Somos el país que más aceite de oliva produce del mundo. Menudo honor, pero ¿sabemos distinguir los tipos de aceite de oliva que tenemos? Hay bastantes y no está de más conocer todo sobre nuestro oro verde.
¿Somos capaces de distinguir los tipos de aceite de oliva? Porque en los estantes de los supermercados vemos distintas botellas de nuestro aceite, de diversas tonalidades verdosas y distintas intensidades. ¿Sabemos cuál es cada uno?
Pongamos los puntos sobre las íes porque acerca de nuestro oro verde hay mucho que aprender. Lo primero, a distinguir los tipos de aceite de oliva y que no nos den gato por liebre, o aceite virgen extra por aceite de oliva sin más. No todos son iguales ni el precio es el mismo. Al igual que las variedades de aceite, que son distintas y dependen de la variedad de la aceituna de donde procedan.
En esta campaña se van a producir en total 1,3 millones de toneladas de aceite. En el año 2020 hemos consumido 412.677.260 kilos de aceite, un poquito menos que Grecia, y algo más del 50% de ese aceite de oliva que consumimos es refinado, mientras que el resto es virgen, y virgen extra. Lo que sí está bien claro es que los beneficios de nuestro oro verde están más que demostrados: es el más sano del mundo.
No es AOVE todo lo que reluce. ¿Sabrías distinguir los tipos de aceite de oliva?
Ni todos los aceites de oliva son iguales ni sirven para lo mismo. Estamos acostumbrados a comprar aceite y luego lo vamos poniendo tanto en un guiso como en una tostada o en una ensalada. Los versados en aceites conocen qué tipo de aceite de oliva se necesita dependiendo de lo que vaya a cocinar o a comer con él.
El más puro es el aceite de oliva virgen extra, el AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), 100% zumo de aceituna. Es el de mayor calidad, está libre de defectos y posee un sabor y aroma afrutados en el que sus propiedades organolépticas y nutricionales permanecen intactas. Se obtiene mediante procedimientos mecánicos, en frío y sus niveles de acidez son inferiores a 0,8º. Es uno de los tipos de aceite de oliva más reconocidos a nivel mundial.
El AOVE es rico en ácidos grasos monoinsaturados (principalmente ácido oleico), antioxidantes, polifenoles, vitaminas como la A, D, E y K, y otros componentes fenólicos antiinflamatorios.
¿Con qué tipos de plato queda perfecto este aceite? Se lo sabe de maravilla la jefa de Webosfritos, Susana Pérez, que en su blog de cocina (magnífico, por cierto y no es publicidad) nos recomienda usarlo para ensaladas, salmorejos, frituras, para postres e incluso para acompañar a los patés.
Pero no todos los aceites de oliva virgen extra son iguales. Como nos dicen desde Alevoo, empresa española dedicada a los AOVE, para entrar en la élite de estos aceites se tiene en cuenta el momento de la recolección de la aceituna, si son monovarietales (que están elaborados solo con una variedad de aceituna), la denominación de origen protegida (DOP) y si son ecológicos.
Aceite de oliva virgen, el segundo en el cuadro de honor
Los aceites de oliva virgen proceden también de zumo de aceituna 100%, y poseen notables características de sabor y aroma. No obstante, no llegan al nivel de excelencia de los aceites virgen extra aunque comparten con estos su capacidad antioxidante y su riqueza en ácidos grasos monoinsaturados. Es un poquito más barato pero sus beneficios son excelentes también. Solo tiene algún defecto inapreciable.
Aceite de oliva a secas
Cuando encontramos un producto catalogado como “aceite de oliva”, sin más, debemos saber que se trata de una mezcla de aceite de oliva refinado (obtenido a partir de aceite defectuoso) y aceite virgen o virgen extra. La proporción de la mezcla suele ser de 95% de aceites refinados y 5% de aceite de oliva. Es un aceite que en el proceso de refinado pierde buena parte de las propiedades saludables de los aceites de oliva vírgenes.
Aceite de orujo de oliva
Los aceites de orujo de oliva son una mezcla de aceite de orujo refinado (obtenido mediante procesos químicos a partir del residuo sólido de la aceituna) y aceite virgen o virgen extra. Aunque no tienen beneficios para la salud, sí son aceites aptos para el consumo humano. Según estudios realizados por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), “la específica composición del aceite de 0rujo de oliva, muy rico en ácido oleico, y con
compuestos bioactivos exclusivos, explican en gran medida sus propiedades diferenciales ya
que consiguen un efecto protector tanto del aceite, haciéndolo más duradero y estable,
como de la salud, con efectos beneficiosos para el organismo“. La comparación en la fritura se realizó con aceite de girasol.
Aceite de oliva lampante, el último de la fila
Los aceites de oliva lampante son aceites defectuosos de olor y sabor bastante desagradables. Su acidez es superior al 2% y presenta múltiples defectos, por lo que no son aptos para el consumo humano. Estos aceites se utilizan para elaborar otros tipos de aceites o subproductos una vez que han pasado por la refinería. Este sería el último de los diferentes tipos de aceite de oliva.
En la variedad está el gusto… o el sabor
Sí porque cada variedad de aceituna proporciona un sabor y aromas diferentes y característicos. Somos un país rico y nos podemos dar el pisto de que en nuestras tierras se cultivan más de 30 tipos de aceitunas que dan lugar a más de 30 variedades de aceite.
En nuestros mercados y tiendas gourmet encontramos distintas variedades de oro verde que podemos integrar en nuestra alimentación. Las más conocidas son: Arbequina, Hojiblanca, Cornicabra, Picual, Picudo, Empeltre, Royal, Sevillenca, Lechín de Sevilla, Aloreña, Blanqueta, Farga, Manzanilla Cacereña, Castellana… Con todas ellas puedes probar diferentes recetas y ver cuál te gusta más.
Incluso, puedes darte el placer de acercarte a alguna almazara y hacer una cata de aceites. Os aseguro que es interesantísimo y una actividad diferente.