¿Quién dijo que los tatuajes eran para toda la vida? La ciencia avanza a favor de los más indecisos cuando de marcar la piel de manera perpetua se trata. Ephemeral es una tinta con fecha de caducidad, los tatuajes realizados con ella desaparecen, como por arte de magia, pasados un máximo de años.

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Si siempre has querido hacerte un tatuaje pero nunca acabas de atreverte, si te echa para atrás verte con 70 años y tus preciosos tatuajes desdibujados por el peso de la gravedad, o simplemente eso de ‘para toda la vida’ no va contigo, un grupo de estudiantes de Estados Unidos ha pensado precisamente en ti.

Estos jovenzuelos se presentaron a un concurso universitario en Nueva York con Ephemeral, una tinta cuyas moléculas se descomponen y desaparecen de la piel al cabo de uno o dos años. Seguro que a más de uno le hubiera gustado que la tinta de ese tatuaje que se hizo con 18 años en el viaje de fin de curso, o del nombre de aquel novio por el que te dio tan fuerte, hubiera sido ephemeral y no eternal – que se lo digan a Melanie Griffith o Agelina Jolie.

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La idea del inventazo surgió, como no, de la experiencia en carnes y pieles propias. En 2011 Seung Shin, el fundador de Ephemeral, era un ingenuo y envalentonado estudiante de primer año de ingeniería en la Universidad de Nueva York que tuvo la brillante idea de hacerse un tatuaje. Se inscribió la palabra ‘Fe’ en las axilas y causó una auténtica crisis en su tradicional familia. Así que le tocó empezar un largo tratamiento para eliminar el tatuaje de la polémica. Cuando llevaba gastados 500 dólares de los 3.000 que costaba el proceso, empezó a rondarle en la cabeza cómo conseguir una tinta que no fuera para toda la vida. Shin puso la idea y el tatuaje error, y a él se le unieron otros cuatro estudiantes de la misma universidad pero sin tatuajes.

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El secreto está en que la tinta habitual para toda la vida está formada por unas moléculas demasiado grandes para que el sistema inmunológico las pueda eliminar. Y la de Ephemeral sin embargo utiliza moléculas más pequeñas que pasados unos meses se descomponen y desaparecen, son lo suficientemente grandes para que no se eliminen de inmediato, pero sí en el transcurso de dos años como máximo. Y si en el momento de hacértelo, ya te arrepientes, se puede inyectar una solución que los borra.

Confiesa, ¿tienes algún tatuaje que te hubiera gustado que fuese ephemeral?