El nuevo miembro de la familia real británica practica yoga facial para estar perfecta
Desde que anunció su compromiso con el príncipe Harry de Inglaterra, Meghan Markle ha copado portadas a nivel internacional. Y es que no es para menos: la actriz y activista humanitaria es como Mary Poppins, perfecta en casi todos los sentidos. Además de su belleza interior, a nivel exterior llaman mucho la atención sus facciones perfectamente cinceladas, fruto de la genética y de un truco de belleza natural conocido como yoga facial.
En una entrevista con Birchbox, Markle confesó que el secreto de su cutis pluscuamperfecto es la combinación de las manos de su facialista, Nichola Joss, junto con ejercicios de yoga facial que practica en casa para “esculpir el rostro de dentro hacia afuera”. Un interesante concepto que, encima, es gratis. Bellezas Puras, apuntad que la cuesta de enero se hace dura y hay pocas soluciones tan buenas, bonitas y baratas para tener un óvalo facial perfecto.
El yoga facial es, por así decirlo, una gimnasia para el rostro que nada tiene que ver con una comuna hippie. Alessandra Scavone, experta en lifting facial no quirúrgico y creadora del método MASC, nos advierte de que “el rostro necesita ejercicio regular para mantenerse tonificado y firme. Los 57 músculos de la cara y el cuello también pueden cuidarse”.
Los beneficios del yoga facial son numerosos. Según la experta en yoga Danielle Collins en una entrevista con Harper’s Bazaar, los ejercicios faciales pueden fortalecer los músculos que sujetan las estructuras de la piel, y además “mejorar la circulación del sistema linfático y relajar las líneas de expresión causadas por la tensión mantenida en el rostro durante largos periodos de tiempo”. De ahí que quienes practican el yoga facial juren y perjuren que ayuda a reducir la hinchazón, mejora las arrugas y actúa como un lifting sin bisturí del óvalo facial.
Aunque lo mejor es combinar los ejercicios con un buen masaje, quienes tenemos una economía bastante maltrecha podemos adaptar el tratamiento a nuestras necesidades. Basta con hacer 10 minutos de yoga facial todas las noches seguido de un pequeño masaje con el aceite facial de nuestra elección.
Y aquí viene el quid de la cuestión: ¿dónde demonios se aprende el yoga facial? Una servidora lo practica desde hace varios meses usando un libro con fotos, pero existen clases online en Udeimy que pueden ser una buena introducción. Lo mejor es siempre la guía de un profesional, que puede crear una tabla de cuidados a medida según las necesidades de vuestro rostro. En Madrid, Carmen Navarro se especializa en rutinas de gimnasia facial, y Alessandra Scavone va a empezar a pasar consultas en varios puntos de España en los próximos meses.
Sea cual sea vuestro método de aprendizaje, Alessandra Scavone recomienda respirar profundamente para relajar la mente y los músculos a tratar, y empezar practicando delante de un espejo. ¡Ah! Y no os preocupéis si acabáis riendo a carcajadas de las muecas que estáis poniendo. Ayudan a liberar la tensión facial y a generar endorfinas. Y si no, que se lo digan a Meghan Markle, a quien siempre se la ve feliz de la vida.