48.121 personas se han congregado para ver en San Mamés un partido de fútbol femenino.
Que la Catedral del Fútbol, el estadio de San Mamés, en Bilbao, haya albergado el 30 de enero pasado a 48.121 personas para aplaudir al Athletic Club de Bilbao y al Atlético de Madrid, partido que daba el pase a la semifinal de la Copa de la Reina es un hecho histórico que no había tenido precedentes en el fútbol femenino europeo. Según el diario Marca, el estadio “no ha logrado congregar a tanta gente en ningún partido de esta temporada. El mejor dato de este curso fue 46.884 espectadores para el derbi contra la Real Sociedad”.
Ole por estas damas del deporte.
“Se me saltaban las lágrimas al ver la cantidad de gente que se había congregado para vernos”, ha dicho una de las jugadoras. Ninguna se podía creer aquel despliegue de público en el estadio. No creo que haya levantado tanta expectación un partido de fútbol femenino desde que en los años 70 jugaran Folklóricas contra Finolis. Lola Flores y Rocío Jurado, entre otras, se midieron las fuerzas frente a Encarnita Polo o Conchita Bautista. Ahí es nada. Las más jóvenes casi ni las conoceréis pero aquel partido fue algo más que una pantomima y pagaron a cada una de las integrantes de los equipos 20.000 pesetas -unos 120 euros-, que no era moco de pavo en aquella época.
Si aquello, hace 40 años, fue algo impensable, digno de aquellas mujeres de rompe y rasga que se dedicaban al teatro o a la música, con el paso de los años llegaron tiempos mejores. Unos años antes, la estadounidense Kathrine Switzer se puso el mundo del deporte por montera y participó en el maratón de Boston en 1967 cuando aún no estaba permitido a las mujeres y tuvo que deshacerse como buenamente pudo de un comisario de carrera que intentaba impedírselo. Aquel dorsal -el 261- fue casi un número de reivindicación de las mujeres a favor de la igualdad de género.
Mucho antes, una española, Lili Álvarez, fue la primera mujer deportista española que participó en unos Juegos Olímpicos: los de Invierno de Chamonix de 1924. Arancha Sánchez-Vicario, Conchita Martínez, Lidia Valentín, Mireia Belmonte, Blanca Fernández Ochoa, Gemma Mengual, Edurne Pasabán, Carolina Marín, Isabel Fernández, Ruth Beitia, Garbiñe Muguruza, Alba Torrens… y muchas más poco a poco han ido conquistando metas y triunfos.
Por eso, y aunque han sido muchas las deportistas españolas que han dado el callo para llegar al podio, tiene más valor este espaldarazo del fútbol femenino. Y eso, a pesar de que no ha sido fácil para ellas y, sobre todo, porque están muy por debajo económicamente hablando de sus compañeros hombres. Mientras, por ejemplo, Modric gana 9 miliones de euros al año y Griezmann, 25, las mujeres futbolistas “tienen un sueldo decente”, me contaron, sin querer mojarse nada, desde el departamento de prensa del club bilbaíno.
¿Qué es decente? Las jugadoras mejor pagadas del mundo ganan entre 500.000 y 70.000 dólares, y ninguna es española, que deben ganar infinítamente menos. Calderilla, en comparación con los chicos. Desigualdad absoluta, claro.
Con la nueva Ley del Deporte que parece que puede llegar a buen puerto -el viernes 31 de enero se aprobó el anteproyecto de Ley-, a pesar de las zancadillas de algunas asociaciones profesionales, las mujeres deportistas estarían de enhorabuena porque se equilibrarán las becas deportivas, independientemente del sexo del deportista, lo que no sucede ahora, y se promocionará la igualdad entre ambos sexos, incluyendo el deporte femenino que no estaba regulado. En un mes sabremos cómo queda esta Ley.
Mientras tanto, felicitamos a las jugadoras de los dos equipos que jugaron el día 31 y que llenaron el estadio. Da igual que ganara el Atlético de Madrid y que pase a la semifinal de la Copa de la Reina. Y también da igual cuántos goles marcaran. Lo que importa es que ya no se mira raro a una chica futbolista, que ellas también hacen lo que les gusta y que no tienen que dar explicaciones.
P.D.: Este post viene tristemente con postdata. Con lo bien que parecía que iban las cosas del deporte, el sábado 2 de febrero llegan unos energúmenos del equipo de veteranos del Terrassa e insultan a las jugadoras del Terrassa B femenino y la EF Viladecavalls, del grupo 2 de Segunda División con lindezas como: “Iros a la cocina, iros a fregar, sois unas mierdas, sois unas cerdas”, según recoge el acta. No, chicos, así no. De esta manera solo habéis conseguido más rechazo y habéis quedado como lo que sois: unos machistas maleducados. Y así lo ha percibido el Terrasa FC expulsando al equipo entero de veteranos y retirándolos de la competición.