Mientras los fans españoles se preparan para recibir a Taylor Swift en sus esperadísimos conciertos, nos preguntamos: ¿qué diablos come la cantante más influyente del momento para mantener su energía y su cuerpo en forma durante una gira mundial?

Algunos medios han revelado que, además de su rutina de ejercicios, Taylor Swift sigue una dieta equilibrada basada en la filosofía de ‘nutrición consciente’. Pero, ¿qué significa esto realmente? Nos lo explican las expertas doctoras de Clínica Mira+Cueto.

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La dieta holística de Taylor Swift a examen

Primero, aclaremos qué es la nutrición holística. Según los portavoces de Clínica Mira + Cueto, esta rama se enfoca en el bienestar total de la persona, no solo en su salud física, sino también en su bienestar emocional, mental y espiritual. Básicamente, es como un buffet libre donde puedes mezclar tai chi, yoga y un toque de meditación, todo mientras comes quinoa y evitas el estrés. Ideal, ¿verdad?

Taylor Swift, con su agenda repleta de compromisos, ha adoptado este enfoque para mantenerse en forma. Desde la clínica madrileña señalan que la alimentación consciente no es sólo elegir alimentos saludables, sino también cultivar una conexión profunda entre cuerpo, mente y comida.

Alimentación y emociones: más cerca de lo que crees

Clínica Mira + Cueto nos recuerda que lo que comemos afecta directamente nuestro cerebro y nuestra capacidad para manejar emociones. Así que la próxima vez que te encuentres devorando un helado después de un mal día, podrías estar alimentando algo más que tu estómago. Practicar la alimentación consciente nos ayuda a reconocer cómo los alimentos influyen en nuestras emociones y comportamientos, y evita que comamos emocionalmente (es decir, para calmar nuestra ansiedad).

La dieta Swift: ¿un menú antiinflamatorio?

Si los rumores son ciertos, Taylor Swift sigue una dieta antiinflamatoria. Esto suena sofisticado, pero en esencia significa evitar alimentos ultraprocesados y con alto índice glucémico, como las galletas María, las patatas fritas (lo siento, amigos de las meriendas rápidas y el picoteo) y más o menos todo lo que venga en un envase de plástico de colorinchis.

Qué evitar según la dieta antiinflamatoria:

– Grasas saturadas y trans: adiós a la margarina y los productos fritos.

– Aceites refinados: olvídate del aceite de soja, girasol o maíz.

– Embutidos y procesados cárnicos: salchichas, chorizos y bacon son los villanos de esta historia.

– Gluten: para algunos, el gluten es como un ex tóxico, y lo mejor es la política de ‘contacto cero’.

– Bebidas alcohólicas: porque nada arruina una dieta como un buen cóctel (o varios).

Ah, y no te olvides de reducir el consumo de sal para evitar la retención de líquidos, y de beber mucha agua, a su vez, para favorecer el drenaje de toxinas.

Beneficios de la dieta antiinflamatoria

La dieta antiinflamatoria no sólo ayuda a controlar la inflamación crónica (esa que te hace sentir como si llevaras una resaca constante), sino que también mejora las defensas del organismo, favorece la cicatrización y reparación de tejidos y disminuye la formación de radicales libres. Te hace sentir y lucir como una superestrella.

Estilo de vida holístico: más allá de la comida

Finalmente, la Clínica Mira + Cueto sugiere adoptar un estilo de vida holístico que incluya buena nutrición, ejercicio, higiene del sueño, exposición a la luz solar y gestión del estrés. En resumen, conviértete en la famosa (guiño, guiño) versión mejorada de ti misma. Si ya añades algo de cuidado a tu comunidad, ‘miel sobre hojuelas’, que diría mi abuela.