de hacerlo, eches un vistacillo a lo que te cuento.
Empecemos por lo más básico. ¿Qué son los huevos vaginales? Algo sencillo: imagina los huevos antiguos que se usaban para zurcir los calcetines… ¿los visualizas? Pues son exactamente eso, aunque fabricados con piedras semipreciosas. Los más populares son los de jade o cuarzo rosa, aunque también los hay de otros minerales. Están perforados de arriba abajo o de lado a lado (dependiendo del fabricante) con un fino agujero para que se pueda introducir una cuerdecita que ayude sacarlo de la vagina una vez lo has introducido. Se suele usar como cuerda el hilo dental, que al ser tan sumamente fino no molesta en absoluto para introducir o sacar el huevo.
Paltrow los pone de moda a través de su multimillonaria web Goop y una avalancha de quejas de profesionales de la salud se le echa encima. No hay evidencia científica que confirme los tan cacareados beneficios. Y es que, efectivamente, no se puede asegurar que el huevo de jade ayude a reconectar con el “Yo femenino”, que libere la energía sexual que pueda estar estancada, que despierte corrientes energéticas… etc. -Ya que todo ello son parabienes intangibles difíciles de demostrar-, perotambién es cierto que tenemos que contar con que hay cosas que se nos escapan de la cosa más puramente pragmática.
En concreto, en torno a los huevos vaginales hay literatura mucho más allá de Gwyneth Paltrow. Escuelas ancestrales como el Tao ya hablaban del uso de estos huevos por parte de las mujeres, hace miles de años. Culturas en las que se veneraba la energía de lo femenino.
A día de hoy y en un nivel no científico se podría decir que el uso del huevo de jade (o de cuarzo) puede contribuir a mejorar la salud pélvica, es decir a mantener la musculatura tonificada, así como que puede sumar beneficios en torno al placer sexual porque el movimiento del huevo dentro de la vagina podría despertar puntos de placer dormidos.
Por otra parte, en casos de vaginismo, el huevo puede ayudar a perder el miedo a la penetración y también a diferenciar entre tono muscular y tensión.
Por tanto, se podría decir que, en general, los huevos vaginales (también llamados huevos Yoni) ayudan a que la mujer desarrolle una mayor conciencia de la vagina a nivel interno.
Ahora que vivimos estos tiempos del “empoderamiento femenino” (expresión que aborrezco con todas mis fuerzas) considero que el uso de huevos Yoni puede tener su parcelilla de éxito puesto que contribuye a poner en contacto a la mujer con su más pura femineidad: la vagina. Algo absolutamente olvidado y descuidado por los siglos de los siglos (amén). Cuando le digo a una paciente que coja un espejo y se mire la vulva para ver cómo son sus propios genitales, suele lanzarme una mirada asesina, a medio camino entre el asombro y el escándalo. ¿Te has mirado alguna vez la vulva?-le pregunto- Y no se caen de la silla de milagro. Averiguad cuál es la respuesta el 90% de las veces…
La cuestión es que no sé si este huevecillo tiene propiedades tan potentes como para regular los ciclos o dotar de beneficios hormonales (entre otras muchas bondades que promete), pero parece que sí puede ayudar a trabajarse un poco la zona o, cuando menos, reconocerla.
Hablé con un ginecólogo encantador (Pablo) sobre el tema, porque quería saber su opinión profesional, y me dijo que él no podía hablar de beneficios a nivel médico pero que al menos no veía evidencias de que fueran perjudiciales para la salud. Siempre y cuando, por supuesto, se limpien bien cada vez que los usas, etc. Me comentó que, al trabajar el suelo pélvico, la zona está más irrigada y más tonificada, lo que favorecerá la lubricación. Y sí, posiblemente, el movimiento del propio huevo dentro de la vagina, despierta zonas algo dormidas y puede favorecer sensaciones nuevas a la hora de tener relaciones sexuales.
Eso sí. Estas cositas hay que usarlas bien. Y si quieres tonificar el suelo pélvico, tienes las bolas chinas o los conos vaginales, que también funcionan de perlas. Todo lo que sea cuidar la zona, bienvenido sea.
Lorena Berdún (diciembre 2019)
Lorena Berdún es psicóloga y sexóloga. Conocida presentadora de radio y televisión, dirigió y presentó los programas de sexualidad: “En tu casa o en la mía” en 40 Principales y “Me lo dices o me lo cuentas”, “La vieja ceremonia y “Dos rombos” en Telemadrid y TVE respectivamente.
Ha publicado 5 libros sobre sexualidad y es colaboradora habitual en diferentes medios: televisión, blogs digitales, así como autora del blog “Se quiere o no se quiere” (www.lorenaberdun.es), en el que aborda diversos temas relacionados con la sexualidad y las relaciones.