El verano está en pleno apogeo, y la necesidad de proteger nuestra piel del sol se vuelve imperativa. Sin embargo, la conversación alrededor de los protectores solares se ha complicado con la incorporación de nanomateriales, especialmente el dióxido de titanio (TiO₂) en forma de nanopartículas.

Con un 13.2% de los productos cosméticos en el mercado utilizando algún tipo de nanopartícula, según la Comisión Europea, la pregunta que flota en el aire es: ¿son realmente seguros estos protectores solares?

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Nanopartículas de dióxido de titanio en los solares: efectos sobre la salud

Aquí es donde la ciencia se torna un poco sombría. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que hasta un 50% de las nanopartículas de dióxido de titanio puede penetrar la piel y acumularse en nuestros órganos internos. Imaginemos que nuestras células son como pequeñas oficinas llenas de empleados diligentes. Ahora, súbitamente, se ven invadidas por estas nanopartículas, provocando potenciales inflamaciones y estrés oxidativo. Esto no solo es el equivalente celular a un motín, sino que también puede traducirse en daño significativo y envejecimiento prematuro de la piel.

Y no olvidemos a las nanopartículas de óxido de zinc (ZnO). Estas pequeñas intrusas incrementan la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) en la piel en un 30%. Es como si tuviéramos mini-pirómanos dentro de nuestras células, causando daño celular a diestro y siniestro.

Impacto medioambiental de su uso

Si la perspectiva de nanopartículas haciendo estragos en nuestro cuerpo no es suficiente para preocuparnos, consideremos su impacto ambiental. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que el 70% de las nanopartículas de los cosméticos acaban en el medio ambiente, mayormente a través de las aguas residuales.

Un estudio en “Environmental Science & Technology” nos da más malas noticias: las nanopartículas de plata (Ag) pueden bioacumularse en especies acuáticas, reduciendo la diversidad de la microbiota en un 20%. Es decir, nuestros protectores solares no solo están “quemando” nuestra piel, sino también nuestras futuras visitas a la vida marina.

Hay luz al final del túnel: opciones más seguras

Natalia Olmo, experta en belleza y creadora de la firma de cosmética natural y ecológica Maminat, nos ofrece un rayo de esperanza. “Es fundamental elegir protectores solares que no contengan nanopartículas”, nos dice. En Maminat, sus protectores solares físicos están compuestos por partículas naturales de origen mineral sin nanopartículas, ni de dióxido de titanio, ni de cualquier otro elemento químico. Esto, dice Natalia, no solo minimiza el riesgo de alergias en los usuarios, sino que también protege los ecosistemas acuáticos. Así que, ya sabes. Coge tu gafa de leer letra pequeña y a empaparse de etiquetas.

Conclusión

En un mundo donde buscamos la protección perfecta contra el sol, es esencial que nuestros protectores solares no se conviertan en un arma de doble filo. La próxima vez que estés en la tienda, quizás quieras reconsiderar ese protector solar brillante que promete maravillas. Tal vez optar por una opción más natural y consciente del medio ambiente sea no solo mejor para tu piel, sino también para el planeta. Después de todo, nadie quiere ser recordado como el vecino que arrojó un montón de nanopartículas al estanque del vecindario.