Rodolphe Diotel, peluquero y emprendedor francés, es el creador de la marca Rodolphe & Co que busca, con una cosmética orgánica para cabello, mejorar la belleza respetando la salud y el medio ambiente y que no provoque alergias. Ya se puede usar y adquirir en España.
La aventura de este jovencísimo colorista comenzó cuando experimentó en sí mismo una alergia a los productos convencionales de peluquería. A partir de ahí, y con solo 17 años, empezó a buscar aquellos principios activos biológicos y extractos exclusivos que evitaran las alergias y que, a la vez, fueran efectivos.
Por eso, le hemos hecho una entrevista. Rodolphe & Co se basa en la innovación, la ecología, la eficacia y el trabajo con materias primas vegetales certificadas BIO. Posee el Certificado Orgánico Ecocert y Cosmebio. Desde que se embarcara Rodolphe Diotel en esta aventura en 2014, la marca llega ya a 11 países, tiene ya 85 productos de cuidado capilar y coloración y hay 1.300 colaboradores que utilizan sus coloraciones, champús y tratamientos.
Rodolphe Diotel es joven, muy muy joven, y ya lleva a sus espaldas una marca muy completa de cuidado capilar. Aprovechando una corta estancia en Madrid para impartir un par de masterclass, Belleza Pura no ha querido perder la ocasión de charlar con él para que cuente cómo son sus tratamientos, qué es lo que le llevó a crear su marca y para quién está pensada.
La entrevista se realiza en el hotel Rosewood Villamagna de Madrid, que tras su remodelación es el lugar perfecto para la charla. Lo primero que destaca en Rodolphe es su mirada juvenil y sus ganas de contar qué hace y cómo. Es un hombre sencillo, con una risa franca y un pelín coqueto a la hora de hablar de su edad. “¿Cuántos años crees que tengo?“, me dice casi al final de la entrevista. Y empecé a decir años al buen tuntún, porque después de conocer todo lo que había hecho no me salían las cuentas. ¡Cara de joven y experiencia a puñados! Y empecé a decir: 35, 37, 40, 42, 30… Cuando dije 42 me lanzó una mirada asesina… “¿Cómo?”, casi grita en inglés, idioma que habla a la perfección… Me tuve que disculpar y explicar que no era posible ser tan joven -32 años- y haber hecho tanto…
Así nació Rodolphe & Co
Belleza Pura: ¿Cómo comenzó a crear su marca?
Rodolphe Diotel: “Comencé con 17 años. Trabajaba en salones de peluquería y tenía alergia por contacto en las manos; siendo colorista era una dificultad. Así que lo dejé y empecé a estudiar química. Durante 7 años trabajé en una empresa danesa y el problema era que todos los productos químicos que utilizaba reaccionaban en mi piel. Me dijeron que sus productos eran orgánicos, pero luego vi que no. Mi cuerpo habló y pensé ‘aquí hay algo raro’, tenían amoniaco y otros compuestos no orgánicos que no casaban con mi piel. Me harté y pensé en hacer algo para mí. Basándome en mis alergias creé una marca en la que no había esos componentes que no se ve pero que me hacían daño”.
B. P. ¿Tenía formación en química?
R. D. “Estudié en la universidad formulación química y me especialicé en productos para el cabello. Poner un laboratorio es muy caro así que comencé este proyecto con una mesa y una silla y creyendo en mis 3 productos: un champú, una mascarilla y un acondicionador sin aclarado”.
B. P. ¿Y luego?
R. D. “Con solo estos 3 productos empecé mi empresa y aproveché que había trabajado con estos distribuidores franceses para vendérselos a sus compradores. Pero a los daneses no les gustó que hiciera mis propios productos. Dio la casualidad de que las autoridades sanitarias francesas empezaron a comprobar si los productos que vendían cumplían con la legislación francesa, y los productos daneses no pasaron por el filtro legal. Esto les sentó fatal y hablaron con los colaboradores de su marca en Francia para decirles que yo era un mentiroso, pero estos no les creyeron y me volvieron a llamar para contar conmigo. En aquellos años trabajé día y noche durante meses porque solo tenía mis 3 productos y estaba obligado a hacer algo más porque había perdido el 95 % de mis ingresos, tenía 4 salones de peluquería y me había quedado sin la marca danesa”.
Es 2014, Rodolphe Diotel tiene 25 años y Rodolphe & Co es ya una realidad
En este caso, el trabajo comenzó a dar sus frutos y 9 años después, aquellos 3 productos son ya historia aunque se siguen vendiendo. Ahora tiene 85 referencias y ya tiene en su cabeza nuevas ideas. Es una máquina de trabajar.
B. P. ¿Qué tienen sus productos que no tengan los de otras marcas?
R. D. “Mis productos tienen una fórmula transparente y en ellos se ve la fórmula completa. Son tratamientos seguros para el consumidor y para el peluquero.
