Algunas infecciones son típicas en verano y pueden arruinarnos las vacaciones. La mayoría no son graves. Pero cuando aparecen, hay que atajarlas.
Cistitis, tomar alimentos contaminados, hongos en los pies, conjuntivitis u otitis son algunas de las infecciones más típicas en verano y, a veces, necesitan ser tratadas por un profesional
Nadie quiere que una enfermedad le arruine las vacaciones. Bastante tenemos con la pandemia del coronavirus, el malestar del calor y las picaduras de insectos, como para que un patógeno se haga fuerte en nuestro organismo y nos fastidie los días que tanto estábamos esperando.
En estas fechas hacemos más vida social y comemos más veces fuera de casa. Nos bañamos en piscinas y playas y sufrimos los rigores del calor. Esas circunstancias pueden favorecer estos determinados brotes infecciosos. Lo habitual es que remitan en unos días, pero hay que cuidarse para evitar que aparezcan.
Cistitis
Una de las infecciones más típicas del verano, especialmente en las mujeres. Con la cistitis, al orinar se siente dolor y escozor. Y se tiene la sensación de necesitar volver al baño aunque acabes de salir. A veces puede aparecer sangre en la orina y fiebre. “La humedad mantenida durante largos periodos de tiempo, ya sea por llevar bañadores mojados o por sudor excesivo, incrementa la posibilidad de la proliferación anormal de gérmenes y el desequilibrio de la flora vulvovaginal habitual”, advierte la doctora Magdalena Lechuga, ginecóloga en Vithas Granada.
Evita también la ropa ajustada y tejidos de lycra que no transpiran; utiliza productos de higiene que respeten en pH de la zona y cuida la alimentación y la hidratación. Sigue además una adecuada higiene íntima antes y después de tener relaciones sexuales.
Otitis
Otra de las infecciones muy típicas del verano, que se produce porque queda agua en el oído tras bañarse en la playa o la piscina (por eso se llama otitis del nadador). Si esa agua está contaminada por bacterias, puede originar una infección del oído medio que obligará a ir al médico.
Para prevenir otitis, la Comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello ofrece algunos consejos sencillos y prácticos. Al salir del agua, seca la parte externa del oído y la entrada del conducto. Si fuera necesario, se puede usar un secador (a distancia prudente, para no quemarse). No uses bastoncillos ni otros objetos. En los niños, hay que intentar reducir el tiempo de inmersión. También se aconseja el uso de tapones o gorros de baño. Si ha quedado agua dentro del conducto, se pueden aplicar unas gotas de alcohol boricado a saturación preparado en farmacias. No se aconseja el uso de sprays porque pueden cambiar el pH de la piel del conducto y reducir sus mecanismos de defensa.
Conjuntivitis
Es una infección de la conjuntiva, la capa que recubre la parte blanca del ojo y la zona interior de los párpados. Es muy típica del verano por el cloro y otros químicos del agua de las piscinas. También porque el calor seca los ojos. Para evitarlas, utiliza gafas de buceo. Al salir, aclara los ojos con agua limpia. No compartas toallas y extrema la higiene de las mismas. Lávate con frecuencia las manos y evita tocarte los ojos con las manos sucias. Tampoco compartas útiles de maquillaje.
Si aparece, evita aplicar gotas por tu cuenta y acude a un oftalmólogo. El tratamiento es diferente si se trata de una conjuntivis vírica o bacteriana. Estas últimas necesitan antibióticos.
Salmonella
Un alimento contaminado con la bacteria salmonella puede causar una infección alimentaria típica del verano. Esto se debe al calor y a que comemos más veces fuera de casa. En la mayoría de los casos, la salmonella causa una gastroenteritis.
Hay alimentos con mayor riesgo de estar contaminados con salmonella, como son las carnes crudas y los huevos crudos (cuidado con las mayonesas). También frutas y verduras que se hayan lavado con agua contaminada. Y hay que tener mucho cuidado con la contaminación cruzada. Evita que la carne cruda entre en contacto con alimentos sin cocinar como vegetales. Cuidado con las tablas de cortar y las superficies de manipulación.
Hongos en los pies
También son frecuentes en verano porque caminamos descalzos sobre suelos mojados que pueden estar contaminados por hongos. Y porque los ambientes húmedos y cálidos favorecen su proliferación. Esta infección genera picor intenso, sensación de ardor y grietas en los dedos de los pies. Necesita tratamiento farmacológico y, en ocasiones, antibióticos.