Nuestra humilde berza o col rizada está de moda. Ahora la llaman kale y los más modernos no pueden vivir sin ella. Las actrices estadounidenses corren por un zumo de berza y se apuntan a comerla día y noche. Sí, de acuerdo, es una hortaliza bárbara y tiene muchas propiedades, pero mejor pongamos la cosas en su sitio y contemos la verdad de la berza.
En realidad el kale es otra variedad de la misma familia.
Al igual que el patito feo se convirtió en un espléndido cisne, la berza, que se daba de comer a los cerdos y no la quería nadie, se ha transformado en kale, la nueva verdura, la más fashion, el nuevo bombazo de nuestra alimentación.
Tan poco la queríamos que hasta al tonto se le llama berzotas como sinónimo de ignorante o necio. Así en un refrán del siglo XVI decía: ‘Vos a las berzas, y yo a la carne’, porque el berzas consiente en tomar la peor parte y deja a otro la mejor.
En fín, que no quedaba bien invitar a una amiga a comer berzas hasta que redescubren nuestra hortaliza que tanto ha dado de sí en la alimentación de nuestros abuelos. Se cuenta que en Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, el kale fue clave para mantener a la población inglesa sana, porque proporcionaba gran parte de los nutrientes que faltaban por la escasez de comida. Catón el Viejo ya hablaba de ella y decía que era buena contra la borrachera. En Galicia, Cantabria, Asturias y León ha sido un alimento habitual: con ella se hace el famoso cocido montañés y el pote asturiano.
Está claro que no es nada nuevo para nosotros. Pero… ¿por qué se ha puesto de moda? Lidia Folgar, dietista/nutricionista y ex-secretaria de la Asociación gallega de dietistas-nutricionistas, nos cuenta que “Siempre sucede igual, cada X tiempo sale a la palestra un “súperalimento” acompañado de una simplista y exagerada narrativa. Los medios se hacen eco de que las celebrities lo consumen y al poco tiempo se convierte en viral”.
Lidia Folgar, dietista/nutricionista
No obstante, es cierto que esta crucífera posee unos poderes que no tienen otras. “La diferencia de la berza o kale con otras crucíferas es su mayor contenido en antioxidantes, especialmente si se consume la planta “joven” (a los dos meses). Pero hay que tener en cuenta que se aprovechan mucho mejor si se come cruda (en ensalada) o en cocciones cortas (como en la olla express), y si se toma el caldo en el que van cocidas”, explica Lidia Folgar. Además, y para que aprovechéis todas su propiedades, no tiréis las hojas que envuelve la planta, sí, esas que cortamos y tiramos a la basura sin más porque creemos que son eso, basura. “Las partes exteriores de la planta, que son las que tienen que proteger a la planta contra todo tipo de agresiones externas, son las más ricas en antioxidantes y otros compuestos bioactivos”, añade Lidia Folgar.
Sin embargo, tengamos en cuenta esto que nos explica la dietista Lidia Folgar porque es la madre del cordero: “Una mayor concentración de antioxidantes no se puede traducir por sí sola en mayores beneficios para la salud del alimento. Las investigaciones dicen que tienen un mayor contenido en antioxidantes, lo que no se traduce directamente, en mayores beneficios para la salud. No es tan simple. Y además, hay muchos otros factores que influyen en sus posibles efectos, como la alimentación global de la persona”.
Lo que quiere decir que no nos dejemos engatusar por cantos de sirenas aunque sea verdad que es una verdura estupenda, al igual que el brécol, la col o el grelo. La berza o kale es rica en potasio, calcio, magnesio, hierro, ácido fólico y varias vitaminas (A, C, K y B), y, además, contiene mucha fibra y un bajo aporte calórico.
Y ya puestas, hemos pedido a Lidia Folgar que nos sople alguna receta rica para cocinar la berza/kale. Eso sí, nos dice que lo del zumo de berza que más bien no: “El contenido del zumo lo obtenemos también consumiendo la verdura entera, y además, entre otras cosas, también aprovechamos así toda su fibra que hará que su poder saciante sea mayor y su respuesta glucémica menor”. Y esta idea sirve para todas las verduras: mejor enteras que en zumo.
La receta que nos propone y que está rica de verdad y es muy fácil de hacer es la berza con patata y ajada
Ingredientes:
300 gr de berza
150 gr de patatas
1 diente de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Media cucharadita de café de pimentón dulce
Media cucharadita de café de pimentón picante
Sal
Elaboración:
Cortar la berza y limpiarla. Poner a calentar agua en una olla express. Añadimos las patatas peladas, la berza limpia y un poco de sal. Cerramos la olla y mantenemos así hasta que empiece a salir el vapor por la válvula. Desde ese momento, contaremos seis minutos y, entonces, apagaremos y retiraremos la olla del fuego. La abrimos como indiquen las instrucciones de nuestra olla y escurrimos bien su contenido en el escurridor guardando el caldo para tomar como consomé o para elaborar otro plato (un arroz, unas lentejas…). Reservamos.
Ponemos una sartén al fuego con las tres cucharadas de aceite. Cuando esté caliente, añadimos el ajo fileteado y lo vamos moviendo hasta que empiecen a dorarse. En este momento, añadimos el pimentón e inmediatamente después, la berza y la patata. Rehogamos durante cinco minutos, probamos de sal y rectificamos si es necesario.
Desde luego es una receta sencilla que, además se puede hacer con cualquier otra verdura. También puedes hacerla en ensalada con zanahorias y unas anchoas, como ésta:
Como véis, la berza o kale no sólo se come en potaje (que parece que llena mucho), sino que hay montones de recetas ligeras y sencillas para hacer. Y no hace falta que la comas cada día. Como nos dice Lidia Folgar, “consumir verduras siempre es recomendable. Las entidades de referencia recomiendan tomar al menos dos raciones al día, pero sin especificar ninguna en concreto”. Es decir, que puedes comer berza o kale, pero también espinacas, judía verde o acelgas.
Las modas aparecen y desparecen pero la buena alimentación siempre debe quedarse en casa.