Olvídate de las dietas con estos consejos sobre alimentación
Te contamos 35 consejos nutricionales y muy prácticos para mantener tu peso en la mejor forma posible. No hace falta que te apuntes a un gimnasio ni que empieces una dieta…
En estos días de operación retorno o rentrée cuesta un poco mantener el tipo, sostener el cuerpo sin perturbar la mente y que los ánimos postvacacionales vuelvan a encontrar el rumbo de la actividad diaria. Ponte en forma y tu mente se activará sola. Tu mente, tu energía y tus ganas de avanzar pisando fuerte como decía Alejandro Sanz.
¿Quieres empezar alguna de las muchas dietas que circulan por ahí o sólo algunos consejos tan prácticos como saludables para adelgazar o no engordar?
En Belleza Pura no creemos en las dietas porque todas tienen un principio y un punto y final, más o menos dramático para ese 60% de españoles que se ponen a dieta después de las vacaciones de verano.
¿Y qué ocurre el día después de la dieta, y el siguiente y el otro…?
El día después de haber cumplido como una reina con la condena autoimpuesta de la dieta, notarás como tus pantalones, faldas y vestidos te sientan mejor. Además de no necesitar un calzador para enfundarte tus vaqueros, la báscula indica una cifra más razonable que antes de empezar con el regimen de adelgazamiento. Ahora caigas en todas las tentaciones seguidas. Una de las consecuencias más nefastas de una dieta es recuperar inmediatamente los kilos que acabas de perder.
Te recomendamos que recuerdes esta lista de 35 consejos saludables para que la báscula no te vuelva a pillar fuera de juego.
- Escucha tu cuerpo y aprende a comer sólo cuando tengas realmente hambre. Tienes que distinguir entre el hambre “estomacal” y el hambre “emocional” que es la que te hace comer de forma compulsiva.
- La comida no es algo negativo, es algo necesario, debes aprender a disfrutar de ella cuando lo necesites.
- Ningún alimento es capaz de resolver tus problemas. La comida no es una buena respuesta al enfado, el aburrimiento o la frustración.
- A la hora de cocinar, prepara la cantidad de comida justa que vayas a consumir en ese momento. Si dejas comida preparada en la nevera o en el congelador siempre te asaltará la idea de acabarla aunque realmente no te apetezca.
- No hay nada peor que hacer la compra con hambre. Procura no hacer la compra entre las 6 y las 9 de la tarde, según los expertos en este horario se compra de forma más compulsiva porque el nivel de azúcar está por los suelos. Si no tienes más remedio que acudir en esas horas, merienda algo antes de ir al supermercado, así evitarás comprar más de la cuenta.
- La primera tentación que debes evitar está en las estanterías del supermercado. Antes de llenar el carro de dulces y alimentos grasos, dirigete a la sección de frutas y verduras, carnes y pescados. Los pasillos de chocolates, bollería y panadería es mejor no visitarlos.
- Piensa que tu objetivo no es seguir adelgazando constantemente. Lo único que quieres es conservar tu salud y tu peso. Si realmente lo deseas, puedes conseguirlo. No es un plan a corto plazo. Debes mentalizarte en profundidad, ya que es un plan para toda tu vida.
- Existen muchas dietas para adelgazar y como habrás comprobado resulta muy fácil perder kilos si las sigues al pie de la letra. Lo que resulta más complicado es mantenerse en el peso ideal porque después de haber acabado la dieta, resulta que no te has mentalizado lo suficiente. Es cuestión de voluntad, como dejar de fumar o abandonar cualquier otro vicio nocivo para la salud.
- Distribuye bien tus comidas. No es recomendable que te saltes el desayuno, la comida o la cena. Según se ha comprobado y aunque te parezca sorprendente las calorías se reparten mejor si se hacen cinco comidas. desayuno, media-mañana, comida, merienda y cena.
- Al acabar una dieta, notarás como tu estómago se llena antes, porque tu cuerpo se ha acostumbrado a comer menos. Por lo tanto tienes todo a tu favor, levantate de la mesa antes de que la sensación de saciedad sea evidente. Es mejor dejar de comer antes de alcanzar la plenitud total.
- Si por cualquier causa, has llenado tu estómago más de la cuenta, deberás equilibrar el exceso con ejercicio. Te recomendamos diez minutos de bicicleta, media hora de paseo, natación o un partido de tenis.
- Compensa mentalmente tus comidas. Si te pasas en una de ellas, las otras deberán ser más cortas.
- Analiza tu estado de ánimo. Sólo de esta manera podrás confirmar tu deseo de mantenerte en el peso ideal.
- Si es preciso, vuelve durante unos días a la dieta que realizaste en un principio.
- Vigila tu peso de forma regular, todas las mañanas al levantarte. No esperes a que se den excesos de más de un par de kilos para reaccionar.
- Mastica lo más despacio que puedas, eso alargará tus comidas y mejorará la digestión y asimilación de los alimentos.
