¿Y qué le importa a nadie cómo está el alma de Cher?
Hola. Me apetecía mucho usar como titular este parafraseo de Robe Iniesta, de Extremoduro, no se lo tomen por lo literal. El alma de Cher nos puede llegar a importar en términos abstractos e incluso filosóficos, pero entendámonos: no tanto como su salud o como el presunto pacto con el diablo / relación de intensa fidelidad con la cirugía plástica, que viene manteniendo desde hace años y que tantos rumores suscita cada vez que la diva aparece en público, como lo ha hecho recientemente con motivo del estreno de la segunda parte de Mamma mía!, ese aclamadísimo musical con banda sonora puretDIGO NOSTÁLGICA de ABBA que tanto les gusta a ustedes. Cher aparece en varios actos viva y coleando y lo que La Gente piensa invariablemente es 1) “¿de verdad tiene 72 años?” y 2) “¿pero qué se ha hecho ahora?”.
Esto es un blog de belleza. Tú ya te habías dado cuenta -¡gracias por venir, por cierto!-. Sin embargo, no es la voluntad de esta que suscribe dar cuenta de los múltiples contrachapados, injertos, pespuntes y desbrozos que ha tenido a bien costearse la artista, sino pegar un sonoro repaso a los temas más emblemáticos de uno de los grandes iconos gays de nuestra era. Lo que es lo mismo que decir un icono de la libertad.
1965, 4 años antes del desmadre de 1969 y su revolucionario verano del amor que daría inicio a la Contracultura en Estados Unidos –la madre del cordero-. La pareja formada por dos jovencísimos Cher y Bono (Sonny Bono) iniciaba su reinado como dúo más sexy del rock and roll hasta entonces conocido. Aunque ahora cueste creerlo e inspire cierta ternura, en las comunidades más conservadoras se les consideraba moralmente subversivos, y se hicieron francamente populares encadenando cúspides con simas hasta que se les agotó la fórmula (y el amor) y se centraron en sus respectivas carreras en solitario.
Escrita por Sonny Bono, e interpretada, claro, por Cher, Bang Bang (My Baby Shot Me Down) es uno de los grandes hits de la diva, y de ella han hecho covers artistas tan dispares como Bon Jovi, Nancy Sinatra, Paul Weller, Isobel Campbell, Cypress Hill, Carla Bruni o David Guetta, ¡entre otros!
Corría 1975 cuando Cher y Tina Turner se marcaron esta asombrosa interpretación de Shame, Shame, Shame en The Cher Show. Creo que no hace falta añadir nada sobre los lookazos, los pelazos, las piernacas y la performance, excepto quizá ‘supera eso, Beyoncé’ o ‘mientras tanto, en España’…
Seguimos para Bingo con 1975 y The Cher Show, donde una modernísima Cher -¿no es este su peinado más trepidante?- daba la réplica al hombre de Marte David Bowie en una alianza de carismas absolutamente irrepetible.
Pulsamos el botón de fast forward para acercarnos al fin del primer milenio. En 1998, justo un año antes de que la humanidad en pleno pensara que se iba a producir una catástrofe informática que nos hundiría –de nuevo- en las tinieblas, Cher se descolgaba con este descocado abuso kitsch del invento conocido como autotune demostrando, una vez, que sus excesos no tenían límite. El público celebró a la ya muy consolidada diva en discotecas de todo el mundo.