Vacaciones significa muchas cosas. La primera, desconectar.
A estas alturas de año, no hay palabra más bonita y evocadora que ‘vacaciones’. Contiene todo lo bueno de la vida y casi nada de lo malo. Pero ojo, para vacacionar como una reina es necesaria una cosa: desconectar.
Desconectar, como la fama, cuesta, pero con esfuerzo y algo de práctica, se vuelve tan natural que da hasta un poco de vértigo… Y más en estos tiempos nuestros.
Veamos cómo conseguir este empeño con la ayuda de los expertos de Petit Bambou, la app de mindfulness de referencia.
- Freno en varias marchas.
Igual que sabes cómo acelerar, también hay que saber frenar. Si llevas el típico ritmo loco, no tendrás tiempo de ‘aclimatarte’ al modo verano y la inercia de tus hábitos te pasará factura. Como nos sugiere Antonio Gallego, de Petit Bambou, es recomendable ‘trabajar la transición de forma progresiva. Para ello, dedica un par de días previos a la sensación de merecimiento’. Has trabajado como una bestia de carga y ahora mereces descanso. Sencillamente.
- ¡Todos a jugar!
El juego es una cosa muy seria. Lo saben bien los niños, quienes absorben información muy valiosa a través del juego, mientras se divierten. “Jugar ayuda a estar en el presente y a conectar con uno mismo”. Una guerra de cosquillas, un juego de mesa, cualquier juego con tus hijos, te vendrá fetén para desconectar cuando te asalten las preocupaciones.
- Aquí y ahora.
Estar en el presente es increíble. ¿Sabes por qué? Porque no tienes problemas. Piénsalo: normalmente las nubes negras provienen de darle vueltas al pasado o bien de anticipar el futuro. Intenta dejar la bola de cristal y vivir lo que estás viviendo. Hasta la cosa más tonta tiene sabor cuando estás ‘aquí y ahora’, aunque desde luego no es fácil conseguirlo. Te ayudará la práctica y meditar de alguna forma; una app vale, ir a un sitio a que te enseñen la técnica, también. Por tu cuenta, también. Just do it!
- ¡Adiosi, expectativas!
Complicado cuando una lleva meses soñando con las vacaciones, cierto, pero con que guardes cierta distancia entre lo que esperas y la realidad pelada, es suficiente. Si no sale como deseabas, no sufras: segurísimo que tiene un punto de humor.
- Escucha atentamente.
¿Te mueres por contar tus aventuras invernales? Tendrás tiempo, ¡estás de vacaciones! Entre tanto: “establece una mirada empática, no interrumpas, sonríe y agradece que alguien comparta sus palabras contigo. Así conectarás contigo y de paso harás que alguien se sienta comprendido”.
- Haz algo altruista.
Ser solidario implica necesariamente empatizar con los demás. Además, “la experiencia de aportar un valor social aumenta la sensación de tiempo aprovechado, y con ello, el disfrute”. Y el recuerdo, añado.
- Practica un sano egoísmo.
Si tu rutina es ultra-absorbente -y aunque no lo sea-, reserva algo de espacio únicamente para ti, ya sea para alguna afición o para estar a solas.
- Bajo el mar.
Según nuestro experto en mindfulness, el buceo o el snorkel son actividades perfectas para vivir el presente. “Al conectar con la respiración y con un entorno distinto al habitual, se abre una maravillosa experiencia sensorial”.