¿Eres de ese 70% de la población que le da mal rollo la Navidad? 7 de cada 10 españoles sufren depresión, ansiedad, angustia o tristeza durante estas fiestas. No desesperes te ofrecemos 6 consejos para una buena gestión emocional y si necesitas ayuda acude a un psicólogo.
Preferirías saltar del 22 de diciembre (por aquello de si nos toca el gordo de la lotería) al 7 de enero. Llega diciembre y ya tenemos que estar todos alegres y celebrando las fiestas. Por alguna razón Navidad se relaciona con familia, plenitud, alegría, amor…
Ese mal rollo de Navidad es bastante común según se van cumpliendo años. Y más en esta época que llevamos con la pandemia a cuestas. Sin embargo, es ver en las noticias que el alcalde de Vigo ha encendido las luces de Navidad y llega el puente de la Constitución y nos volvemos locos. Nos lanzamos a la calle a comprar y gastar aunque luego, a solas sintamos nostalgia, estrés, tristeza, ansiedad…
Desde la más tierna infancia nos han inculcado que las Navidades son lo más de lo más, que en Nochevieja hay que salir hasta las tantas de la madrugada y que el día de Reyes hay que comer roscón y hacer regalos. Claro con tantas obligaciones no es de extrañar que te dé mal rollo la Navidad.
Nos retrotraemos a esos años de niñez cuando todo era una maravilla, no teníamos cargas familiares ni problemas económicos y nuestra única china en el zapato era aprobar matemáticas.
La percepción de las Fiestas cambia según el paso de los años
De pronto, la vida te da una bofetada de realidad y nada es de color de rosa; si acaso color lavanda. Ya no estáis todos en la mesa, falta alguno… En fin, que el estrés y el agobio por la Navidad te invade.
Los psicólogos, que saben cómo está el percal, tratan constantemente con estas “nuestras paranoias”. Por eso, nos dicen que no es conveniente callarnos nuestras emociones sino que debemos expresarlas porque es el primer paso para controlarlas y así, relativizar los problemas e incluso poder disfrutar de algunos de esos días.
No es obligatorio que te diviertas; es solo una opción
Algo podemos hacer para remediar esa sensación de angustia y estrés que te invade por estas fechas, porque lo de pasar las hojas del calendario a puñados es imposible. Así que, manos a la obra y hagamos caso de las directrices que nos explican desde Therapy Chat, plataforma líder en psicología online en España.
Si ya has identificado qué te pasa, ya tomas conciencia de ello. Piensa que gran parte de nuestros pensamientos suceden en un segundo plano sin que nos demos cuenta.
Identifica ahora por qué crees que la Navidades deben ser lo más. Estas respuestas son muy informativas acerca de cómo eres, y de tus deseos, y resultan muy valiosas para poder abordar el siguiente paso.
Cuestiona tus pensamientos: en la raíz de las expectativas inalcanzables se encuentran los pensamientos irracionales, como las magnificaciones o las autoexigencias. Tenemos que tomar conciencia de que ni es una obligación disfrutar más de la familia en Navidad, ni tu oportunidad de desarrollo personal se ciñe a un mes al año.
¿Hay remedios para evitar el mal rollo en Navidad?
Con todo esto ya tienes un pensamiento ajustado al presente. Así, eres capaz de atender mejor a tus necesidades y generar pensamientos mejores. Por ejemplo ante la idea de “la Navidad es mi oportunidad para ser mejor” podemos pensar “soy buena persona y cada día puedo mejorar”.
No intentes controlar todo. Aunque esperemos que la Navidad va a ser una época mágica, la realidad es que a nuestro alrededor pasan muchas cosas que pueden variar el resultado. Aprender a dejarse llevar por la corriente de la vida es lo mejor para apreciar todo lo bueno que sucede.
Anota esto como si se tratara de un mantra: “las Navidades no tienen que ser de una determinada manera para disfrutarlas; voy a intentar disfrutarlas como vengan, pero si esto no sucede, no habrá pasado nada que sea irremediable”. Esto marca la diferencia entre un deseo y una necesidad. Puede que desees unas Navidades de ensueño, pero la realidad es que no las necesitas para vivir ni para mantener tu bienestar.
No dejes de lado tus rutinas: para mantener un buen equilibrio entre mente y cuerpo y trabajar una emocionalidad positiva, es básico tener unas adecuadas rutinas de sueño y descanso. La alimentación tendrá que seguir siendo equilibrada respetando los horarios excepto esos días de más jaleo. Y, por supuesto, no debemos dejar de lado el hecho de hacer un ejercicio moderado regular para estimular la generación de neurotransmisores como la serotonina, las endorfinas, la dopamina y la oxitocina.
Estimula tu capacidad de agradecimiento: está demostrado que cuando pensamos mucho acerca de algo negativo damos pie a que nuestro cerebro le conceda mayor peso y a que desarrolle un mayor número de pensamientos irracionales dañinos. Por eso, un buen antídoto es esforzarnos en centrar la atención en lo positivo de la vida, en definitiva, en aquello que podemos agradecer a la vida. Así que cada día haz un listado de por lo menos 3 cosas que hayan sucedido, que poseas o que te caracterizan, y que puedas agradecer.
Busca apoyo social: precisamente uno de los sentimientos más proclives a aparecer en Navidad es la soledad. Así que, nada mejor que apoyarte en tus amigos. También puedes animarte a conocer gente nueva.
Y si a pesar de todo la frustración se te va de las manos: intenta distraerte con alguna actividad positiva, busca compañía, haz ejercicios de relajación o meditación, y, de nuevo, revisa los puntos anteriores.