Ir a la peluquería y que no te corten el pelo ni te den color… sino ir a la peluquería por el mero placer de regalarte un tratamiento spa capilar en Charo Palomo por y para la salud y belleza de ese pelazo.
Masajes, brumas e infusiones en el cuero cabelludo. Todo esto y más es lo que he recibido en el atelier de Charo Palomo, un salón que más parece una casa con su patio decorado que una peluquería al uso. El plan es disfrutar de un tratamiento y desconectar; después de una hora tu pelo está brillante, hidratado y como nuevo.
El spa capilar es un ritual japonés centrado en la cabeza, pero al que también se une la cara y las manos. Está indicado para todo tipo de cabellos. En el atelier de Charo Palomo recomiendan hacerlo cada mes y medio o dos meses y que se complementa con los productos que necesite cada una de nosotras. Este servicio de la estilista madrileña es nuevo en un salón. Y aunque, originario del país asiático, ya está empezando a asentarse en España porque lo que busca es el placer, una hora de relajación absoluta.
Masajes y relajación van en un pack y es una experiencia que comienza nada más tocar el timbre de la puerta del atelier. Te recibe un espacio blanco, inmaculado; todo muy relajante. El spa capilar se realiza en una habitación aparte. Una butaca invita a tumbarse y la música empieza a hacer el resto. Las manos, en este caso de Valle, han trabajado mi cuero cabelludo y mi melena para dejarla con brillo e hidratada; un buen tratamiento para mitad del verano o para cuando quieras.
Limpiar el cuero cabelludo es el inicio del spa capilar Charo Palomo
Una mezcla con menta para limpiar y exfoliar el cuero cabelludo es el comienzo del cuidado de mi pelo. Con ello se consigue, según las palabras de Valle, la técnico que me está haciendo el tratamiento, limpiar, levantar la raíz y dejarlo fresco. Más de una hora de masajes, relax, aromas a menta, poleo, regaliz, camomila… no sólo cuida tu cabello sino que, además, alimenta tu espíritu.
Esta manera de ver el salón de peluquería es un concepto nuevo, el que busca Charo Palomo en su atelier: un lugar donde desconectar y, desde luego que desconectas. Entre la música y el masaje es difícil no quedarse dormida.
El tratamiento continúa mientras por uno de los laterales notas una bruma templada que va llegando a la cara y a la cabeza; es una bruma de agua microparticulada que logra que los activos penetren más en la melena y en el cuero cabelludo.
Oro para mi pelo, ¿qué más se puede pedir en un spa capilar?
Kemon y Miriam Quevedo son las marcas que se usan en este spa para mi cabello. Las brumas, las infusiones, el aclarado con agua fresca (como a mí me gusta) dan paso a un champú nutritivo con oro de Miriam Quevedo, un potente tratamiento que actúa para reparar, regenerar y proteger el cabello y el cuero cabelludo. Un gorro durante unos 10 minutos consigue que todos lo activos penetren.
Mientras tanto, la cara y las manos son el centro de atención. La cara se limpia, luego llega un masaje con una piedra de jade y, a continuación, una mascarilla oxigenante con la que notas burbujillas en la piel. Se retira esa mascarilla con una muselina de algodón y me aplica un serum y una hidratante con otro estupendo masaje.
El champú con oro sigue trabajando mi cabello y las manos adquieren protagonismo. Para cuidarlas, Valle me aplica un exfoliante con ácido hialurónico y la bruma que antes estaba en mi cabeza pasa a mis manos para dejar que el hialurónico actúe en ellas.
Terminada esta mini sesión de cara y manos, Valle vuelve a la cabeza; aclara el cabello con un combinado de infusiones; en mi caso, regaliz y poleo para resaltar mi color (en este caso, mis canas). En otros casos y según prefiera la clienta, puede hacerse con camomila y manzanilla, o con otras infusiones.
Una hora después mi melena está estupenda y mi espíritu, relajado. Mi tendencia natural activa se ha serenado y después de peinar mi cabello, me siento a charlar con Charo Palomo y con la jefa, Beatriz Peña, que está dándose color y cortando el pelo. Si mi pelo ha quedado de maravilla, el de Beatriz ha quedado de lujo.
Precio del spa capilar: 120 euros