Tantos regalos generan frustración
Año tras años son muchas las asociaciones que advierten a padres y abuelos de las consecuencias de que los Reyes Magos traigan a tus polluelos un exceso de regalos. del Se llama el “síndrome del niño hiperregalado” y si hoy en tu casa no cabe ni un solo juguete más, debes saber que no estás haciéndole ningún favor a tu hijo.
¿Se han convertido las navidades en una manera de limpiar conciencias?, ¿de compensar esas carencias de las que nos sentimos culpables?, ¿somos incapaces de enfrentarnos a la sana y necesaria frustración que genera en los niños no recibir todo lo que les gustaría?
Recuerdo esa maravillosa ilusión de colocar la noche de Reyes, junto a mi hermano, los zapatos de cada miembro de la familia con sus consiguientes carteles indicativos -para que no se confundieran- cerca de la ventana acompañado por supuesto de todo tipo de agasajos para sus Majestades de Oriente y sus camellos. Y ellos, cumplían con su cometido pero siempre de manera austera, uno o dos regalos acompañados siempre de un libro. Y oye, éramos inmensamente felices.
Que locura de sociedad andamos construyendo -o destruyendo- que llevamos ya unos años hablando del “síndrome del niño hiperregalado”. Que no es otra cosa que aquellos niños a los que volvemos completamente materialistas a fuerza de colmarlos de regalos. Tienen más regalos que tiempo para jugar -ya no hablemos del tiempo de los padres para jugar con ellos-.
Tan preocupante es el asunto que este año la Fundación Vicente Ferrer ha creado la campaña navideña “El Hiperregalo”. Con la que quieren despertar conciencias y aprovechar tantos excesos -estiman que los niños españoles reciben una media de 10 regalos en Navidad– para destinar algo a la solidaridad: un apadrinamiento de un niño convertido en caja en la que hay un lápiz y un papel para escribir a su nuevo amigo en la India. Tan sólo 21 euros mensuales que serán destinados a la educación y a la familia del niño o niña apadrinado.
No está de más que en estas fechas nos dejemos de tanto materialismo y empecemos a practicar la solidaridad y el tiempo en familia. Como insiste la psicóloga Ana Herrero, del departamento de Orientación del grupo Brains International “Colmar de regalos a los niños como una manera de demostrarles cuánto les queremos no puede sustituir al tiempo que compartimos con ellos, que jugamos con ellos, además de poder generar actitudes consumistas, exigentes, de falta de valoración de lo que tienen, de insatisfacción”.
La mejor opción para demostrar a los más pequeños nuestro afecto siempre será dedicarles todo el tiempo posible y realizar actividades en familia. “La Navidad es un periodo del año cargado de buenos valores como la solidaridad, la generosidad o la gratitud. Debemos de dejar de centrar el momento más feliz de la Navidad para los niños en la entrega de regalos y en aspectos materiales, para centrarlo en los valores de lo que la Navidad significa para cada familia”, destaca Ana Herrero.
Por eso, en una mañana tan mágica como la de hoy, vengo a poner un poco de sentido común contándote las 5 consecuencias que, según Brains International, tiene regalar en exceso a los más pequeños:
- Baja tolerancia a la frustración: si los niños se acostumbran a recibir una cantidad determinada de regalos, el año que reciben menos se frustran, se sienten tristes o irascibles.
- Menor creatividad: Todos los niños alrededor del mundo tienen una característica en común: les encanta jugar, aunque no tengan juguetes. Los niños que reciben menos juguetes tienden a desarrollar más su imaginación, ya que el exceso de regalos puede anestesiar la fantasía de los niños y evitar que desarrollen tanto su creatividad. Los niños que reciben menos regalos tienden a inventarse juegos, historias u otras cosas para divertirse.
- Baja capacidad de esfuerzo: los regalos pueden ser una buena forma para incentivar la capacidad de esfuerzo de los más pequeños pero los niños que reciben una gran cantidad de regalos aprenden que, independientemente de su esfuerzo, conseguirán lo mismo que el resto de niños sin haberse esforzado.
- Fomento de lo material sobre lo emocional: los niños que reciben un exceso de regalos dan más importancia a las cosas materiales y centran su felicidad en el número de pertenencias que tienen. Los que tienen un número de regalos ajustado no solo centrarán su felicidad en los aspectos materiales, sino que también aprenderán a valorar otras cosas.
- Menor paciencia: Los niños que reciben un gran número de regalos no solo presentan una baja tolerancia a la frustración, sino que presentan menos paciencia. Estos niños se acostumbran a recibir lo que quieren en cuanto lo piden, por lo tanto les cuesta esperar, y cuando no reciben los regalos que desean se frustran.