A falta de interpretar ‘su mejor papel’ –que así dice el sobado cliché-, bien está poner rostro a los perfumes de Chanel.
El Chanel-post-Lagerfeld suma nueva musa a su escudería de embajadoras de campanillas. De los productores de las fragancias más icónicas del universo del lujo, llegan nuevas campañas y nueva protagonista, Margot Robbie, tras los pasos de mujeres tan reconocibles como Nicole Kidman, Kate Moss, Kristen Stewart o Keira Knightley.
La actriz australiana apuntala así su relación con la casa francesa tras prestar su imagen a la división de moda en 2018. Un idilio consolidado que Robbie califica como ‘un sueño. La historia de la mujer Chanel es emocionante y la firma ha permanecido como un poderoso estandarte del estilo femenino’. De la moda a la belleza según los criterios del Káiser para su ‘pool’ de embajadoras, siempre mujeres carismáticas, misteriosas, exitosas y seguras de sí mismas.
A falta de conocer intimidades como si Margot duerme tal y como Dios en persona la trajo al mundo – pero con unas gotas de Chanel nº5-, tenemos claro que le llueven los proyectos. Todos la recordamos –y quien no, es porque no ha visto la peli- en “El lobo de Wall Street” (Scorsese, 2013), el papel que la dio a conocer al gran público y que le sirvió para conseguir papeles protagonista tan interesantes como el de Tonya Harding en “Yo, Tonya”, con el que además consiguió una nominación al Óscar.
Pronto la podremos ver como reina Elizabeth, en “María, Reina de Escocia”, y será heroína Tarantino –otro nivel- en “Érase una vez en Hollywood”, la esperadísima novena película del genio de Knoxville ambientada en el Hollywood de los 60 y en la que interpreta a Sharon Tate junto a Brad Pitt y Leonardo DiCaprio -cómo se lo deben estar pasando, ¿no?-.
Auguro unos preciosos anuncios estilo fashion film con una Margot muy evocadora y muy millennial inspirando unas irresistibles ganas de rociarnos vivas con Chanel. Permanezcan atentas a sus pantallas.