Un estudio de la Unidad Dental de la Clínica Universidad de Navarra y del Departamento de Morfología y Biología Celular de la Universidad de Oviedo ha encontrado cuál es el motivo de la sensibilidad dental.
Al menos han emprendido el camino para avanzar en el fin del dolor de dientes. Este prometedor avance podría terminar con esas punzadas que ocurren en los dientes de un 28,9% de la población. Lo que han descubierto estos investigadores son unos canales mecanosensibles dentro de los dientes, que son los responsables del dolor ante el frío o el calor.
Si no lo has padecido, mejor. Porque el dolor que te recorre por la boca no es desdeñable. El trabajo se ha publicado en una revista científica de prestigio, The Anatomical Record de la Asociación Americana de Anatomía. Estamos ante el principio del fin de este problema dental.
Comer o beber algo frío o muy caliente, dulces o ácidos e incluso lavarte los dientes puede originar un severo dolor. Hasta ahora lo único que hay son dentífricos que protegen el esmalte. Es bastante, claro porque quien lo padece (levanto la mano) os prometo que es bastante desolador. Yo estoy utilizando la pasta de Yotuel, una de las menos agresivas que conozco. Entre otras cosas porque no tiene Kathon.
La sensibilidad dental ocurre cuando se expone la dentina, la parte más blanda del diente situada bajo el esmalte dental. Algunas de las causas son la erosión del esmalte, las caries, la retracción de las encías o procedimientos dentales como los blanqueamientos.
Unos canales en los dientes, responsables de la sensibilidad dental
El estudio que ahora se acaba de hacer público va más allá de lo que ya se sabía. Se creía que la base de este dolor estaba en la proteína TRPC5. Ahora, este grupo de investigadores navarro y asturiano ha identificado unas estructuras anatómicas situadas en los odontoblastos -las células situadas bajo el esmalte- y que convierten en estímulos nerviosos las fuerzas que actúan sobre el diente.
El doctor Juan José Gaite, codirector de la Unidad dental de la Clínica Universitaria de Navarra, ha explicado que “en dientes humanos ya extraídos y en dientes de ratones hemos localizado por primera vez los canales iónico de la familia Piezo (Piezo1 y Piezo2)”. Los odontoblastos y los canales iónicos Piezo1 y Piezo 2 son los responsables de la conversión del estímulo.
Este descubrimiento aunque aún no se sustancie, de momento, en ningún tratamiento, sí que muestra el camino para seguir con los estudios y llegar a diseñar la cura para regular estos canales y controlar la sensibilidad dental y el dolor.
¿Cómo se ha desarrollado esta idea?
Los científicos españoles han partido de una idea: de qué manera un diente responde ante un estímulo de frío, de calor, de sensación dulce o ácida. Todos los dentistas conocen que estos estímulos afectan al diente, pero lo que no se sabe es porqué a unas personas sí y a otras no. Por eso, el objetivo de la investigación era descubrir el mecanismo que se pone en marcha desde que se provoca este impulso mecánico -frío, calor, etc- hasta que llega al cerebro y se hace consciente. Es decir, qué sucede desde que tomas el helado hasta que te duele a rabiar. Es un milisegundo, pero, ¿qué lo desencadena?