Las esencias se presentan como la ‘milla extra’ para conseguir una piel más joven, hidratada y resplandeciente
Desde Corea con amor (y con muchos ingredientes activos) nos llegan las esencias faciales, un pasito más para el hombre, la mujer y el a-género que puede ser interesante añadir a la rutina.
Si te arrebata el maximalismo, si te sulibella una rutina de muchos (y eficaces) pasos… las esencias pueden ser tu nueva niña bonita. Estos elixires de belleza sustentan su poderío en la altísima y específica carga de ingredientes activos, vehiculizados en un líquido a caballo entre el fluido y la textura gel para penetrar con ímpetu en capas algo más profundas de la piel.
Se aplica en plan obra de mampostería: entre capas y capas de productos. Primero, la esencial y básica limpieza, el ABC de la belleza. Después, el tónico para propiciar la receptividad de la piel. A continuación, la esencia de marras, que generalmente se destina a funciones como la hidratación, la luminosidad y el tratamiento de las arrugas. Luego (opcional), tu Sérum de cabecera. Después, la hidratante de turno. Y como guinda, la crema con SPF, que es de lo poco absolutamente imprescindible que hay en materia de salud y antienvejecimiento.
Y la pregunta que todas, todos y todes nos estamos haciendo, ¿es necesario usar esencias faciales? Depende, puede ser tanto como comprar flores frescas para casa (un detalle que embellece y nos hace la vida mejor dentro de su carácter prescindible) o puede ser la tabla de salvación para una piel seca o en la que se empiezan a manifestar signos evidentes de envejecimiento. Las esencias son pequeñas bombas líquidas que depositan en tu piel activos potentes en altas cantidades.
En general, se considera que el uso diario consigue mejorar los niveles de hidratación, la textura de la piel, la apariencia de las arrugas y líneas de expresión y devuelve (o potencia) la luminosidad. Como siempre, lo mejor es darle un ‘pruebing’ en las propias carnes y ver cómo evoluciona nuestro sagrado tejido.
En el mercado encontrarás muchas fórmulas de origen coreano, pero también de firmas europeas y españolas que han incorporado las esencias a su parrilla de productos.