El cine español desplegó su alfombra roja para celebrar que la cultura es imprescindible para un país y el glamour, de vez en cuando, también. En la gala de los Premios Goya 2017 nuestras actrices se posicionaron en dos bandos: el del blanco o el del negro. Y entre medias algunos matices, pero pocos. La mejor vestida de la noche, fue….
Blanca y radiante…, va la actriz. Cuando se despliega una alfombra roja el blanco suele ser uno de los colores predilectos. En la edición número 31 de los Goya ha sido el color predominante. Por delante de los flashes desfilaron ellas casi convertidas en novias, vestidos que salvo alguna excepción con un escote impropio, muchos podrían vestirte en tu boda.
Perfecta y emulando a Gwyneth Paltrow, Antonia San Juan con diseño de Costura de Juanjo Oliva. Sencilla e impecable estaba también Belén Cuesta que apostó por un vestido de Pedro del Hierro para la noche en la que estaba nominada como Mejor Actriz Revelación por su papel en la genial comedia Kiki, el amor se hace, de Paco León.
Pero la lista de intérpretes que se decantaron por el blanco es larguísima: Michelle Jenner con un Dior Alta Costura, Juana Acosta de The 2nd Skin Co, Ruth Díaz de Fernando Claro Costura, Natalia Sánchez con uno de los escotes más comentados de la noche y vestido de Santos Costura. Y también Marta Nieto con diseño de Antonio García y Anna Castillo de Georges Hobeika Couture, las flores en los dos casos rompieron la blanca monotonía. No eran flores, sino plumas las del vestido firmado por Juanjo Oliva que eligió una María León prácticamente irreconocible y poco acertada, ¿era el maquillaje, los zapatos, o simplemente el vestido…? –busca su foto más abajo porque sintiéndolo en el alma la he incluido junto con las peor vestidas-.
Iba de Pronovias, pero en el otro extremo del blanco. Amaia Salamanca eligió un diseño negro de lentejuelas con escote delantero y trasero de infarto. Y de infarto era la abertura del Atelier Versace que se enfundó Penélope Cruz. Especialmente diseñado para ella y para que presumiera de pierna, imposible no acordarse de Angelina Jolie. ¿Con quién te quedas?
También de negro Aura Garrido preciosa de Lorenzo Caprile, Paz Vega original y arriesgada con diseño de Jorge Acuña, Nieves Álvarez con un vestido firmado por Stephane Rolland modelado sobre su propio cuerpo –con toque blanco para no posicionarse en ningún bando- y casi mimético al de años anteriores, Carmen Machi muy correcta de Ulises Mérida. Negro pero con toques de color Silvia Abascal con un Armani Privé y Miriam Giovaneli de Daniele Carlotta.
Y entre el blanco y el negro se marcó la diferencia. En nude Natalia de Molina preciosa con un vestido de Stella McCartney y Alexandra Jiménez, una de las más elegantes con diseño romántico de Santos Costura. Y en un tono similar pero metalizado, Clara Lago, también de Santos Costura.
Ana Belén recogió su Goya de Honor vestida con un espectacular diseño de Delpozo. En un tono gris azulado muy parecido al de la original creación de Alicia Rueda Costura elegida por Leticia Dolera.
Marcar la diferencia siempre es arriesgado pero si aciertas, te garantizas el éxito, eso fue lo que consiguió Bárbara Lennie con el diseño firmado por Alessandro Michele para Gucci. Fantástico. Lo mismo le sucedió a Manuela Velles vestida de la diseñadora española Ana Locking, que no escatimó en escote y abertura en el vestido.
El naranja no terminó de ser un acierto para Macarena García con un vestido palabra de honor de Paule Ka. El mismo tono por el que se decantó Emma Suárez, la gran triunfadora de la noche, de Lorenzo Caprile. No sé a vosotros pero a mí ninguna me convence.
Unas cuantas se apuntaron a otro clásico, el rojo. Paula Echevarría de Jorge Vázquez, Leonor Watling –que también se atrevió con escotazo-, de Alberta Ferretti o Ingrid García Jonsson, de Sybilla.
Y entre tanto blanco, negro y alguna agradable sorpresa, las peor vestidas. Un clásico en estas noches de glamour en el que se repiten uno y otro año los mismos nombres, ¿le habrán cogido el gustillo?