El tratamiento Total Face devuelve la juventud y lozanía al rostro y trata las arrugas sin pasar por quirófano. Hay un antes y un después donde se observa un cambio muy importante y bastante visible.
Las distintas técnicas y productos del tratamiento Total Face se dirigen a un mismo objetivo: rejuvenecer el rostro y devolverle la armonía.
La medicina estética logra resultados naturales y muy satisfactorios sin necesidad de embarcarse en una cirugía, con los riesgos que ello conlleva. La pega es que los resultados no son tan duraderos, pero para resolver de forma radical durante un cierto tiempo cuestiones como las arrugas, la pérdida de volumen o la flacidez, es un recurso útil. Y, cada vez, más utilizado, ¡y no sólo por personas que han llegado a cierta edad!
El tratamiento Total Face no sólo quita arrugas: también corrige volúmenes faciales disarmónicos por causas genéticas. “Se recomienda a todo tipo de pacientes y edades, ya que se aplica tanto para el rejuvenecimiento facial sin cirugía como para la armonización facial”, explica Lola Sopeña, directora de la clínica que lleva su nombre.
En cuanto a los productos en sí, un Total Face puede llevar tranquilamente 1 vial de toxina botulínica (se emplea en frente, entrecejo y patas de gallo para bloquear la actividad de los músculos y atenuar considerablemente las arrugas), 3 viales de Radiesse (hidroxiapatita cálcica), ideal para rellenar las mejillas u otras zonas hundidas o redibujar la nariz y 4 viales de ácido hialurónico que se destinan a rellenar áreas como los pómulos, el surco nasogeniano, las ojeras…
La hidroxiapatita cálcica actúa como un promotor de colágeno, por lo que mejora muchísimo la calidad de la piel, como hace el ácido hialurónico captando agua y ‘engrosando’ la piel.
Puesto que se trata de un tratamiento personalizado, resulta imprescindible ponerse en manos de un buen profesional que sepa entender las proporciones del rostro y aplicar la dosis necesaria en la zona justa. La estructura facial es una arquitectura compleja compuesta por huesos, músculos y grasa, y cada cara es única.
Las sustancias que se infiltran no generan rechazo, puesto que no es muy poco habitual encontrarse con efectos secundarios no deseados. Lo habitual es tener algo de inflamación durante 24-48 horas; el resultado definitivo se aprecia en torno a las 3 semanas posteriores al tratamiento.
La duración de un Total Face puede ser de unos 12 meses, excepto la toxina, “que dura de 4 a 6 meses”, matiza Lola Sopeña.
¿Para alargar el resultado? Resulta imprescindible mantener un estilo de vida saludable. “El alcohol y el tabaco son grandes enemigos de los tratamientos de rejuvenecimiento sin cirugía”, advierte la directora de Clínicas Lola Sopeña. “También hay que evitar el exceso de sol y mantener una alimentación sana y equilibrada junto con una correcta ingesta de agua”.
Precio: en torno a 2.500 euros.