Y ahora vamos con las políticas que no por ser mujeres van mejor peinadas y las llevamos a la peluquería. ¿Cómo llevan el pelo? ¿Van bien teñidas o llevan las canas al viento? Al igual que con sus colegas de escaño o de partido, hemos preguntado a la estilista Noelia Jiménez y, según parece, tampoco se salva ninguna de las candidatas propuestas.
Tampoco nuestras políticas se esmeran en el asunto de los pelos. Algunas van demasiado repeinadas y otras tal cual salen de la ducha se dan un peinón (como decía mi madre) y ¡hala! al curro. Y, de verdad, señoras, no es lo mismo ir a una oficina normal y corriente (como a las que vamos todas) que acudir al Congreso de los Diputados o al Ayuntamiento y tenérselas que ver con las teles y otros medios de comunicación, que van a quedar inmortalizadas para siempre.
Noelia Jiménez, estilista con salón propio en Madrid y que ha atendido a más de una política, en esta ocasión también ha puesto su punto de mira en el color del cabello y así, da unas pinceladas para llevar por el buen camino del estilismo a nuestras señoras representantes.
Señora vicepresidenta: la raya, en medio. “Le dejaría las capas más largas y le cambiaría la raya al medio, porque al llevar la raya al lado todo el peso de cabello está en ese lado y el otro se aplasta y se hunde. Y le cambiaría el color: un castaño medio oscurecido con un matiz cobrizo, con algunos reflejos porque tiene un pelo finito y le daría un poco de relieve, pero manteniendo la base cobrizo, que a su piel le va fenomenal. Y, por supuesto le haría un peinado mucho más natural, menos forzado, que en algunas fotos se pone años encima; por un lado parece natural pero luego se riza unas puntas… Con los ojos verdosos y el tono de piel, un cobrizo le iría fenomenal.”
Baje ese rubio, doña Susana, que no le queda natural. “Mantendría la melena, que la favorece, como a tres dedos por encima, con las capas más largas y el flequillo mucho más largo para que no la marque tanto el pómulo. Lleva cada capa a una altura y hay mucha diferencia entre el flequillo y la siguiente capa y no se puede dejar tanta diferencia. El color también se lo cambiaría porque tiene una base con muchas canas pero no le dejaría esas mechas tan gruesas. Le dejaría el pelo más natural, pero sin esas mechas tan gruesas. Siempre da la sensación de que tiene raíz aunque esté recién teñida”.
Hay que ir a la pelu de vez en cuando, señora Bescansa. “Tiene unos rasgos difíciles. Yo la dejaría una melena a la altura del hombro o justo por debajo, con unas capas largas para conseguir más densidad de melena, más larga con las capas más largas y con un flequillo lateral. La peinaría con ondas suaves, que no empiecen desde la misma raíz y la punta lisa para dar un poquito más de cuerpo. En cuanto al color, le dejaría el suyo pero le haría un balayage, las puntas ligeramente más claras, un tono caramelo pero le aclararía medio tono su base nada más. Es que no tiene corte de pelo; yo juraría que se lo corta ella porque las capas en un lado están a la altura del pómulo y del otro, a la altura de la mandíbula.”
Le vamos a poner flequillo, señora Colau. “Le gusta mucho el pelo corto y sí que le haría un pelo corto con la nuca muy apurada, de la coronilla hacia mitad de la oreja un poco más largo para que le haga un volumen redondeado, una patilla muy desfilada, larguita hasta el lóbulo de la oreja pero muy finita. Sería como un bob pero con la patilla muy finita y larga y un flequillo lateral que salga desde la coronilla hacia el lado largo. Tiene un ovalo muy marcado y con este corte daría mucha más intención a la mirada y al labio. No es fea, pero me parece que no está bien arreglada. En cuanto al color, le mantendría un castaño medio y le haría unas mechas degradadas para dar profundidad al corte. Estaría muy guapa con este look.”
La dejamos sus rizos y su color, señora Carmena. “Mantendría la base muy cuadrada en la nuca, a la altura del nacimiento del cabello, la cortaría el flequillo a la altura de la nariz para después llevarlo lateral y desde donde termina el flequillo, rebajaría las patillas hacia la nuca sin alterar la base cuadrada. ¿Por qué? Es una mujer muy delgada de mejillas y tiene el pómulo hundido y de esa manera rellenamos la cara con esa base cuadrada, despejando un poquito para que se la vean los pendientes y el flequillo lateral. Como parece que la gusta su pelo rizado, con un corte adecuado estaría favorecida, se trabajaría una capa superficial exterior y la siguiente capa interior para conseguir una melena muy bonita con su rizo y sobre ese rizo si quiere hacer algo más con dos toques de secador y cambia. La mantendría su color porque ella tiene canas pero le gusta ese tono que lleva”.
¿Qué les parece el cambio? ¿Se atreverían a dar un giro a su cabellera? ¡No dirán que no se lo hemos puesto fácil!
Salón Noelia Jiménez
C/ O’Donell, 9. 28009 Madrid
Teléfono: 914 35 32 20