Aunque al verano todavía le queda reinado, la vuelta a la rutina nos hace ver la próxima temporada muy cerca. Mientras apuramos el maquillaje más veraniego echamos un vistazo a las tendencias que presidirán el Otoño-Invierno 2017/2018 de la mano de MAC Cosmetics. Y podemos afirmar que el no makeup será cosa del pasado, ¡vuelve el maquillaje!, pinceladas en la zona del rostro que corresponda, con clara intención transformadora.
Nos confesaba Baltasar G. Pinel, Director Artístico de MAC Cosmetics durante la presentación, que a sus habituales Trends (tendencias), han querido rebautizarlas como Directions por una cuestión filosófica, para huir de ese halo de dogma que la palabra tendencia tiene, “no queremos ser prescriptores, simplemente desgranamos, hacemos un análisis de la temporada desde un determinado ángulo”.
Y la dirección hacia la que el maquillaje avanza cuando llegue el otoño es apetecible. La tendencia de maquillaje inapreciable deja paso a un regreso del maquillaje con el sentido con el que se creó: el de embellecer, transformar, resaltar. Y bajo esta premisa, cuatro son las corrientes en las que han querido agrupar el maquillaje para la próxima temporada.
– BOLD. El colorido fuerte toma el protagonismo de los ojos en distintas saturaciones y texturas y aplicado con una variedad de técnicas, pero eso sí, en tonalidades otoñales, en ningún caso tropicales. Cuanto más intensa es la mirada, más natural el maquillaje en el resto del rostro.
En la rutina natural, donde normalmente se utilizaba el negro, se incorpora el color. En forma de eyeliner como demuestran Prabal Gurung, Andreas Kronthaler for Vivienne Westwood o Marco de Vincenzo. O incluso con un efecto ahumado como vimos en los desfiles de Antonio Marras y Stella Jean. El color se usa de manera meditada, lujosa y elegante, así lo corroboran Oscar de la Renta que incluso se atreve con el rojo con un resultado sutil, o Emilio Pucci que el toque de color lo pone en las pestañas.
La variedad cromática no tiene límites pero con efectos preciosos como el conseguido por Byblos Milano.
– WASHED. Es la tendencia más suave. Veladuras de color, superposiciones en tonos apreciables con predominio de los nudes rosados, de las tonalidades próximas al color carnal. Como hacen Max Mara y Salvatore Ferragamo. Se busca la naturalidad pero con presencia del maquillaje –Blumarine, Missoni, Altuzarra o Marques Almeida-, el producto está y se nota. Y el brillo, la luz, tan presente desde hace unas temporadas, se instala definitivamente en el rostro.
Hablar de esta tendencia es hablar también de texturas, la naturalidad disfraza las mejillas como glaseadas cubriendo con bálsamo de labios el colorete como en el desfile de Veronique Leroy, o cubriendo el parpado –Issey Miyake– con purpurinas transparentes.
– ROUGE. Como en cada temporada el rojo se instala en los labios -saturado y en declinaciones grosellas, del claro al oscuro-, pero también encuentra su lugar en los ojos, y lo hace con absoluta modernidad, los productos destinados a los labios se utilizan en la mirada y viceversa –Desigual y Dion Lee– o en los dos a la vez –Chalayan-. Y a veces con tintes un poco exagerados, casi arlequinescos –Kenzo-.
Todo ello con técnicas muy variadas, casi todo cabe: labios definidos –Eudon Choi– o desdibujados –Giambattista Valli y Preen by Thornton Bregazzi-, y con un predominio de la textura mate sobre el brillo – Rosie Assoulin o Paskal-. El rojo se instala incluso en las mejillas, con un efecto decadente y romántico con tonos lenceros o más húmedo y deportivo – Sophia Webster-.
BIG. El nombre de la cuarta tendencia habla de la mirada, de trabajar el ojo de una manera más amplia para maximizar las facciones con una clara vuelta a las sombras y con nuevas texturas. Hablar de tamaño es lo que importa. La próxima temporada habrá una vuelta a la misión primitiva del maquillaje: agrandar el ojo. Los ahumados son grandes pero aerodinámicos. En versiones metálicas como en el desfile de Le Copains o Michael Halpern y demostrando que los metálicos dan increíbles resultados con el mínimo esfuerzo porque reflejan la luz.
Se busca magnificar aquellos elementos que componen la mirada, como tres simples líneas de eyeliner –CG by Chris Gelinas– o trabajando las pestañas como de muñeca, que hace que se defina inmediatamente la forma del ojo –MSGM y Tadashi Shoji-. Hasta Chloé recupera el maquillaje con mayúsculas, en este caso para apretar la mirada en lugar de agrandarla para conferirle dramatismo.
Y prepararos porque vuelve un clásico, el “cut crease”, o lo que es lo mismo, ese maquillaje de ojos tan sesentero que popularizó Twiggy en el que se separa, con un corte claro, el párpado de la cuenca del ojo –Moschino y también Chanel-.