Un estudio científico estadounidense acaba de establecer una relación entre alisado del cabello y cáncer de útero. Las alarmas han saltado y los medios de comunicación se han hecho eco de este trabajo.
El 22 de octubre de este año un estudio del National Institute of Health del Departamento de Salud de los Estados Unidos revelaba en la revista Journal of the National Cancer Institute que los productos para el cabello pueden contener sustancias químicas peligrosas con propiedades cancerígenas y disruptoras endocrinas. Estos disruptores (palabra muy de moda) son una serie de sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del organismo humano y generar su disfunción.
Otros estudios ya habían asociado un mayor riesgo de cáncer, tanto de mama como de ovarios, pero nunca se había manifestado nada sobre el de útero. Por eso, la noticia ha corrido como la pólvora.
La búsqueda en internet de “alisado y cáncer de útero” muestra una cifra cercana a los 2.000 millones de resultados. Es decir, la gente -y en especial, nosotras las mujeres- está preocupada por si existe una relación entre alisado y cáncer de útero. Os explicamos a continuación que los productos que se utilizan en España y en la Unión Europea están libres de los productos químicos que podrían producir esta enfermedad.
Partamos de la base de que todo en este mundo es química; hasta el agua. Eso no significa que todo lo que caiga en nuestro cabello o en nuestra cara vaya a ocasionarnos un cáncer.
Afortunadamente para nosotros, en Europa y, por tanto en España, existe una ley muy restrictiva con respecto a las sustancias potencialmente peligrosas. Establecida esta premisa, el trabajo científico, llamado Estudio de Hermanas, se realizó en una población de 50.884 mujeres de entre 35 y 74 años que no padecían enfermedad en el útero entre los años 2003 y 2009, pero que sí tenían o habían tenido una hermana con cáncer de mama.
Evidencia de asociación entre alisado del cabello y cáncer de útero
Durante un periodo de 10,9 años se identificaron 262 casos de cáncer de útero. El uso en alguna ocasión de productos alisadores se asoció con tasas más altas de cáncer uterino. Sin embargo, el empleo de otros productos para el cabello, incluidos tintes y permanentes, no se unió a este tipo de tumor. Por supuesto, en la encuesta dirigida a cada integrante del programa se preguntó si en los últimos 12 meses habían utilizado productos para el cabello.
Los hallazgos de cáncer de útero son la primera evidencia epidemiológica de asociación entre el uso de productos para alisar el cabello y el cáncer de útero. Desde el Departamento de Salud de Estados Unidos se va a seguir investigando para replicar sus hallazgos en otros entornos.
Algunas de las sustancias que estarían detrás de estos cánceres, que se asocian más a las personas negras porque son las que emplean más los productos de alisados, son los parabenos, el bisfenol y los formaldehídos.
¿Usamos estos productos en España?
No pongas el grito en el cielo porque estos productos no están permitidos en España. Los parabenos son un grupo de ingredientes que se utilizan como conservantes. Son muy útiles para evitar la contaminación por bacterias, hongos o levaduras, por lo que sirven para garantizar la seguridad de los productos cosméticos y alargar su vida útil.
Pero la familia de los parabenos es muy amplia, y son muy pocos los que se usan en cosmética. Hace unos años algunos estudios relacionaron la presencia de parabenos con problemas de salud como el cáncer de mama o la infertilidad masculina. Sin embargo, una investigación posterior constató que no había una relación directa entre parabenos y problemas de salud. Aún así, la Unión Europea prohibió el uso de 5 parabenos. El reclamo “sin parabenos” es casi una estrategia de algunas marcas para diferenciarse de otras que no lo ponen. Y, como es un conservante, si la crema en cuestión no contiene parabenos tendrá que haberse formulado con otro conservante.
Es un señuelo igual que el de “cruelty free”. En Europa está prohibido testar con animales vivos desde 2013; es pues, otro reclamo de la industria para distinguirse de las empresas cosméticas que no utilizan el rotulito en el envase.
El bisfenol es otro producto químico que se emplea desde hace muchos años como componente para la fabricación de policarbonato y resinas epoxi-fenólicas y que entran en la composición de envases.
Como ya os explicaba, la legislación europea es muy exigente y también ha aportado sus datos. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha trabajado en los últimos años para evaluar de nuevo los potenciales riesgos del bisfenol. Como fruto de estos trabajos se ha publicado recientemente la opinión científica que considera que esta sustancia es segura.
¿Y los formaldehídos son los responsables de la relación entre el alisado del cabello con el cáncer de útero?
El formaldehído es una sustancia química inflamable, incolora y de olor fuerte que se utiliza para algunos usos industriales y en el sector sanitario para realizar algún tipo de pruebas muy específicas.
Para contestar a esta pregunta vamos a conocer la opinión de María José Tous, farmacéutica, cosmetóloga y fundadora de la marca Kosei. “Es un error extrapolar los resultados obtenidos en Estados Unidos porque la legislación española no permite el uso de alisadores con formaldehído”.
Para María José Tous, “el artículo que hace mención a la relación entre el alisado del cabello con el cáncer de útero no tiene en cuenta que hay muchos tipos de alisado con diferentes tipos de ingredientes. Desde mi opinión, debería haber dicho que se refería a los tratamientos de alisado a base de formaldehído, y no de forma genérica a los tratamientos de alisado. Ya sabemos que el formaldehído es un agente cancerígeno y de hecho, está prohibido en la mayoría de los países del mundo, no solo en Europa”.
¿Con qué compuestos se elaboran los alisados del cabello en España?
La respuesta es compleja porque los ingredientes con que se hacen los alisados en Europa/España son variados; no hay un único ingrediente que pueda hacer esta función.
María José Tous explica a Belleza Pura que “los más antiguos son los tioglicolatos -utilizados tanto para rizar como alisar el cabello-, y son los que se empleaban en la época de las permanentes. Es difícil controlar el punto final del tratamiento y estropean mucho el cabello. Los más modernos se hacen a base de ácido glioxílico o su sal, el glioxilato, carbocisteína o derivados, y derivados de cisteína. La clave está en los porcentajes de cada uno de estos ingredientes, sus combinaciones y la base (ingredientes de la emulsión) en la que se formulan. Todo ello es lo que dará la forma de aplicación (si procede lavar después de aplicar el tratamiento sobre el cabello, antes de planchar el cabello o no). Y todo lo comentado anteriormente afecta al resultado en cuanto al alisado del cabello y a cómo queda la fibra capilar (más o menos dañada)”.
Si acudimos al terreno legal también hay información que aportar. “Cualquier cosmético fabricado en Europa debe disponer de un dossier que se denomina PIF (Product File Information) en el que un técnico (farmacéutico, médico, químico especializado) debe realizar una evaluación de la seguridad basándose en el perfil toxicológico de las sustancias que forman parte del producto terminado, su forma de uso, el lugar y la cantidad de aplicación”, explica la creadora de Kosei.
“Por ello- remata María José Tous-, las personas que se hacen alisados no deberían tener miedo en ese sentido. Siempre que estén utilizando un producto del que se sepa su procedencia y su composición”.