Lush celebra sus 25 años formulando cosméticos naturales y siendo pionero en la cosmética sólida.
Hoy la cosmética sólida es tendencia indiscutible. Este clásico formato navega a toda pastilla, ha recuperado el protagonismo perdido durante décadas y va ganando adeptos día a día. Pero Lush lleva un cuarto de siglo de apuesta firme por él.
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La lucha contra el cambio climático y la eliminación del plástico han conseguido que la cosmética sólida vaya repoblando el panorama beauty y se apunten a ella, desde marcas nuevas y naturales nacidas únicamente en este formato, a marcas mucho más que conocidas. Pero en este mercado creciente hay referentes, como Lush, que lleva ya más de dos décadas apostando por la versión sólida.
Una marca concienciada.
El germen de esta firma que perfuma las calles aledañas a sus tiendas, hay que situarlo a finales de los años 80. Fue entonces cuando la cofundadora de Lush, Mo Constantine, creó un champú sólido que hoy en día sigue siendo una de las señas de identidad de la firma y que equivale a 3 botellas de champú de 250 ml. Junto al champú, sus 6 fundadores, Mo Constantine, Mark Constantine, Rowena Bird, Helen Ambrosen, Liz Bennett y Paul Greeves empezaron a hacer, a mano, jabones en moldes improvisados que eran tubos de desagüe y areneros para gatos y abrieron la primera tienda en Poole High Street, en la ciudad inglesa de Dorset.
Una marca activista que nació con una clara apuesta por la sostenibilidad, pero también contra el testado en animales y otras muchas causas humanitarias y climáticas a las que se ha ido sumando en estas casi tres décadas.
Charity Pot en versión sólida
Cosméticos solidarios.
Su crema de cuerpo Charity Pot es uno de sus productos más solidarios, desde que se lanzó en 2007, ha repartido a nivel global más de 58 millones de euros en ayudas a organizaciones benéficas y campañas que trabajan en las áreas de protección animal, defensa de los derechos humanos y conservación del medioambiente. Ahora, en este raro otoño de 2020, Charity Pot se renueva con una versión sólida, vegana y libre de envases repleta de manteca de cacao y karité, además de aloe y con una textura fundente.
Charity Pot. Precio: 1,50 euros.
Cosmética hecha a mano, usando frutas y verduras frescas y orgánicas, combinadas con aceites esenciales y sintéticos seguros en una apuesta por convertir Lush en un negocio sostenible a través del comercio justo y la compra responsable. Y han seguido por el mismo camino, formulando cada vez con menos conservantes –hoy en día el 82% de la gama de productos es auto-conservante- y menos envases: en los últimos 14 años se han vendido 47 millones de champús sólidos que han supuesto un ahorro de 141 botellas de plástico, lo que supone 3.400 toneladas de plástico que no se ha llegado a fabricar.
Una amplísima gama mayoritariamente en formato sólido en la que hay hasta cremas de sol, perfumes, desodorantes, champús y acondicionadores y sus deliciosas bombas, burbujas o gelatinas de baño o sus célebres y esperadas colecciones de Halloween o Navidad.
M Angeles Guerra Rodriguez dice:
Beatriz Peña 
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