El perfume para Jesús del Pozo es como una caricia. Probablemente uno de los elementos que poseen la relación más íntima con cada mujer. Cada aroma rememora nuestros sueños, nuestras expectativas. Ámbar, el nuevo perfume de Jesús del Pozo, es un homenaje a 35 años de trabajo. En este aroma, la perfumista Marie Salamagne ha querido plasmar la personalidad y el estilo del diseñador.
¿Qué evoca Ámbar?
Ámbar, como su nombre indica, toma como referencia la naturaleza como la más bella lección de perfección. El ámbar es una materia pura y misteriosa, que ocupa con su sensualidad las notas del fondo. Es una invitación a la pasión y un retorno a la elegancia de lo natural.
Los dos componentes fundamentales son el ámbar y el Iris. En sus notas de salida, bergamota, mandarina, cardamomo. En el corazón, iris, té verde y peonía. De fondo, ámbar, cedro y salvia. Todo ello resulta en un perfume cálido y envolvente, sensual y sugestivo.
Su frasco está inspirado en formas distorsionadas de la propia materia. Toma la forma de un amuleto ancestral, magnético a la vista. Está sellado por un medallón que recoge el logo de la fragancia. El color del frasco es como un tipo de ámbar, aunque el ámbar orgánico puede contener múltiples tonalidades.
La mujer Ámbar es femenina y triunfante. Es sensual. Estimula los sentidos de los demás y suscita reacciones asociadas con las emociones. Al mismo tiempo, es más sensible a la percepción a través de los sentidos. Disfruta con los placeres de la vida. Se deleita viendo, saboreando, tocando, oliendo y oyendo. Es más sensible a la percepción a través de los sentidos. No es sólo algo erótico, sino que proyecta sentimientos espirituales. La sensualidad más femenina. En palabras de Jesús del Pozo: “el ámbar es en el perfume lo que el corsé en los vestidos de época”.