Después de dos meses de morena con canas más o menos incipientes, ya no sabía si dejarme las canas porque parecía que estaba en transición. Incluso me había llegado a acostumbrar. Pero mi cita en The Lab Room con Cedric, mi peluquero en este proceso de recuperar mi color castaño cobrizo de toda la vida, me devolvió al objetivo que nos habíamos propuesto en diciembre, volver a tener el pelo castaño. Ni rubio, ni moreno, el verdadero mood es bronde.
Un moreno nada claro sino todo lo contrario, en contraste, más contraste que nunca, con esas canas bastante resplandecientes que nunca me había dejado tan al aire. Pero eran exigencias del guión, siguiendo la recomendación del profesional del salón. Paciencia y prudencia, no se puede pasar de morena con canas a un tono castaño claro ipsofacto.
Había llegado la pesadilla bicolor, en blanco y negro, a mi melena. Una pesadilla común a todos los peluqueros del mundo: tener que aclarar un pelo negro con decoloración para que pase a rubio, castaño claro o castaño caoba. Porque siempre existe el riesgo de pérdida capilar durante el inevitable proceso de oxidación. Sobre todo cuando es un negro fragilizado por un tinte anterior que ha dejado el cabello más poroso de la cuenta. Sin duda, mi caso.
El error con el tinte vegano y casero Happy Anne que probé y os conté bastante indignada sigue trayendo cola, de caballo, todavía. Sí, la historia interminable continúa…
Aunque sinceramente pensé en cortarme el pelo como un marine y pasar a las canas sin transición. Menos mal que fue solo una idea pasajera y demasiado drástica, tanto como ese color que me tiene totalmente negra todavía en 2022. Volver… a ese castaño mío aunque las nieves del tiempo hayan plateado ya mis sienes .
Cedric es un experto tinturista y yo era todo un desafío para él. Un caso común que choca contra los principios de colorimetría capilar, pasar de moreno a castaño, si hubiera sido de castaño a oscuro habría sido más fácil. Lo complicado es aclarar muchos tonos. Menos mal que no era pasar de moreno a rubio, la opción más complicada. Tan contra natura como la mía pero más peligrosa, las morenas que se vuelven rubias tienen que someter su cabello a una decoloración aún más agresiva. A veces, y solo a veces, su cabello llega a quebrarse en el proceso.
Vamos a ver con unas mechitas de prueba.
El primer intento fue probar aplicando unas mechas sueltas, pero mi melena no reaccionaba. En esta tesitura, mi melena escupía el tinte, sin salir del color azabache al que había llegado después de muchos lavados que disiparon los reflejos azules de los primeros días.
Lo primero que el tinte al no ser natural añadió química a mi pelo, pero no una química conocida en la peluquería con los tintes al uso. Había amoníaco, agua oxigenada y de todo un poco. Los peluqueros no quieren oír hablar de tintes domiciliarios porque se entra en un territorio hostil y desconocido para ellos. Y cuando no se sabe, mejor esperar a que pase la Navidad, Fin de Año y Reyes.
El truco de la Aspirina con vitamina C
En este tiempo de barbecho, Cedric me había recomendado que fuera a la farmacia a comprar Aspirina con vitamina C, cuando todo el mundo estaba dándole al Paracetamol y el Ibuprofeno, además de los test de antígenos. Siguiendo sus instrucciones, eché dos pastillas en agua y lo rocié sobre el cabello con el fin de arrastar el color negro. Lo dejé secar y hasta el día siguiente no me lavé el pelo. Al parecer este truco consigue eliminar los cabellos rubios que se ponen verdes con el cloro de las piscinas. Pero a mí no me funcionó.
Segunda cita y ya veo la luz, más castaña que nunca
Por fin llega el día de mi segunda cita en The Lab Room con Cedric y coincide con el Año Nuevo Chino 2022. Viva el Año del Tigre y los buenos augurios. Empezaré abandonando mi melena a lo Mónica Naranjo, Cruella de Vil o Morticia Adams.
Cedric me aplica Kolestont de Wella con un truco especial que no quiere confesar y no me pica nada de nada; sin picor ni alergia al tinte. Sus mezclas y enjuagues de color han dado resultado. Prueba superada. Tres meses mediante vuelvo a mi color.
Cuando salí de la peluquería me sentí un poco más yo misma. Pero qué tontería, cómo puede cambiar tanto un color de pelo tu estado anímico. Creo que se habia convertido una de esas mil pequeñas obsesiones estéticas que nos rondan la cabeza. No quiero ni pensar lo que será una cirugía de nariz; las de barbilla son más agradecidas, tanto o más que el Botox.
Por favor os lo pido: mucho ojo al elegir tinte, mirad los ingredientes con lupa y si os equivocáis, acudid a un buen profesional para que os devuelva a vuestro color. No más experimentos en casa con coloraciones de dudosa procedencia.
Lo único que me contentaba es haber pasado por este error con el fin de contarlo y poder ayudar a alguien para que no le pase lo mismo. O al menos que si le pasa se deje aconsejar por un peluquero experto que encuentre la mejor solución a su problema. Cualquier duda o pregunta, aquí estoy.
Opinad sobre vuestras experiencias en coloración capilar es útil para tod@s.