Este error de diagnóstico te puede dar muchos disgustos.
Es muy común catalogar la propia piel como ‘seca’ cuando lo que en realidad se quiere decir es que le falta agua, ergo deshidratada
No hay confusión más extendida y comprensible puesto que, al fin y al cabo, el denominador común es el mismo: una piel tirante, opaca y poco elástica. Si la piel está deshidratada es porque le falta agua; si está seca es porque le falta grasa. Un diagnóstico equivocado nos puede conducir a untarnos con cremas excesivamente oleosas para las necesidades de nuestra piel. No la líes parda y acierta a la primera.
“Mi piel está seca”. ¡Meeec! Está deshidratada.
Y esto le puede suceder a personas con una producción sebácea equilibrada o a aquellas que están en pleno brote peleón de acné. La piel se deshidrata por la edad -a medida que cumplimos años se da una mayor pérdida de agua transepidérmica-, el consumo de alcohol, el clima seco y soleado, la exposición a aires acondicionados o calefacción y el uso de productos cosméticos que resecan, como algunos jabones o el retinol. “Los síntomas incluyen un aspecto apagado y plano, sin luminosidad y con una coloración cenicienta, además de ojeras oscuras y un aspecto cansado”, matiza Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni Cosmetics.
Qué te ayuda
Cremas hidratantes con humectantes y emolientes. Los primeros atraen el agua a la piel y, los segundos, la retienen. Si tu piel es grasa o mixta, elige una crema con más humectantes que emolientes puesto que el sebo actúa como emoliente natural.
¿Activos hidratantes? Ácido hialurónico, niacinamida, escualano, pantenol, vitamina C, probióticos…
“Mi piel está seca”. ¡Ahí le hemos dado! Te falta grasa, pero no es ningún drama.
Se da con más frecuencia en personas mayores. Esta situación comparte causas con la piel deshidratada, a lo que se suma el uso indiscriminado de antihistamínicos para las alergias o el uso de cosméticos inadecuados para ese tipo de piel (de nuevo, una elección inadecuada puede conducir a una piel con la textura del pergamino).
“Un cutis seco se ve escamoso por la falta de grasa, y en casos graves puede picar o desarrollar psoriasis, eccemas o dermatitis. Menos graves son las líneas finas o arrugas, el enrojecimiento o la descamación”, prosigue la experta de Nezeni Cosmetics.
Qué te ayuda
Cosméticos con base de aceite y con ceramidas. Evita los limpiadores agresivos y añade grasas saludables a tu dieta (aceite de oliva, aguacate, coco, pescados azules o, incluso, suplementos de omega 3).