Tener un cajón lleno de cremas no quiere decir que sepas cómo mantener tu rutina de skincare. Aprender a mimar la piel debería ser una obligación y la firma vegana Dulkamara Bamboo enseña cómo hacerlo.
El bambú es el ingrediente estrella de esta firma española que se elabora de manera artesanal en el valle pirenaico de la Ultzama en Navarra y que salió de la pasión por las plantas de Marie Carrasquedo Lebourgeois.
Marie, apasionada de la cosmética natural, ha desarrollado una línea de productos afines al organismo, con el bambú como protagonista. Esta planta posee un alto contenido en silicio orgánico biodisponible el cual interviene en la síntesis del colágeno y la elastina. Para mimar la piel necesitas hidratarla, suavizarla y mejorar su elasticidad.
Además de buenos cosméticos, para mimar la piel necesitas buenos cuidados. De nada vale unas cremas carísimas si luego frotas la piel casi con saña, como hace en este vídeo David Beckham. En Dulkamara Bamboo nos enseñan a hacer la rutina facial como tu cara merece.
Con los sabios consejos de Miriam, la técnico de la marca que me atendió, se aprende a mimar la piel para que los cosméticos no sólo penetren sino que además funcionen bien y desarrollen la acción para la que se han creado.
Con tan sólo 9 años Marie Carrasquedo Lebourgeois, la creadora de la firma, iba de camino al colegio todos los días por el mercado de Belleville, en París. Se quedaba fascinada viendo y oliendo el perfume que despedían las rosas, las especias, el benjuí, los aceites esenciales… Allí comenzó a inspirarse, adquirir sus conocimientos y después crear su propia marca de cosmética.
Pocos pasos para mimar la piel con Dulkamara Bamboo
Dulkmara Bamboo utiliza especies de bambú distintas para obtener extractos de sus yemas y médula y conseguir silicio. Además, se añaden otros ingredientes, como espino blanco, malva, caléndula, tonka, manteca de karité, vainilla, rosa centifolia, amapola, caolín… Muchas sustancias, todas ellas vegetales, que facilitan la reconstrucción de la piel desde la base.
Y todo ello con unas maniobras muy muy suaves y templando las cremas en las manos para aplicarlas. Primero la Leche virginal bambú, que es una loción vegetal multifunción. Miriam me pasó un disco de algodón por la mitad de la cara con movimientos lentos. Y me dejó la otra mitad a mí para que aprendiera a hacerlo como ella. Realmente funciona la calma para tratar la piel, no sólo porque, evidentemente, la cosmética penetra mejor, sino porque la mente también se relaja.
En lugar de ir deprisa y corriendo por la noche, aprender a buscar la tranquilidad con la cosmética es una idea que funciona. Después de la limpieza, una mascarilla que hace una limpieza profunda. Con caolín y extractos de tomillo, como ingredientes principales, esta mascarilla se deja hasta que se seca en la cara; con ella se eliminan impurezas, regula la secreción sebácea y afina el poro.
Un agua floral de lavanda es el toque tras la mascarilla que calma, mejora el tono muscular y la circulación sanguínea.
Para finalizar, una crema bioactiva más una crema complex con color, un maquillaje natural que matiza, unifica el tono y deja un efecto buena cara al instante.
Precio de los productos: en torno a 60 euros.