Georgina Rodríguez arrasa en Netflix por méritos propios. Como ‘media España’, dirigimos nuestra mirada clínica (nunca mejor dicho) al rostro de Georgina Rodríguez para detectar los retoques que se ha realizado.
Ni el algodón ni los primeros planos engañan, especialmente cuando el paso del tiempo revela un curioso efecto Benjamin Button. Desvelamos los misterios del rostro de Nefertiti de Georgina Rodríguez.
¿Alguien se acuerda de cómo era Georgina Rodríguez cuando saltó al ‘candelabro’ por su relación sentimental con Cristiano Ronaldo? Yo muy vagamente, he tenido que bucear en Internet para visualizar a esa chavala de apenas 22 años que entonces vendía lujo en Gucci y ahora lo colecciona.
La información es como la mampostería: una capa sucede a la otra y no hay manera de acceder a las que quedan abajo. Así, y aunque la imagen actual de ‘Gio’, que así la llaman sus ‘queridas’, es de sobras conocida, pocos recuerdan la materia prima que, al más puro estilo Pigmalión, ha pulido el jugador luso (una forma de decirlo: quien ha pulido efectivamente a la aragonsa es un batallón de médicos y cirujanos estéticos de primer nivel).
¿Va siendo hora de hablar de Georgina en términos de trademark? Mi conclusión es que el personaje vuela solo, después de tragarme el producto de Netflix entre la perplejidad, la diversión y cierta sensación de paz (no sé qué tienen la absurdez, la vacuidad y el delirio crematístico que me relajan tanto, cuando alguna amiga mía ha estado a punto de denunciarse a sí misma en el teléfono de violencia de género). Vista la insólita capacidad de ametrallar titulares de la oriunda de Jaca, su convicción de ser una gran embajadora para ‘la moda’ (sic) y de haberse ‘construido a sí misma’, su deseo de seguir apuntando alto (sky is the limit, y ella lo transita en jet privado), quizá debamos considerar a CR7 la actual pareja de Georgina y no al revés.
Hoy, y con el debido respeto a la libertad individual de cada quien de jugar con su cuerpo en los límites que considere, incluso si los motivos no pasan el test de Bechdel (guiño, guiño), nos hemos puesto la gafa de hilar fino para analizar la metamorfosis física de Georgina Rodríguez. Ex cerillera de Dickens, ‘princesa del pueblo’, amiga de los ibéricos y otro tanto de su leal séquito de amistades. Ah. Y pareja de Cristiano Ronaldo, si es que a alguien le importa eso.
Viajemos un momento a la tienda Gucci de Serrano en el año 2016. Una provinciana deseosa de vivir el sueño capitalino empieza a entender que puede trocar la precariedad y la acongojante dureza del transporte público por los desayunos con diamantes. Ahora, comparémosla con la Gio que reconoce sin ambages (la pobre es más tierna que un bollo de la Bella Easo) que lo que más le gusta de una alfombra roja es pisar por donde pasan ‘estrellas de cine’ (sic). En el fondo no ha cambiado tanto, ¿verdad?
Pasemos a dar voz a los expertos.
“Revisando la hemeroteca podemos apreciar cambios en su rostro que probablemente se deban a procedimientos estéticos”, comentan las doctoras Mar Mira y Sofía del Cueto, de Mira+Cueto. “Quizá el más evidente es la nariz, que ha pasado de ser algo aguileña y de punta caída a una nariz de dorso recto y punta pequeña y ligeramente sobreelevada. Aunque su proceso de envejecimiento es muy incipiente, creemos que también ha hecho tratamientos dirigidos a voluminizar y potenciar ciertas zonas como son los labios (en nuestra opinión ligeramente sobre-tratados) y quizá algún punto en la zona anterior de los pómulos”.
Además de estos cambios, Georgina podría haberse tocado el mentón en aras de modificar la percepción que tenemos de ella. Pilar Benito, directora médica de Slow Life House, se detiene en el tercio inferior del rostro de Gio y señala que “ha redefinido su mandíbula y aumentado el mentón para triangular el rostro con el objetivo de hacerla más juvenil, accesible y cercana”.
Por supuesto, los dientes no podían faltar en esta transformación áurea. “En los dientes seguramente ha llevado ortodoncia y se habrá realizado un blanqueamiento. Además, lleva relleno de labios y de mentón con ácido hialurónico para estilizar. Esas cejas tan altas que tiene además de micropigmentadas, creo que son fruto de un foxy eyes”, nos cuenta la Dra. Paloma Borregón, embajadora de MaiLi de Sinclair Pharma.
La calidad de su piel es la piedra de toque para todos nuestros expertos consultados (quienes, por otro lado, coinciden punto por punto en su análisis sobre los retoques de Georgina). El secreto de este éxito no hay que buscarlo precisamente en la ingesta de ibéricos, sino en los “tratamientos con ácido hialurónico poco reticulado y vitaminas en mesoterapia, además de seguir rutinas cosméticas en casa de continuidad”, como nos desvelan las doctoras Mira+Cueto.
En cuanto al cuerpo, es evidente que se ha hecho una mamoplastia ad hoc para los escotes de vértigo que suele lucir. Por mi cuenta y riesgo, me aventuro a señalar también los glúteos, diseñados a medida para generar una especie de mini Kim Kardashian de la meseta.