Alguien está pagando caro nuestro enganche uso de pantallas, y no sólo es nuestro agotado entorno más directo sino ¡las niñas de nuestros ojos! Sí, querida mía, ni los nativos digitales nacieron con el ojo hecho para soportar las tecnologías -más bien para ver si se acerca un reptil en algún punto de nuestra estupenda panorámica- . Con el tiempo que pasamos conectados, no viene mal una ayuda extra. Como la que proporcionan las lentes de Alain Afflelou que ha probado nuestra Bea, o éstas que os traigo hoy, las Eyezen de Essilor y diseñadas para paliar molestias de hoy en día como la fatiga visual, la visión borrosa, el picor, la sequedad o el enrojecimiento.

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Las lentes Eyezen nos permiten vivir ese sueño workaholic / socioadicto / FOMO* de pasarnos todo el día conectados sin necesidad de parar para descansar la vista. ¡Yuhu! Vale, dicho así quizá sea peor el remedio que la enfermedad, pero atenta al lado positivo. La tecnología que incluyen mejora el contraste de la pantalla en la que estés inmersa, reduce el deslumbramiento, ayuda a prevenir el envejecimiento precoz de los ojos y mejora la legibilidad de los caracteres pequeños. Te convierten, prácticamente, en RoboCop. Y aún diré más: son compatibles con cualquier graduación o con ninguna: puedes usarlas como gafa de pantalla aunque no tengas ningún otro problema ocular. Parece magia, pero no. ¡Es ciencia!

Las lentes combinan dos tecnologías exclusivas para ayudar al ojo a enfocar bien de paso mientras filtran selectivamente la luz. Así, la nociva luz azul-violeta se queda ‘atrapada’ en la lente sin merma para tu visión. ¿Cómo lo ves?

Puedes ensamblar estas lentes con cualquier montura Hook LDN, también de Essilor, que elijas.

Precio: desde 159 euros (según la graduación y la óptica).

*FOMO, Fear Of Missing Out o ‘miedo a perderse algo’ alude al trastorno de adicción que venimos sufriendo desde que pasan cosas tan interesantes en Internet todos los días. Quién podría vivir sin saber qué ha pasado en el Clan Kardashian, cuántos likes lleva nuestra publicación o qué ha hecho nuestro ex más reciente. Pues eso, nadie.