Adelgazar no es fácil. Ni siquiera ‘sabiendo cómo’ con la ayuda de un profesional cualificado. Ayúdate un poquito evitando errores comunes y te será más fácil conseguir tu objetivo.

Cambiar los hábitos radicalmente es la base de todo programa enfocado a adelgazar. La dieta, el ejercicio, el descanso e, hilando fino, la meditación o alguna práctica en la línea, son imprescindibles para ir despojándose poco a poco del traje de grasa subcutánea.

Los aciertos se miden en forma de bienestar, satisfacción y tallas perdidas. Veamos 10 errores que suelen salir al paso con la ayuda de José Luís Sambeat, autor de “Coaching nutricional”.

adelgazar-1

  1. Aplicar en uno mismo la dieta que le ha funcionado a otra persona.

Mal. Error. Meeec. El metabolismo de cada persona es una combinación única de genética y estilo de vida, por lo que nunca se debe imitar dietas sino encontrar la que se ajusta a ti, y para ello sólo te puede ayudar un nutricionista.

  1. Comunicar a propios y extraños que te has propuesto adelgazar y estás a dieta.

En general, la gente que nos rodea nos quiere tal y como somos o bien tiende a aconsejar sin ton ni son. Escuchar ‘pues no te hace falta’ o ‘sáltatela que no pasa nada por un día’ no ayuda demasiado. Mantén tu compromiso para ti y para la gente con quien convives y, sencillamente, elige las opciones que entran dentro de tu dieta cuando compartas una comida con otras personas.

  1. ‘El lunes empiezo. Palabrita del niño Jesús’.

Todo un cliché, ¿verdad? Según el experto, es preferible empezar el viernes, cuando se busca la recompensa tras una dura semana y la comida parece ser una buena idea.

  1. Lanzarte a hacer dietas hipocalóricas para bajar mucho peso muy rápido.

No se trata de pasar hambre, sino de comer mejor. Un buen plan nutricional debe contener una amplia variedad de alimentos, y el déficit calórico (la diferencia entre lo que ‘ingresas’ y lo que ‘gastas’) debe ser razonable y ajustado a tu sexo, edad y actividad diaria.

  1. Dejarte seducir por las ‘dietas milagro’.

La de la alcachofa, la de la piña, la del canto a la luna llena mientras Plutón se alinea con Marte… Ya sabes. Esas dietas ‘magufas’ que de tanto en tanto aparecen por la red.

  1. Pesarte todos los días.

La pérdida de peso no es un proceso lineal. Se pierde peso y se estabiliza, se pierde otro poco más y se fija, y así sucesivamente. Es preferible pesarse una vez a la semana, siempre el mismo día y en las mismas condiciones.

  1. Fustigarte en cada salto de dieta.

Es incluso recomendable para avivar el metabolismo y que no se estanque, ¡aunque tu nutricionista será quien te paute las ‘comidas trampa’! Si te la saltas, no te preocupes, tienes tiempo para volver al ‘camino recto’.

  1. Comparar tus metas y resultados con los de otra persona.

No, niet, nain. Y menos si es varón y tú una mujer, puesto que su índice metabólico y su masa muscular son superiores. Además, no estás compitiendo, recuerda. Enfócalo como algo que haces por y para ti.

  1. ¿Te suena lo de compensar? Pues mejor no lo hagas.

Según el nutricionista, comer a la plancha (o no comer) después de un atracón sólo sirve para descompensar el metabolismo y que el cuerpo genere mecanismos de defensa ante tanto ‘desenfreno’.

  1. Pasarte la vida a dieta.

Más que ‘a dieta’, considera que se trata de un cambio de hábitos que, esos sí, son para toda la vida. Hábitos donde tengan cabida los caprichos, en una proporción discreta, sin que tengan impacto en tu nueva composición corporal.