Despedirte del alcohol puede desencadenar una serie de cambios positivos en tu organismo, algunos más evidentes que otros.

Dejar el alcohol no es una solución mágica (ni fácil de ejecutar) para todos los problemas de salud, pero es un paso significativo hacia una vida más saludable y equilibrada. Como dijo una vez un sabio anónimo: “El mejor brindis es por la salud, y para eso, a veces, es mejor brindar con agua“.

alcohol-2

  1. El hígado organiza una fiesta (eso sí: alcohol free)

El hígado es el principal afectado por el consumo de alcohol. Al dejar de beber, este órgano esencial comienza a regenerarse. Se reduce la acumulación de grasa y disminuye la inflamación (cuestión nada baladí: la inflamación es la causa raíz de las peores enfermedades que conoce el ser humano). En casos de hígado graso, tras dos o tres semanas de abstinencia, el órgano puede recuperar su aspecto y funcionamiento normal. ¡Así de agradecida es la cosa!

  1. El corazón recupera su ritmo

El consumo excesivo de alcohol tiende a elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Al abandonar el alcohol, la presión arterial comienza a normalizarse, lo que mejora la salud cardiovascular.

  1. La báscula te sonríe y te da besitos

El alcohol aporta calorías vacías que, de no ser compensadas con actividad física, contribuyen al aumento de peso. Al eliminarlo de tu dieta, es probable que experimentes una pérdida de peso gradual, ¡siempre y cuando no sustituyas las copas por postres azucarados!

  1. El sistema inmunológico se pone en forma

El alcohol debilita las defensas del organismo y lo vuelve más vulnerable ante las infecciones. Al dejar de beber, el sistema inmunológico se fortalece y mejora la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

  1. La piel recupera su glow natural

El alcohol deshidrata la piel y puede provocar enrojecimiento y opacidad. Al abstenerte del consumo de alcohol, es probable que notes tu piel más hidratada y luminosa. Una ayudita desde dentro a lo que te aplicas por fuera.

  1. El estado de ánimo se estabiliza

Aunque el alcohol puede parecer un aliado para relajarse (es un depresor del sistema nervioso, al fin y al cabo), su consumo prolongado está asociado con trastornos del estado de ánimo. Al dejarlo, es común experimentar una mejora en la estabilidad emocional y una reducción de la ansiedad.

  1. El sueño se vuelve reparador

Aunque una copa antes de dormir puede inducir somnolencia, el alcohol interfiere con la calidad del sueño. Al eliminarlo, disfrutarás de noches más reparadoras y despertarás con energía renovada.

Si tienes un smartwatch, haz la prueba. Aunque pienses que duermes como un bebé cuando te acuestas ‘bajo la influencia’, nada más lejos de la realidad.

  1. La mente se despeja

Al deprimir el sistema nervioso central, el consumo de alcohol afecta la función cognitiva, memoria y concentración incluidas. Al dejar de beber, notarás una mente más clara y una mejora en tus capacidades cognitivas. Y no digamos la mejora en la vocalización y en el discurso en sí.

  1. El bolsillo lo agradece

Además de los beneficios para la salud, la economía personal se ve muy beneficiada al reducir los gastos en bebidas alcohólicas. Un dinerito extra que puedes canalizar en ese hobby que siempre quisiste probar (como bien decía mi abuela, gran economista, hay dos sueldos, el que ganas y el que no te gastas).

  1. Las relaciones personales se fortalecen

Sin los efectos desinhibidores y euforizantes que brinda el alcohol a corto plazo, quizá tus interacciones sociales se vuelvan más auténticas y significativas. Mucha gente describe vivir Epifanías estilo ‘he visto la luz’ cuando descubre cómo son sus relaciones o salidas nocturnas sin el filtro del alcohol. No pierdes nada por probar.