¿Quién no desea tener unas pestañas largas como abanicos? Ya, pero pesan, diréis, o al menos eso me han dicho a mí. Y como me encanta probarlo todo para contarlo con pelos y señales (nunca mejor lo de los pelos), he recurrido a 3DEyes, un centro de estética ubicado en Boadilla del Monte, muy cerca de Madrid, donde me han puesto unas extensiones de pestañas bonitas, ligeras y muy cómodas.
No es que me quitara el sueño tener unas pestañas largas y rizadas, pero la verdad es que cuando te maquillas y las pestañas enmarcan bien el ojo es un gusto: parece que el ojo está más grande y tiene más vida. Más que decirme, decidieron por mí, ya que Ana de Santiago, directora de 3DEyes, me invitó a que probara “sus extensiones de pestañas”, que asegura que son las mejores.
Me acerqué al centro de 3DEyes en Boadilla del Monte, un pueblecito muy cercano a Madrid. Allí me recibieron en un local muy agradable, presidido por una gran foto de Audrey Hepburn, una señora de pies a cabeza con una glamour que ya quisiéramos muchas y que es el icono de elegancia de este salón.
Antes de empezar el ritual, o al menos eso creía, me pusieron dos pestañas en las esquinas exteriores de cada ojo. ¡Y no me pusieron más! Pues, vaya, pensé… “La única manera de comprobar que no hay riesgo para la salud, que no te den alergia es haciendo una prueba de alergia”, me dice Ana de Santiago. Con estas dos pestañas y cuidándolas más que a las niñas de mis ojos volví a mi casa con cita para dos días después.
Cuando regresé con el examen aprobado, me tumbé en la camilla preparada para una sesión de unas dos horas más o menos. Hay que ir sin prisa y sin agobios, tranquila, porque el proceso lleva su tiempo. Lo mejor es adormilarse y dejarse hacer.
Primero te colocan un parche sobre la piel del párpado inferior que separa las pestañas superiores de las inferiores y que, además sirve como protección para el párpado.
Con unas pinzas especiales comienzan a poner las extensiones sobre tu propia pestaña, por separado, por lo que las extensiones duran el tiempo que dura tu pestaña sobre tu ojo, de cuatro a seis semanas, que es el ciclo natural. La verdad es que no notaba nada. Ni picaba ni escocia ni sentía ninguna molestia. Las pestañas están hechas de un polímero avanzado PBT para mantener su rizo y permanecer suaves durante semanas y puedes elegir entre varios colores. Las mías son color oscuro pero las hay hasta de color malva, que si las miras en la caja antes de ponerlas son moradas pero una vez en el ojo sólo percibes un tono diferente. En cuanto al pegamento, sobre lo que yo estaba muy intrigada, es un adhesivo médico, libres de látex y formaldehído, producido en la Unión Europea para cumplir con todas las normas legales.
Puedes ponerte varios modelos y cantidad de pestañas: desde unas poquitas (50 o 60) hasta 500 o 600 e incluso más. Las mías son unas medias, muy naturales, con las que no vas pregonando a los cuatro vientos que te has puesto extensiones de pestañas.
Pasadas dos horas, ya estaban mis extensiones puestas: abrí los ojos y ante el espejo vi mis ojos con una cantidad de pestañas… que en la vida, vamos… Realmente quedaban muy bien y no eran exageradas, que era lo que yo podía temer, aunque Ana de Santiago me comentó que algunas clientas piden que les pongan muchísimas. Desde mi punto de vista, no creo que sea la mejor opción.
¿Y ahora qué tengo que hacer? Nada. Las primeras 24 horas no mojarlas. No hay que frotarse los ojos (lo que era para mí una tortura, ya que en cuanto me despierto (me despertaba, porque ahora ya no) me froto los ojos. Tampoco hay que desmaquillarse con aceite o crema; mejor con agua micelar y no hay que utilizar máscara de pestañas, ya que las propias extensiones son suficientes, aunque en el caso de que se desee, existen máscaras especiales. Conviene también peinarlas para que no se enreden. A las 24 horas ya puedes mojarlas, lavarte el pelo, ducharte e ir a la piscina o la playa.
Y ya que estábamos puestas, también me arreglaron las cejas: las depilaron con hilo, las recortaron las tiñeron y las dieron forma. Para diseñarlas y dejarlas adaptadas a mi rostro, utilizaron un compás de cejas con el fin de encuadrarlas a la perfección con respecto a mi nariz y mis ojos. Con las cejas se tarda menos; en media hora están listas y, la verdad, es que quedaron muy bien.
Cuando salí del centro pensé que no pesaban, tal y como me habían dicho, y que eran muy cómodas; no parecía que llevara nada.
De esto han pasado ya tres semanas y mis pestañas siguen estupendas… Reconozco que la primera noche pensaba sólo en que tenía más pestañas y que a ver si al dormirme me las arrancaba. No pasó nada de eso y siguen en su sitio.
Hay que tener en cuenta que el ciclo de vida de las pestañas depende de muchos factores: la edad, la nutrición y la genética. Así que no sé cuánto más me van a durar. Pero si tú, querida, estás pensado en ponértelas, que sepas que entre las dos y las cuatro semanas se pueden hacer retoques para que siempre las tengas perfectas y cumplan la función para la que están hechas. Sí, además de embellecer los ojos, las pestañas están ahí puestas para filtrar microorganismos externos y para además filtran la luz solar y así evitar daños e irritaciones oculares. y ¡cuidado: las extensiones son adictivas!
El precio oscila entre 60 y 250 euros, dependiendo del tipo de tratamiento.
Retoque, entre 30 y 135 euros, dependiendo del tipo de tratamiento y del tiempo que haya transcurrido desde que te pusiste las extensiones.
Diseño de cejas con tinte: 35 euros.
3DEyes está en: Avenida Siglo XXI, 5. Local, 4. 28660 Madrid. Teléfono: 91 633 63 343
En Madrid, Lorena Morlote, Beauty & Art. Velázquez, 69. 28006 Madrid. Teléfono: 91 633 63 34