Segundo, mis productos están certificados por varios organismos, son sostenibles y el 60% de los ingredientes que utiliza en las fórmulas se hacen en menos de 100 km a la redonda de donde está su laboratorio, en la Bretaña Francesa (de dónde es Rodolphe). Uno de ellos es el nácar de Bretaña, un biomineral que recubre el interior de la concha de las ostras. Es una queratina vegana que recogemos en familia durante el mes de enero paseando por las playas de la Bretaña francesa. Las llevamos al laboratorio y allí se rompen las conchas y se separan las dos partes: por un lado, la parta calcárea que no sirve y por otro, el nácar que lo mezclamos con glicerina y lo introducimos en los productos acuosos de la marca, como los champús, la mascarilla High Nutrition o algunos tintes. Aporta un efecto nacarado inmediato.
El packaging es también sostenible. El plástico está hecho con caña de azúcar, no es plástico, con los cual es biodegradable. La parte de aluminio también es reciclable y esto es muy importante decirlo porque es de zona de proximidad y el cartón también se recicla”.
B. P. ¿Es posible cambiar el color del cabello con productos orgánicos?
R. D. “Sí, es posible porque con mi tecnología los colores solo se hacen con pigmentos minerales y se mezclan con enzimas y aminoácidos; se eleva el pH sin amoniacos para que el color sea duradero y para preservar el producto. Los pigmentos minerales son todos derivados del hierro porque es un mineral ligero y tiene una buena durabilidad. También hay otros pigmentos que sí llegan de fuera de Francia, del norte de África y de Sudamérica y los combinamos con pigmentos orgánicos, como henna, indigo, cassia… hasta 10 plantas diferentes”.
B. P. ¿Este tipo de coloración no agrede el cabello?
R. D. “No, porque mi coloración no penetra en el cabello sino que lo envuelve; es como un maquillaje. Pero no se va con los lavados. Eso sí, hay que seguir luego con una rutina para tratar el cabello. Se fija a la cutícula pero no rompe la estructura. Y la cobertura es muy buena”.
B. P. ¿Para quién está recomendada sus coloraciones?
R. D. “Para todo el mundo, pero sobre todo para personas sensibles, alérgicas, embarazadas, personas con cáncer y cualquiera que quiera cuidarse a sí mismo y su cabello. En mi salón de París hay muchas clientes japonesas, chinas y asiáticas cuyo pelo es muy negro y muy fuerte, pero con mis productos es más fácil el teñido que con otros porque no utilizamos agua oxigenada y después de 3 o 4 semanas el color es perfecto. Y si después de hacerte la coloración decides irte al Caribe o a cualquier playa puedes tomar el sol o bañarte y el color no cambia. La calidad es mucho mejor del cabello.”
B. P. ¿Y se pueden hacer colores de fantasía?
R. D. “Sí, claro, cualquier tono, desde rosas a verdes porque siempre puedo hacer mi propia mezcla con la cantidad de colores que tiene mi marca aunque en ella haya tonos determinados. Ya lo hice hace unos años en Orlando, hice un arco iris. Lleva mucho trabajo pero se puede hacer”.
B. P. ¿Cuánto tiempo se tarda en el proceso de coloración?
R. D. “Según el color, pero entre 30 minutos y hora y media. Depende de los tonos que quieras bajar o subir porque lo que hacemos son pequeños toques de luz al cabello. Si queremos dar luz al pelo, en 20 o 30 minutos está listo, pero si queremos ir a colores extremos habría que hacer 2 sesiones de 90 minutos.”
B. P. ¿Sus coloraciones tienen algún inconveniente?
R. D. “El mayor problema es intentar aclarar mucho un cabello muy oscuro porque nosotros usamos tintes minerales y no decoloramos sino que blanqueamos. No usamos amoniaco y no rompemos la estructura del cabello para que penetre el color sino que envolvemos la cutícula”.
B. P. ¿Todos sus productos son de salón de peluquería o también los hay para casa?
R. D. “Para ambos. Tenemos varios salones que trabajan con nosotros, como Maison Eduardo Sánchez, Krown, Biolab 13, en Madrid; Hair Time B & S y Manolo Díaz Healthy, en Barcelona y Salón Elebé Peluquería Orgánica, en Santa Cruz de Tenerife, y luego se pueden adquirir en farmacias, parafarmacias y en El Corte Inglés, además de en nuestra página web”
B. P. Creo que ha logrado crear varias patentes en sus tratamientos.
R. D. “Sí, mi marca cree en la investigación y por eso podemos dotarla de rigor científico. Así hemos desarrollado varias tecnologías propias que están patentadas. La Keraguard, con extractos de brotes de girasol y de la planta de la tara (una leguminosa de los Andes peruanos) está probado que posee propiedades antioxidantes comparables a las de la vitamina C y protege el cabello contra los rayos UV, entre otras; la patente Arcolys con extractos de peonía sirve para repigmentar el cabello; la Dandrilys, enriquecida con spirulina, es anticaspa y la AnaGain, desarrollada a partir de brotes de guisante orgánico joven lucha contra la caída del pelo”.
Tras más de una hora de conversación con Rodolphe Diotel un hombre educado y de charla muy agradable, salgo del hotel con la sensación de que sabe de lo que habla y de que está tremendamente convencido con lo que hace e implicado en su trabajo; tanto que en un par de semanas se va de luna de miel y sabe que a los 2 días va a estar dando vueltas a la cabeza a alguna nueva idea para su negocio. ¿Entendéis ahora porqué creía que tenía más años? “No es mi trabajo, es mi pasión”, me dice al final.