5 de cada 10 reacciones alérgicas tratadas en urgencias se deben a la ingesta de algún alimento.
Las alergias alimentarias y sus primas hermanas, las intolerancias, son cada vez más frecuentes y afectan a millones de personas en todo el mundo. Cualquier comida puede producir alergia pero existen 8 que estadísticamente tienden a causar la mayor parte de ellas: cacahuetes, huevos, leche, mariscos, nueces, pescado, soja y trigo.
Mientras una alergia es un problema que puede llegar a ser grave e incluso letal, las intolerancias son menos graves aunque no hay que perderlas de vista porque te aguan las fiestas.
Como ya estamos en plena vorágine de fiestas de Navidad, con cenas y comidas, las alergias están a la orden del día si no somos cuidadosos con nuestra alimentación.
Los marisco y los frutos secos son los alimentos que más alergias provocan y son estas fechas cuando más los comemos.
No debemos incurrir en el error de tratar de igual manera las alergias que las intolerancias. Las primeras consisten en que nuestro organismo percibe como nociva una sustancia -normalmente una proteína, que denominamos alergeno– que no lo es. Este contacto activa una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo. Las intolerancias, que no es en ningún caso sinónimo de alergia, suelen estar ocasionadas por deficiencias enzimáticas. Las intolerancias más frecuentes son a la lactosa, al gluten y a la fructosa. Mientras que las dos primeras son más fáciles de localizar, la fructosa es bastante más complicado porque son muchísimos los alimentos que contienen fructosa o algún derivado de ella.
Afortunadamente, en 2005 se aprobó un Real Decreto en el que se obligaba a que en las etiquetas de alimentos se informase de la presencia (aunque fuese en cantidades ínfimas) de 12 alérgenos. Así se hace un poco más sencilla la labor de elegir qué comer. Si os fijáis en los etiquetados, casi todas las alergias e intolerancias tienen su símbolo excepto la fructosa. No sabéis lo difícil que es bregar con ella. Os lo digo por experiencia.
Por suerte no todas las alergias e intolerancias producen daños graves. La prevención es clave para luchar contra ellas porque no existe nada que evite que se produzca aunque la comunicad científica está trabajando para determinar las causas de la patología y atajar el problema de raíz.
Lo más importante es prevenir. ¿Cómo? Apunta estas 5 ideas:
- Lee detenidamente los ingredientes. Aunque puede parecer algo obvio, ¿lo haces? Las prisas o el exceso de confianza en muchos de los productos que compramos e ingerimos pueden jugarnos una mala pasada. Por eso, es aconsejable leer detenidamente la lista de ingredientes y alérgenos, sobre todo de aquellos alimentos que se consumen por primera vez.
- ¡Trazas! Cuidado. Puede que en el listado de ingredientes no aparezca, pero muchos alimentos pueden contener trazas. Buen ejemplo de ello son los patés y embutidos, que pueden contener trazas de leche, o los bombones de chocolate, que pueden contener harina.
- Ante la duda… Hay que ir a lo seguro. También es importante poner atención a la contaminación cruzada, sobre todo a la hora de cocinar en casa. Hay que lavar bien los alimentos, además de no mezclar los utensilios de cocina.
- Mejor pecar de pesado. Si comes fuera, avisa al camarero de nuestra alergia o intolerancia para que pregunte en la cocina y así te aseguras de que no te servirán nada que no puedas tomar. Las personas con anafilaxia y que pueden tener una reacción alérgica más grave deben llevar siempre consigo una inyección intramuscular de adrenalina, ya que el establecimiento no tiene porqué contar con ella.
- Adiós a lo crudo. En estas fechas mejor olvidarse de los pescados crudos (goodbye sushi) y si se opta por cenar o comer pescados frescos como lubina, salmón, atún o dorada, es fundamental que estén bien cocinados antes de consumirlos ya que los pescados crudos pueden tener anisakis y provocar reacciones alérgicas a todo tipo de personas.
A pesar de todos estos problemas ¡Feliz Navidad con música!