5 tips clásicos para perder peso que te hacen envejecer

Repetidos hasta la saciedad, estos consejos para perder peso hacen más daño que bien

Los tips para perder peso están mires donde mires en Internet. Sin embargo, algunos de ellos pueden resultar perjudiciales para la salud. Evítalos y saldrás ganando (y no será peso).

Muchas personas comparten consejos para perder peso, tanto en artículos como en posts de redes sociales, que en realidad pueden dañar nuestra salud al tiempo que aceleran el proceso de envejecimiento. Estos son los más repetidos (y perniciosos).

1. Contar calorías

Contar calorías le ‘funciona’ a algunas personas, pero es mucho más importante asegurarse de consumir una dieta equilibrada, tanto en macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), como en micronutrientes (vitaminas, minerales y oligoelementos) y, por supuesto, fibra.

La ingesta de calorías debe ir acompasada con la actividad diaria. Es cierto que es necesario crear un déficit calórico para perder peso, pero esto todas y cada una de las veces debe ir pautado por un nutricionista. Te sorprendería la cantidad de calorías que es posible comer cuando se realiza un entrenamiento de fuerza (y no estamos hablando de halterofilia, sino de una simple calistenia) puesto que el músculo es un tejido activo que consume más calorías en reposo. Come fresco, de temporada, sin procesar y lo más integral posible, teniendo cuidado de añadir ácidos grasos omega 3, grasas insaturadas y alimentos fibrosos, y respaldarás tu proceso de pérdida de peso además de tu longevidad. ¡Olvídate de las calorías!

2. No prestar atención a las proteínas

Aunque puedas pensar que las calorías son lo único que importa… si no consumes suficientes proteínas, tu plan de pérdida de peso se aboca al fracaso. ¿Cuántos gramos son necesarios? Por lo menos unos 25-30 gramos por comida, lo que (aproximadamente) equivale a dos huevos, 100 gramos de pollo o de pescado, 200 gramos de queso cottage… Si añades vegetales ricos en fibra, grasas saludables (AOVE, aguacate, nueces, aceite de coco), y una cantidad moderada de granos enteros, puedes ir jugando con los alimentos para componer una dieta saludable, variada, pro rejuvenecimiento y pro adelgazamiento.

3. Tomar productos sustitutivos en lugar de comidas

Una vez o dos no pasa nada, especialmente si se trata de resolver una emergencia. Pero, ojo, no te acostumbres a sustituir la comida de verdad por los productos: en general son alimentos altamente procesados y contienen azúcares agregados, cualidades relacionadas con el desarrollo de enfermedades crónicas ¡y con el envejecimiento! a través de la glicación.

4. Eliminar todos los carbohidratos

Son el enemigo, ¿no es cierto? Lo dicen dietas popularísimas como la Atkins o la Keto. Hay que distinguir el heno de la paja. No es lo mismo un carbohidrato simple (simplísimo) como el azúcar blanco o los carbos refinados (arroz blanco, pasta blanca, harinas blancas presentes en la repostería o el pan…) que la fruta fresca, las verduras, las legumbres o los cereales integrales. Estos alimentos tienen que estar presentes sí o sí en cualquier dieta nutritiva saludable que se precie de ser considerada como tal. Además, la fibra que contienen los carbohidratos complejos se ha relacionado con la saciedad en las comidas y la pérdida de peso exitosa, así como con la reducción de los marcadores de envejecimiento.

5. Ir bajo en grasa

Una vez más, no todas son iguales y hay que resistir la ‘tentación’ de eliminarlas de un plumazo cuando hablamos del objetivo de perder peso. Necesitamos grasas saludables para el corazón y el cerebro, como las que se encuentran en las nueces, semillas, el aguacate, el aceite de oliva virgen extra o el salmón, todas ellas ricas en sabor, satisfacción ¡y en micronutrientes que ‘embellecen’!