Hay una enzima que elimina los efectos no deseados de las inyecciones de ácido hialurónico. Se llama hialuronidasa, es segura y tiene un precio asequible.
El 40% de la población española se ha sometido alguna vez a algún tratamiento estético. Según la Sociedad Española de Medicina Estética, durante el año 2021, en España se realizaron un total de 871.525 tratamientos médico-estéticos. De ellos, 200.568 fueron procedimientos con ácido hialurónico. ¿Todos estos tratamientos salen bien?
No es lo habitual, pero en ocasiones el tratamiento no sale como quisieras. Los volúmenes no son los que buscabas, te ves asimétrica o las proporciones no son las precisas. Labios exagerados, pómulos que desafían cualquier ley de la proporción o las archiconocidas ‘caras de ardilla’ son solo algunos de los síntomas que existen tras haber realizado infiltraciones desmedidas de ácido hialurónico. Es entonces cuando hay que echar mano de la hialuronidasa, la solución para estos problemas. Sigue leyendo para enterarte de cómo funciona.
Hoy por hoy, el ácido hialurónico en medicina estética es uno de los activos antiaging más conocidos y demandados por los pacientes por sus propiedades, beneficios e increíbles resultados. “El ácido hialurónico es muy eficaz y poco problemático, pero la dificultad de su aplicación tiene lugar cuando el médico, al utilizarlo, comete un error o sobrecarga la zona con una dosis desproporcionada; también se aplica para disminuir edemas o inflamaciones y en mesoterapias para tratar celulitis, junto con otros fármacos”, explica la doctora Sofía Ruiz del Cueto, de la clínica Mira+Cueto.
Sin embargo, en ocasiones los resultados no son los esperados y los médicos estéticos son capaces de poner en marcha un protocolo para revertir los resultados no deseados.
Hialuronidasa, la enzima salvadora
“La hialuronidasa es una enzima natural que degrada el ácido hialurónico. Además de su uso estético, la hialuronidasa se aplica para la absorción y dispersión de otros fármacos”, explica la doctora Mar Mira, de la clínica Mira+Cueto.
Esta enzima se describió por primera vez en 1928 y se encontró en los extractos testiculares del toro. Primero se señaló como un factor de difusión; posteriores investigaciones la identificaron como perteneciente al grupo de enzimas que degradan el ácido hialurónico. No hubo ningún acontecimiento, como sucede con otras sustancias, que fuera el detonante para conocer que la hialuronidasa fuera el antídoto contra un ácido hialurónico mal puesto.
¿Cómo funciona la hialuronidasa?
La doctora Mar Mira nos cuenta que la enzima se trata “mediante un mapeo facial en el que no todas las zonas son igualmente tratadas, ya que depende de sus características anatómicas. Se aplican diferentes variables de diluciones y cantidades por las zonas conflictivas para recuperar así la naturalidad del rostro. Después del tratamiento con hialuronidasa, el hialurónico suele deshacerse entre 1 y 3 días, que es cuando se estabiliza y el efecto es definitivo”.
No tiene efectos secundarios o si acaso, como explica la doctora Mira, “puede darse inflamaciones y alguna reacción alérgica, pero el porcentaje de posibilidades de alergias es bajo, entre el 0,05 y el 0,69%”.
Antes de inyectarse ácido hialurónico…
Hay que saber quién lo pone, qué producto inyecta y si la clínica está avalada por el Ministerio de Sanidad. En nuestro país existen más de 6.300 clínicas autorizadas por este ministerio para ejercer esta actividad.
Por eso, si estás pensado en usar ácido hialurónico, acude a un centro solvente, con médicos bien preparados que utilicen productos reconocidos y avalados.
En este enlace puedes encontrar las clínicas que están afiliadas a la Sociedad Española de Medicina Estética y no vas a encontrar intrusismos.
Precio de una sesión de hialuronidasa: 145 euros aproximadamente.