Hoy te propongo una limpieza facial casera y profunda en dos mascarillas limpiadoras para hacer en casa y brillar con luz propia en tu vuelta de vacaciones.
Empieza por desmaquillar bien el rostro, para luego exfoliarlo después, a mano o a máquina, como prefieras. A continuación date una ducha o por qué no, permítete el lujo de prepararte un buen baño -¿cuánto tiempo hace?- y entrégate a este placer sencillo pero casi olvidado. No es que te quiera obligar, pero una ducha o un baño, gracias al efecto de la humedad y el vapor, conseguirás abrir los poros y que la extracción de puntos negros e impurezas sea más sencilla.
Después llega elmomento de la extracción manual de impurezas. Sé que no es agradable, pero es imprescindible para una buena limpieza facial. Envuelve tus dedos índices con una gasa, especialmente las uñas, y aplica presión suavemente alrededor de las espinillas y puntos negros para sacarlos, de esta manera evitarás hacerte una escabechina en tu descansada y preciosa cara.
Después ponte una mascarilla y entrégate al placer de la contemplación mientras esperas a que haga su trabajo. Te propongo varias mascarillas limpiadoras caseras a base de arcillas, el ingrediente de moda cuando de limpiar impurezas y purificar el rostro se trata. Dependiendo de tu tipo de piel, elige una de estas mascarillas caseras de arcilla según su color y sus propiedades:
- Blanca es el caolín, una arcilla muy calmante, apta para todo tipo de piel y la más suave de todas, es antiséptica y tiene un pequeño efecto lifting. Limpia e hidrata al mismo tiempo.
- Verde es la más recomendable si tienes la piel grasa, es reconocida por atrapar impurezas y absorber el exceso de sebo. Ayuda a eliminar toxinas y reducir la inflamación porque es antibacteriana, desinfectante y descongestionante.
- Roja es la arcilla de Marruecos, conocida por iluminar la piel y mejorar su textura. Es rica en óxido de hierro y oligoelementos, aumenta el riego sanguíneo. Se utiliza especialmente en pieles sensibles y secas.
Tan sencillo como mezclar la arcilla con agua mineral -si quieres puedes añadirle unas gotas de aceite esencial o algún aceite vegetal para potenciar su acción-. Después aplícala sobre el rostro y retírala una vez esté completamente seca con abundante agua.
El último paso es coger tu crema facial habitual y aplicar una capa generosa a modo de mascarilla. Espera 10 minutos y después ayuda a que tu piel lo absorba con un buen masaje facial. No olvides incluir en toda la rutina a tu querido cuello y escote, que también tienen derecho a participar en este gustoso momento para ti.