Tras un parto, el cuerpo se resiente y el pecho es una de las zonas que más trabaja para que esa nueva vida prospere.
Lidiar con un bebé, las hormonas que se revolucionan tras el parto, el pecho que tiene que alimentarlo, y luego queremos que esas mamas vuelvan a su estado anterior. No es tan fácil pero podemos hacer algunas cosas para mejorar.
La lactancia es un época complicada en las mujeres. Es cierto que es una maravilla pero no es fácil: que si sube la leche, que si no sube, que si el bebé aprende, que no sabe porque es muy pequeño, que duele al principio, que a veces te sientes incómoda, que los pechos se ponen como cántaros y te los tropiezas a cada paso, que si el sujetador de lactancia, que si… Las mujeres tenemos el gran don de dar la vida y de alimentar esa vida durante sus primeros meses, pero en ocasiones es agotador.
Tras el parto no eres la misma y es normal que el pecho pierda firmeza durante ese periodo. Esa pérdida de firmeza es directamente proporcional al tamaño del pecho y a la cantidad de hijos que has tenido. Si es uno, es más fácil que las mamas vuelvan a su estado inicial antes, pero como tengas varios hijos, aquello se cae, se expande y, en fin… Me recuerda a la hija de una amiga, que después de 4 partos la última de las hijas dijo a su madre: “mamá tu no tienes las tetas grandes, las tienes largas”. Es así, sin nada de firmeza.
¿Podemos hacer algo? Lo intentamos, que no se pierde nada y podemos ganar mucho.
Se caerá menos si haces ejercicios de pectorales antes del embarazo, usas un sujetador adecuado y se ha “cuidado los pezones” para evitar las grietas. Hay médicos que dicen que sí se pueden evitar y otros que no. Yo di con uno que sí creía que se podían evitar y lo cierto es que nos las tuve.
Habla con tu médico o tu comadrona y que te orienten. Si estás dando el pecho, acuérdate de tener la máxima higiene antes de poner al bebé al pecho. Aplícate una crema para regenerar la piel e incluso usarla durante el embarazo para hidratar la zona del pezón aumentando la elasticidad de la piel.
Si aparecen las tan temidas grietas, hidrata los pezones con esta crema de la marca Babé después de cada toma para regenerar la piel.
Precio: 12 euros
De venta en farmacias
Si las estrías ya han hecho su aparición, podemos intentar mitigarlas y prevenir que aparezcan otras nuevas.
Bodybutter, de Ami Iyök está formulada con sacha inchi, una semilla conocida como maní de los incas que posee altos contenidos de aceites y proteínas; aceite de oliva, de soja, aceites cítricos, aloe vera y manteca de karité. Es una crema rica en antioxidantes que enriquecen la piel con ácidos grasos esenciales dando como resultado una piel más elástica e hidratada, que además, reducen la inflamación, el enrojecimiento, el picor y la irritación de la piel.
Precio: 51 euros
Y si ya no hay remedio con la cosmética, aún queda la cirugía. El doctor José María Franco Góndora, de la clínica FG de Madrid, recomienda la elevación de pecho o mastopexia, un proceso quirúrgico que permite corregir la caída del pecho mediante su elevación y remodelado consiguiendo así un resultado natural y rejuvenecido de la mama.