La menstruación no es ningún tabú y vamos a decirlo bien alto porque parece que a muchas mujeres les hace sonrojar.
Somos 3.861 millones de mujeres en el mundo. Que se dice pronto. Y la mayoría, más de 2.100 millones, están en edad fértil. ¿Cuántas creéis que tienen una regla dolorosa y son casi incapaces de moverse de la cama o del sofá? Os sorprenderíais.
No todas las mujeres tienen una menstruación fácil, 3 o 4 días y listo. La dismenorrea (dolor en la regla) tiene una prevalencia de entre el 60 y el 90%, según un estudio de los doctores Natalia Yáñez, Sandra Johanna Bautista-Roa, Jaime Enrique Ruiz-Sternberg y Ángela María Ruiz-Sternberg, publicado en la revista Ciencia y Salud. Vamos, que las mujeres no nos quejamos por vicio sino por dolor. Y estamos hablando de mujeres sanas, sin ninguna patología que convierta su menstruación en un episodio infinitamente más doloroso. Pero no todos esos dolores son incapacitantes; solo algunos o en algunos ciclos menstruales.
Y todo esto parece que ha sorprendido a la sociedad española, incluso a algunas políticas porque o a ellas no les duele nada o piensan que el feminismo está reñido con la condición fisiológica de las mujeres.
Bajemos a la realidad de cada una de nosotras, de esas que cuando se acercan “esos días” puñeteros quieren bajarse del mundo.
“Mis reglas dolorosas comenzaron en el colegio -nos cuenta Mamen, una profesional, de poco más de 40 años, que lleva sufriendo una menstruación difícil desde hace años-. Mi abuela me recomendó Saldeva y manta eléctrica, pero como a veces lloraba de dolor, mis amigas me daban ibuprofeno, que les daban sus madres. En mis primeras visitas al ginecólogo le conté que me doblaba de dolor e incluso vomitaba y me desmayaba. Me adelantó la posibilidad de que tuviera endometriosis. Finalmente no tenía esa enfermedad. Pasé de los 15 a los 30 años atizándome ibuprofenos para hacer mi vida normal. Los dolores de mi menstruación eran como contracciones de parto que solo se aliviaban con el pastillazo de turno”.
Pastillazos para acabar con el dolor de la menstruación
Como Mamen, miles de mujeres pasan las de Caín cada mes. Nos quejamos de que nos duelen los ovarios, pero no, los ovarios no duelen porque no tienen terminaciones nerviosas. Lo que duele (a rabiar a veces) son las contracciones del útero para expulsar la capa de endometrio. Todos los meses el organismo femenino se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, se desprende de su recubrimiento. Esto es lo que nos duele.
Pero, además de las contracciones habituales, en ocasiones hay ciertas circunstancias que hacen más doloroso lo que ya es doloroso per se. En el caso de Mamen fue al quedarse embarazada de su primer hijo cuando descubrió que tenía miomas en el útero (un tumor no canceroso compuesto por tejido muscular y fibroso). “Después de mis 2 hijos, las reglas volvieron a ser muy dolorosas. Volví a los pastillazos y a decir en el trabajo ‘hoy me quedo en casa’ porque me doblaba del dolor”. Tras otro embarazo que no llegó a término, esta mujer ya no tiene reglas dolorosas, pero sí mucho más abundantes (abundantísimas).
“La conclusión es que un día al mes me tengo que quedar en casa porque si no, tendría que cambiarme cada 15 o 20 minutos, mancho la ropa, la silla, el suelo… Así que mi falta al trabajo (soy autónoma) ya no sería por dolor sino porque si no llego a cambiarme puedo dejar la silla y el suelo como un matadero”, termina de contarme esta mujer que las pasa canutas cada 28 días.
La baja por regla incapacitante es un debate sin sentido
“A mí me hubiera dado la vida que 2 días al mes me hubieran dejado teletrabajar, que se puede. Ha tenido que haber una pandemia para que se demuestre que se puede hacer”, termina diciendo Mamen, a la que aún la quedan unos añitos para pasar a la división de la menopausia (otro tabú). ¿Pero, por qué?
No sé por qué todas nuestras particularidades como mujeres son tabú o tienen poca importancia.
El debate que se ha abierto para que las mujeres podamos coger una baja por una regla dolorosa e incapacitante es, a mi juicio, un debate sin sentido. No todas las mujeres cogerán la baja; no todas dejarán de ir a trabajar todos los meses. Lo harán las que lo precisen. ¿Que habrá quién se escude en un periodo horrible para no ir ese día al trabajo? Seguro. Igual que existen hombres y mujeres que se cogen baja por depresión cuando no la tienen o por lumbalgia y andan tan derechos por el mundo.
Y por eso hay muchos despachos de detectives que siguen a muchas personas para comprobar si es una enfermedad de verdad o están haciendo otros trabajos (que se han dado casos).
Las leyes están para proteger y ayudar a los ciudadanos, y no obliga a ninguna mujer a quedarse en casa aunque esté doblada de dolor. Ella es muy libre de acudir a su trabajo o quedarse en casa, como sería lo lógico si se encuentra mal.
Cuando un empresario contrata a un trabajador sabe de antemano que este puede romperse una pierna, tener una migraña o un accidente de coche. Y con las mujeres en edad fértil, que podemos tener hijos y que todos los meses tenemos menstruación. Pero también saben que vamos a sacar su trabajo cada día. La menstruación no es un hecho raro ni está fuera de tono. Afortunadamente, la regla no entiende de clases sociales. Solo distingue edades. Y si estás entres lo 13 o 14 y los 45 o 50, vas a tener el periodo y puedes tener hijos. Son cosas de mujeres. Y aquí el feminismo ni pincha ni corta.