Cuando Gwyneth Paltrow concede una entrevista crea una nueva tendencia de belleza en Estados Unidos. La actriz, conocida por su estilo de vida sano y holístico, tiene una legión de seguidores conocidos como los Goopish que están obsesionados por la vida ultra-sana.
¿Y cuál ha sido su última perla de sabiduría, cortesía de la revista Redbook? Cepillarse el cuerpo en seco a diario para reducir la piel de naranja, estimular el sistema linfático y drenar la piel. Como esta técnica cumple con mis tres bes de la Belleza Pura (buena, bonita, y barata) he querido probarla en mis propias carnes para contaros si funciona.
El cepillado en seco es una técnica tan antigua que la actriz trae ahora a la actualidad. Consiste en utilizar un cepillo de fibras cortas para frotar vigorosamente la piel en sentido ascendente y hacia el corazón, con la finalidad de favorecer la circulación sanguínea y la eliminación de toxinas por parte del sistema linfático. Juliana Mitchell, directora del centro Living Now Yoga en Nueva York, me enumeraba algunos de los (supuestos) beneficios de esta técnica: reafirma la piel, previene y reduce la celulitis, desintoxica el cuerpo para conseguir un sistema inmunitario más sano, mejora la circulación, facilita la digestión, reduce la retención de líquidos, puede prevenir ciertos tipos de cáncer (?), limpia y da esplendor en general, y casi paga la hipoteca por ti. Vamos, toda una panacea en pleno siglo XXI por un precio irrisorio.
El problema es que no todos los expertos coinciden en los múltiples beneficios cuasi milagrosos que se le atribuyen a esta técnica. La Dra. Tina S. Alster, profesora en la cátedra de Dermatología de la Universidad de Georgetown, nos advertía en un artículo del New York Times que no tenemos que volvernos locos. En su opinión, la técnica del cepillado en seco elimina las células muertas de la piel, incrementa la circulación (exactamente igual que el ejercicio de intensidad moderada), y ayuda al sistema linfático a trabajar mejor y a eliminar la hinchazón (tal y como sucede con un buen masaje). Sin embargo, no se le pueden atribuir otro tipo de cualidades pseudocientíficas, ya que el mayor encargado de eliminar toxinas es el hígado. Así que el cepillado corporal no compensa las Mimosas que las neoyorquinas se calzan religiosamente en el brunch dominical.
No obstante, es una técnica sencilla para incorporar en una rutina diaria, y parece que los expertos están de acuerdo en que tiene ciertos beneficios para la piel y para la salud en general. La mayoría de las personas con las que he hablado me han recomendado cepillarme en seco el cuerpo por la mañana para empezar bien el día, aunque la propia Gwyneth reconoce hacerlo por la noche antes de tomar un baño con sales para desintoxicarse a tope. Y como para gustos existen los colores, algunas personas utilizan el cepillo tras ducharse con un poco de aceite para suavizar la piel y nutrirla en un único gesto.
El secreto del éxito en el cepillado corporal reside en no intentar arrancarse la piel a tiras. Ni hay que apretar demasiado, ni hay que usar un cepillo que parece inventado por la Inquisición. Margo Marrone, creadora de la firma de cosmética natural The Organic Pharmacy, afirma que cualquier exfoliación debe ser suave y no deteriorar la epidermis. “He probado cepillos que son tan duros que no deberían utilizarse, puesto que dañan la piel. Al crear nuestro cepillo escogí unas cerdas de cactus semiduras y flexibles para conseguir una exfoliación suave“, comenta.
Personalmente, la perspectiva de darme unas buenas friegas con un cepillo que pincha con sólo mirarlo me parecía de todo menos apetecible. Casi que me quedo con mi celulitis, please and thank you, pensaba antes de sentarme a escribir este artículo. Pero si la comunidad científica está de acuerdo en que algo hace, no iba a ser yo quien se pusiera exquisita. Así que me hice con un cepillo de fibra de palma japonesa de la marca Earth Therapeutics, con la esperanza de difuminar los estragos que las pizzas de 1 dólar están causando en mi maltrecha celulitis.
Tras una primera utilización en seco en la que casi me arranco la piel del cuerpo a tiras, decidí seguir los sabios consejos de Margo Marrone y utilizarlo empapado en mi adorado aceite corporal de pétalos de rosa de Dr. Hauschka tras la ducha y con la piel mojada. Parece que el cepillo de marras y yo empezamos a entendernos tras este descubrimiento. En una semana he podido constatar que tengo menor retención de líquidos (máxime porque me hace visitar el servicio más a menudo), mi celulitis parece dar un poco menos de miedo y no tengo ni un centímetro de piel muerta en todo el cuerpo. Son los beneficios de ser un conejillo de Indias dignificado: a veces mis locos experimentos me salen bien.