¿Cuántas comidas hay que hacer al día? Ahora que se ha puesto de moda el ayuno intermitente, ¿dónde queda la recomendación clásica de comer cinco veces cada 24 horas?
La duda sobre cuántas comidas al día es recomendable hacer se extiende a las personas que, además de seguir una dieta saludable, también quieren bajar peso. Reducir el número de ingestas puede ayudar a adelgazar… pero también todo lo contrario.
Durante mucho tiempo, hacer cinco comidas al día era la recomendación general. Se basaba en la idea de que así se aceleraba el metabolismo. Al comer cada 3 o 4 horas se mantenían estables los niveles de azúcar en sangre y así se evitaban posibles hipoglucemias. Y era más sencillo a la hora de seguir dietas para adelgazar, porque mantenía controlada la ansiedad. Pero esta teoría ha perdido fuelle en los últimos años, al tiempo que cobra fuerza el ayuno intermitente. Hay investigadores que sugieren que concentrar la ingesta en pocas horas es bueno para la salud física y mental. Sin embargo, también hay evidencias de que no funciona en todas las personas
¿Qué es entonces lo realmente aconsejable? Lo cierto es que algunos expertos no se ponen de acuerdo.
A favor de las 5 comidas al día
El doctor Leo Cerrud, experto en nutrición, aboga por las cinco comidas al día. “Al comer 5 veces al día, nuestro cuerpo cree que el aporte calórico es adecuado y que no hay ninguna necesidad de reservar nada. Se previene el sobrepeso y la obesidad. Cada vez que comemos se activa el metabolismo y se queman calorías”.
El experto recuerda que la media mañana y la media tarde funcionan para controlar el apetito a la hora de comer y de cenar. Y al comer cada 4 horas se controlan los picos de insulina y el aporte de energía es constante. Eso sí, advierte, esas cinco comidas deben estar controladas y estar compuestas de alimentos saludables. “No se trata de cinco bollos o cinco bocatas, se trata de una serie de alimentos permitidos según la hora, la actividad física y el peso que quieras perder o mantener”.
Sin embargo, el doctor Cerrud también admite que no se puede ver todo blanco o negro. Para algunas personas, el ayuno puede funcionar. “Si eres de comer pocas veces y saltarte alguna comida, y eso no te genera ansiedad ni atracar la nevera en la toma siguiente, probablemente el ayuno intermitente sea una opción. Sin embargo, si al saltarte una comida compensas con la siguiente y comes más cantidad así como alimentos más calóricos y menos sanos, olvídate. Como la mayoría de los conceptos que se manejan en nutrición y pérdida de peso, el ayuno o las 5 comidas también está sujeta a matices, cambios y actualizaciones”.
3 comidas al día
Otra de las líneas es la que apuesta por reducir las ingestas a tres diarias. Hacer desayuno, comida y cena para muchas personas es “más que suficiente, puesto que cada persona tiene sus propios requerimientos energéticos y nutricionales”, dice Ana Sánchez Morillas, dietista-nutricionista de pasodedietas.com. La experta subraya que en realidad no importa tanto cuántas veces se coma al día, sino la calidad y cantidad de lo que se coma.
Sánchez Morillas añade que hacer un mayor número de ingestas al día puede ser una buena estrategia para personas con un metabolismo muy activo, deportistas, o incluso para quienes sufren de estrés o ansiedad, con la intención de llegar a la siguiente comida con menos apetito y conseguir una mejor elección de alimentos. “Por ello, es necesario personalizar la pauta de nutrición, el número de comidas que le va bien a cada uno y por supuesto, elegir opciones saludables en todo momento”.
A favor del ayuno
Frente a las cinco comidas al día, el ayuno prolongado de varios días se está convirtiendo en una nueva estrategia nutricional. Y más aún cuando la obesidad está creciendo a unas cifras que marean. “Hoy en nuestro país, más del 50 % de la población adulta tiene un problema con su peso, y según la OMS, en el 2030, lo tendrá el 70 %”, recuerda Damien Carbonnier, fundador de Miayuno.es.
El ayuno propone mantenerse sin ingerir alimentos durante un período de tiempo de entre entre 12 y 16 horas, y concentrar las ingestas en el tiempo restante, siempre sanas y en cantidades equilibradas. Así se pone al organismo a activar el proceso que lleva a utilizar la grasa de reserva, obteniendo de ahí las calorías. “Por este motivo, durante el ayuno, el organismo tiene disponibilidad de las calorías necesarias y gracias a esto no se tiene, generalmente, sensación de hambre. Podríamos decir que, durante el ayuno prolongado, nuestro cuerpo se “come” todos los excesos del año y elimina las toxinas, ofreciendo así una pausa regenerativa y, sobre todo, da al cuerpo la posibilidad de limpiar sus órganos y perder grasa visceral”, agrega Carbonnier.
Por su parte, Sánchez Morillas cree que, aunque el ayuno no sea para todo el mundo, “dejar descansar unas horas a nuestro sistema digestivo trae beneficios, como mejorar la regulación de la glucosa, aumentar la sensibilidad a la insulina, facilitar la pérdida de grasa e incluso controlar el apetito y la saciedad”.
Ayunar con cabeza
La doctora María José Crispín, nutricionista de Clínica Menorca, cree que el ayuno puede tener beneficios para la salud física y mental, “si se lleva una alimentación sana, variada y equilibrada, incluyendo diariamente verduras, frutas y proteínas, y evitando lo que no saludable (comida preparada, azúcares, refrescos”. Sin embargo, subraya que no es una opción para todo el mundo. “Hay personas que si están 16 horas en ayunas, les resulta realmente complicado controlarse en la ingesta posterior y no atracarse, por lo que no es nada recomendable para ellas”.
Cuando las comidas se reducen a dos al día, como suele suceder con el ayuno intermitente, “clínicamente están recomendadas para casos concretos como aquellos para reducir factores de riesgo cardiovasculares y metabólicos porque ayudan a disminuir la hipertensión arterial y la edad metabólica”, advierte la doctora Juliana Mattozzi, de la clínica Toro Mattozzi. “Pero en cualquier caso deberá estar supervisada por un médico especializado, recomendada para un caso en concreto y por un tiempo posiblemente temporal”.