El Instituto de Investigación de Agua y Salud ha revelado los datos de su encuesta y salimos mal parados en cuanto a hidratación: bebemos poca agua, menos de la recomendada.
Según la encuesta realizada por este instituto, una entidad de carácter científico y divulgativo, solo el 30% de los hombres y el 19% de las mujeres siguen las recomendaciones de los expertos en cuanto a la cantidad de agua que beben. A pesar de que, según este Instituto bebemos poco líquido, los encuestados reconocen que es importante mantener una correcta hidratación.
El aumento de las temperaturas de este verano, que está siendo el más caluroso desde que se tienen registros, pone de manifiesto la importancia de una correcta hidratación. Se sabe que durante un día, nuestro organismo pierde entre 2 y 3 litros de agua. Esta cantidad total dependerá del sexo, el tamaño corporal, el clima, la vestimenta que lleve, los niveles de actividad y muchos otros factores.
Perdemos agua de manera constante, pero bebemos sólo de manera intermitente, con lo que el contenido de agua del cuerpo varía constantemente. “Durante el verano, el cuerpo sufre importantes pérdidas de agua y tiene dificultades para regular su temperatura por mecanismos habituales como la sudoración, produciéndose el aumento de la temperatura corporal. Para evitar el temido golpe de calor, debemos mantenernos hidratados en todo momento”, señala el doctor Francisco Maraver, médico especializado en hidrología médica.
Bebemos poca agua y la necesitamos para mantener una correcta hidratación
“Nuestro organismo posee una serie de mecanismos que le permiten mantener constante el contenido de agua, mediante un ajuste entre los ingresos y las pérdidas. El balance hídrico viene determinado por la ingestión (agua de bebida, líquidos, agua contenida en los alimentos) y la eliminación (orina, heces, a través de la piel y de aire espirado por los pulmones). El fallo de estos mecanismos y las consiguientes alteraciones del balance acuoso, pueden producir graves trastornos capaces de poner en peligro la vida del individuo”, explican en el estudio de 2010 Importancia del agua en la hidratación de la población española, de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).
Si bebemos poca agua nuestro organismo va a acusarlo. El cansancio es uno de los síntomas principales de que nos falta agua. Podemos notar flojera en los músculos e incluso sufrir calambres. A largo plazo, nuestro organismo puede tener problemas digestivos, diabetes, aumento de peso, problemas en la piel, colesterol alto, fatiga o estreñimiento.
¿Cuánta agua hay que beber al día?
Esta es la pregunta del millón. Cada uno dice una cosa y está asentado entre la gente que hay que beber 8 vasos de agua al día.
Desde el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), se recuerda que la sensación de sed nos advierte de que nuestro organismo ha empezado a deshidratarse, “es necesario que la población mantenga una rutina diaria de hidratación para así prevenir episodios de deshidratación y ayudar a nuestro organismo a mantener sus funciones. El 65% de nuestro cuerpo es agua, por lo que no podemos descuidarnos para que todo funcione a la perfección”, explica el doctor Francisco Maraver.
No existe ninguna base científica que dé por real esa cifra de 8 vasos. Este es uno de los mitos que van pasando año tras año, sobre todo en verano porque sí es verdad que bebemos poca agua. Pero cada organismo y cada edad necesita su cantidad.
El error de los 2 litros de agua se cree que proviene del Consejo de Alimentación y Nutrición de 1945 que, efectivamente decía que las personas teníamos que beber 2,5 litros de agua al día. Sin embargo, solo se leyó esta frase y no lo que venía a continuación y es que en la fruta y la verdura también está presente el agua, al igual que en los zumos, el café, el té…
Así, muchas personas se agobian pensando que con el agua que beben se van a deshidratar y cada año cunde el pánico con algunas informaciones.
Paren las máquinas, que todo es más fácil. Aunque sí es cierto que bebemos poca agua, también lo es que no tenemos que estar todo el día con la botella en el bolso. “Tu sed, si eres una persona sana, es el mejor indicador para que bebas”, afirma Juan Revenga, uno de los nutricionistas más importantes de nuestro país.
Esta idea se cita ya en el estudio que hemos mencionado más arriba, Importancia del agua en la hidratación de la población española. “Las necesidades de líquidos son variables para cada persona, en función de la actividad física o ejercicio que realice, de las condiciones ambientales, del patrón dietético, de los hábitos tóxicos como el consumo de alcohol y de los problemas de salud que padezca”, se indica en este estudio.
Por ejemplo, según avanza la edad se precisan más líquidos. Las personas mayores tienen disminuida la percepción de sed y se sacian con una menor ingesta líquida.
La temperatura ambiental es otro de los factores: ya hemos notado este verano que necesitábamos beber más.
Algunos fármacos modifican las necesidades de agua; lo normal es que el médico que te prescriba ese medicamento te avise de que debes beber más agua. Incluso, algunas enfermedades necesitan que se beba más agua.
Afortunadamente, nuestro organismo está diseñado para indicarnos que tenemos que beber antes de que llegue la deshidratación. Aún así, no todo vale y quitarnos la sed a base de refrescos no es lo más saludable.
¿Qué agua elijo?
Aunque nos machaquen con mil marcas de agua envasada, el agua del grifo sigue siendo la mejor opción por calidad y precio. De hecho, el 56% de los españoles beben agua del grifo frente al 46%, que bebe agua embotellada. El agua del grifo es de una calidad excelente en la mayoría de las ciudades y municipios españoles aunque haya lugares en los que el sabor o la calidad es más deficiente.
Lo que sí está claro es que hidratar, hidrata exactamente igual el agua embotellada que la de grifo. Lo importante es beber agua y tomar alimentos que te la proporcionen.