Más servicios, mayor atención y oferta personalizada: estas son las demandas de los seniors hoy en España.
Tener 50, 60 o 70 años ya no relega a las personas al cuarto de los trastos viejos. Casi el 30% de la población española tiene ya más de 55 años y en 2030 alcanzará el 40%. Y son (somos, que me incluyo) más jóvenes, saludables, con independencia económica, estamos conectados a las nuevas tecnologías, tenemos ganas de ayudar a los demás y de disfrutar.
Teniendo en cuenta estos datos de población, las empresas e instituciones se están enfrentando ahora mismo al reto de cómo actuar ante este nuevo horizonte que demandan los seniors en España. Un informe elaborado por la Generación Savia expone las características de esta nueva generación, que ya no se queda en casa.
¿Y cómo son los mayores de 55? Ya no importa tanto la edad. El DNI está ahí, pero eso no quiere decir que no sean capaces de todo. Se cuidan, llevan una buena dieta, hacen ejercicio y cuidan su imagen; no tenéis más que ver la cantidad de instagramers de más de 50 y de 60 mostrando su vida, y las tendencias de moda y belleza. También cuidan su vida sexual porque el deseo sexual se mantiene. Les gusta pasar el tiempo con su familia y siguen saliendo con sus amigos.
Las demandas de los seniors pasan siempre por la calidad
En cuanto a su nivel económico, en el 76% de los hogares entra más de 1500 euros al mes y, sobre todo, no les preocupa especialmente dejar una herencia a sus descendientes (como se suele decir, se “patinan toda la pasta”). Aunque haya algunos muy mayores que para ellos las nuevas tecnologías son inalcanzables, los seniors usan internet, las redes sociales y están al día en las nuevas tecnologías, más los hombres que las mujeres aunque también buscan la atención personal. Véase el tremendo follón que ha montado Carlos San Juan, un jubilado, promotor de la campaña “Soy mayor, no idiota” que reclama una atención más humana en las entidades bancarias. Efectivamente, no todos los mayores de 70 u 80 años se mueven por Internet como pez en el agua.
Por eso, los seniors buscan servicios de calidad porque saben lo que quieren. Y quieren seguir en sus casas (normalmente ya pagadas), las reforman e incluso instalan domótica.
Otra de sus características es que viajan, ya sea por España o por el extranjero. El 85% de los seniors dicen que tienen su tiempo ocupado. Y como disfrutan de tiempo libre, lo usan para ayudar a otros, ya sea en asociaciones o en ONGs.
Cómo afrontar la vida a partir de los 50
Con todas estas novedades en la vida de los seniors, las personas maduras están viviendo su propia revolución y las demandas de los más maduros hoy no tienen nada que ver con lo que pedían nuestras abuelas.
Ahora, que la longevidad y el envejecimiento de la población es un desafío para todos “tanto empresas como instituciones se enfrentan a nuevos retos como consecuencia de una mayor longevidad”, explica José de Juan Saboya, director general de Silver Economy Group. Este colectivo tiene como misión ayudar a empresas e instituciones a orientarse hacia el colectivo sénior mediante la adaptación de sus productos
El segundo informe de este grupo de apoyo a los mayores de 55 pone de manifiesto la necesidad de cambiar la mirada sobre los segundos 50 años de la vida.
Los seniors son rebeldes y no se sienten viejos sino maduros. Un 76% quiere aportar experiencia y conocimiento a la sociedad y es bueno que se valore su experiencia.
A partir de los 50 o los 55 años, saben que la edad no es lo principal y que hay muchas cosas por hacer y por vivir. Por eso cuidan de sí mismos y de su bienestar emocional.
Las personas maduras en un tanto por ciento muy alto tienen una economía saneada. Son los que han tenido un trabajo estable durante muchos años y ahora, sus pensiones, son buenas. Por eso, el 58% tiene ya planificado su futuro financiero.
Los 60 de ahora no son los 60 años de antes
Afortunadamente no son iguales los 60 años de ahora con los de hace unas décadas. Este hecho también se recoge en el informe de SEG: siendo un sociedad más longeva, se produce el mayor rejuvenecimiento social y de actitud en la historia de la humanidad. El último dato del Instituto Nacional de Estadística de hace unos días apunta que hay 133 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Las crisis económicas pasan factura y las personas jóvenes retrasan las maternidad porque no pueden hacer frente a la crianza de los hijos.
En el último año, se percibe una mayor presencia en los medios de comunicación y la publicidad en asuntos relacionados con las personas maduras más allá de la sostenibilidad de las pensiones.
La experiencia es un grado, una de las demandas de los seniors
Ser mayor de 55 es un pasaporte para irse al paro. Pero la sociedad no puede permitirse desperdiciar el valor de la experiencia, el talento adquirido y el conocimiento. Por eso, cada día hay más iniciativas que destacan el talento seniors. Acordaos que en plena pandemia, muchos médicos y enfermeras jubilados dieron un paso al frente, se pusieron las batas blancas y bregaron con lo que había. “La discriminación laboral por edad es una absoluta sinrazón, en medio de un invierno demográfico en el que la edad de jubilación tiende al alza y en el que los profesionales sénior van a convertirse en la fuerza laboral dominante”, defiende la Fundación Adecco.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que no podemos frenar el paso del tiempo pero sí la manera en que afrontamos los nuevos años que nos ofrece la vida. Las empresas deben buscar que este nicho de mercado no se les escape porque un 29,86% de la población es mayor de 55 años, y la economía senior crece a un ritmo anual del 3%. Más vale que la sociedad empiece de verdad a hacer caso a ese casi 30% de consumidores.
El problema no está en cumplir años… sino en no cumplirlos.