Hoy en día hay opciones para aumentar nuestra producción de colágeno, y una de las más eficaces son los tratamientos con inductores de colágeno inyectables.
El colágeno es una proteína fundamental de la piel; se encarga de su elasticidad y resistencia. A partir de los 25 años empieza a descomponerse más rápidamente de lo que nuestro cuerpo puede reemplazarlo (aproximadamente un 1% al año); así que, a los 35 tendremos un 10% menos de esta proteína clave para la salud y firmeza de la piel.
“Los inductores de colágeno son sustancias que provocan que nuestras propias células productoras de colágeno (se llaman fibroblastos) produzcan colágeno y elastina, proteínas que forman redes que sostienen a los tejidos, fundamentales para mantener la piel tersa y en su sitio”, explica la doctora Mirella Pascini, dermatóloga y médico estética de la clínica Kalosia. “Son tratamientos muy demandados últimamente porque dan un aspecto muy natural, y por eso son ideales para aquellas personas que quieren envejecer con un buen aspecto pero sin cambios, explica la doctora.
Lo que tenemos claro es que a partir de los 25 o 30 años la producción de colágeno es más lenta y destruimos más colágeno del que nuestro organismo es capaz de fabricar por sí mismo. La consecuencia es que los rasgos de la cara están menos definidos porque perdemos ese sostén que nos proporciona el colágeno. La cara se nos cae literalmente. Si lo que buscas es reposicionar esas facciones lo que estás pidiendo son los inductores de colágeno.
Inductores de colágeno, un tratamiento muy demandado
Si no habías oído hablar de ellos, atenta. Según la doctora Pascini, de la clínica Kalosia, “son tratamientos muy demandados a partir de los 35 años porque permiten prevenir la flacidez y las alteraciones del contorno facial que pueden empezar ya en edades tempranas”.
Evidentemente no es lo mismo tratar una piel con 35 años que con 70. Por eso, la mejor respuesta de la piel a los inductores de colágeno se da en personas de entre 35 y 55 años. ¿Esto quiere decir que con 60 no va a funcionar? Lo que significa y así lo explica el doctor Morales- Raya es que “siempre tienes capacidad de formar colágeno, aunque no es el mismo de una persona de 25 años que una de 70”. Es decir, el tratamiento va a funcionar, pero no igual en una piel joven que en una más madura.
Es, por ahora, la mejor técnica para sobrellevar la falta de colágeno. “Los inductores de colágeno son el tratamiento por excelencia para conseguir eficacia contra la flacidez de la forma más natural -explica Beatriz Collado, directora de la Clínica del Arte-. En nuestra clínica está cada vez más en auge”.
¿Sólo hay un único tratamiento o existen varios inductores de colágeno?
A día de hoy existen 3 sustancias inductoras de colágeno: la hidroxiapatita cálcica, bajo el nombre comercial de Radiesse; la policaprolactona (Ellansé) y el ácido poliláctico (Sculptra). “Son productos que se inyectan en una capa más profunda de la piel con la ayuda de una cánula en una sesión que dura unos 30 minutos”, explica la doctora Pascini.
Cada maestrillo tiene su librillo y, en este caso, cada doctor, sus preferencias. El doctor Morales-Raya, con clínica propia en Madrid, es defensor de Ellansé: “Es un tratamiento muy agradecido por la duración que tiene -entre 18 y 24 meses- y por la eficacia a largo plazo”.
Otros, como en la Clínica del Arte, utilizan tanto Radiesse como Sculptra. “El resultado se va notando poco a poco -explica Beatriz Collado-, y en un mes aproximadamente se observan los resultados, proporcionando volumen a la piel, elasticidad ayudando a recuperar la firmeza de la piel, se ve más tersa, más propia de la juventud, con un resultado muy natural”.
La cánula se introduce en la cola de la ceja, el pómulo, el ángulo mandibular y en las zonas de las líneas de marioneta y el surco nasogeniano. Poco a poco se va produciendo a estimulación del colágeno. “Con ello -prosigue el doctor Morales-Raya– se mejora la luminosidad de la piel y se redensifica la dermis, se consigue elevar la mirad, se recuperan volúmenes y mejora el aumento de los pómulos y mentón, se corrigen los surcos nasogenianos y se mejora la definición mandibular”.
Un único tratamiento con inductores de colágeno y tu tez vuelve a los 25 años
Los inductores de colágeno están pues a la última; casi prometen la juventud eterna o, al menos, la ausencia de descolgamiento: tener las cosas en su sitio es una buena apuesta. No es para siempre y hay que repetir el tratamiento cada año y medio o dos años, dependiendo de la capacidad de esas células (los fibroblastos) de producir colágeno.
También se pueden mezclar los inductores de colágeno con ácido hialurónico, cuenta a Belleza Pura la doctora Pascini. “Se llama técnica híbrida y está muy demandada porque posee las ventajas del tratamiento con ácido hialurónico, como la inmediatez, con los beneficios a largo plazo de la calidad de la piel y de la flacidez”.
Si estás pensando en hacerte uno de estos tratamientos sólo te recomendamos que elijas bien el médico que va a pincharte. Todos los productos son muy seguros, se toleran muy bien porque se hacen bajo anestesia local y te puedes incorporar a tu vida al día siguiente.
Los precios son variables, dependiendo de la clínica, pero están entre 1.000 y 2.000 euros aproximadamente.