- El agua es la mejor bebida que puedes ofrecerte. Consume dos litros por día, además de ayudar a depurar tu cuerpo estarás haciendo un gran favor a tus riñones.
- Ahora ya no existen para ti alimentos prohibidos, pero si no quieres engordar, debes limitar el consumo de grasas saturadas: tocino, embutidos, huevos, leche entera, quesos curados, mantequilla y carnes rojas.
- La sal y el azúcar son dos puntos negros de la alimentación, procura evitarlos o reducirlos al máximo. Por una parte la sal no es necesaria y además resulta perjudicial para la salud. Es una cuestión de cultura y tradición, en muchos paises no se emplea. El azúcar en exceso, especialmente la refinada o procesada en bollería industrial, repostería, etc. resulta bastante nociva.
- No existen alimentos milagrosos, el único camino consecuente es una alimentación sana con todos los nutrientes esenciales para aportar la energía que tu cuerpo necesita.
- Las frutas son uno de los mejores recursos para estar bien alimentado. Contienen vitaminas, minerales, azúcar, fibra y agua. Su consumo resulta muy positivo.
- La ración de pan adecuada para un adulto con una actividad media es de 100-150 gramos al día. Calcula lo que consumes y sabrás si te estás pasando con el pan o es una obsesión tuya.
- Cuando guises pasta (macarrones, espaguetis, etc.) y arroz, te recomendamos que después de hervidos, los pases por debajo del grifo para lavarlos bien. De esta forma reduces el contenido de almidón y engordan menos. Intenta combinar los menús de pasta y arroz con verduras en lugar de salsas demasiado ricas en grasa y calorías.
- Si eres una incondicional del cocido y la fabada, no tienes por qué privarte de tu plato favorito. Lo único que tienes que hacer es cocinarlos un día antes y guardarlos en el frigorífico. Antes de consumirlos, retira con una cuchara toda la grasa sólida que hay en la superficie. En el cocido, la operación de desegrasado resulta más sencilla, si el líquido y el sólido se han enfriado por separado.
- Los postres y dulces caseros son la mejor opción si eres muy golosa. Puedes sustituir el azúcar por un edulcorante, la leche entera por descremada y una parte de la harina por maizena. La Maizena cunde más que la harina de trigo, aunque tiene las mismas calorías. En lugar de nata, te sugerimos emplear merengue por ser su contenido calórico mucho más bajo.
- Aprende a cocinar sano y ligero, las técnicas de cocción al vapor sin agua exigen una batería de cocina especial. Merece la pena el cambio, ya que todos los alimentos conservan mejor las vitaminas y minerales. Te sugerimos aderezar los platos cocinados por este sistema con hierbas aromáticas. Más natural imposible.
- Para carnes y pescados, también sirve la técnica de cocción al vapor. Sin embargo, seguro que te resultan más apetecibles a la parrilla, a la plancha o en papillote. Con estas técnicas disfrutas del sabor y disminuyes las grasas típicas de las frituras o los asados.
- Cuanta más grasa elimines de tus comidas mejor para tu salud y tu silueta.
- Búscate un hobbie interesante que te llene y que te entretenga. Si te aburres y no tienes nada que hacer, la cocina te atraerá como un imán.
- Un consejo de amiga, cena ligero y cuanto antes mejor. Cuanto más pospongas la hora de la cena, más ligero debe ser lo que comas.
- Si todavía no tienes en casa un espejo de cuerpo entero, es el momento de ir a comprarlo. Es toda una terapia. No puedes aceptar tu cuerpo ni mejorarlo si no te lo ves de pies a cabeza.
- Comer sano, no significa comer sin gracia y sin sabor. A lo mejor te resulta interesante apuntarte a un curso de cocina dietética, natural o macrobiótica. Así aprenderas a entender la cocina y la comida de otra manera.
- Si por motivos de trabajo tienes que comer fuera de casa, no caigas en la tentación de pedir pizza o similares por teléfono. Ahora existen servicios de catering a domicilio con menús dietéticos. Además siempre hay un restaurante cerca donde puedes pedir una ensalada y un filete a la plancha. Cada vez te quedan menos excusas.
- Ya no estás a dieta, por lo tanto no tienes la presión de las prohibiciones, ni tampoco comidas obligadas. Una vez que conoces las propiedades de los alimentos y cómo debes equilibrar tu dieta, es el momento de descubrir libremente el placer que te producen ciertos platos.
- Los cambios bruscos de peso producen además de las consabidas estrías, el famoso efecto yo-yó que resulta muy perjudicial para el organismo. Tanto es así que los médicos recomiendan que es mejor mantenerse con un sobrepeso estable más que ganar y perder kilos con brusquedad.
No hay trucos que valgan, la alimentación es algo para tomarse en serio y con calma, sin extralimitarse por ningún lado.
Asesorado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición