Esa sonrisa que deja ver las encías se conoce como sonrisa gingival. Hasta ahora las soluciones eran quirúrgicas o el botox pero ya se puede resolver con ácido hialurónico.
Parece magia, pero el ácido hialurónico vino para quedarse y para avanzar en muchos tratamientos. Lo último y más novedoso es para tratar la sonrisa gingival.
Es un problema que padece el 40% de la población y que hasta ahora requería una cirugía, que no es complicada en manos de un buen especialista pero que desde ya mismo se la pueden ahorrar quienes tengan esa sonrisa y quieran sonreír sin mostrar las encías.
La verdad es que no me había dado cuenta de esta señal de identidad de muchas personas hasta hace unos meses cuando vi sonreír a la ministra de Igualdad Irene Montero. Notaba algo en su sonrisa (no me malinterpretéis, que en este blog no tratamos de política) que destacaba. Hasta que me he dado cuenta que Irene Montero pertenece a ese 40% de personas con sonrisa gingival.
Que no pasa nada; es una sonrisa como otra cualquiera pero quien la tenga puede cambiarla, como han hecho un montón de actrices, como Nicole Kidman, Jennifer Gadner, Ketty Perry, Celine Dion o el futbolista Ronaldinho. Todos han corregido su defectillo estético.
Un defecto poco tratado
En realidad, la sonrisa gingival se trata poco y no son muchas las personas que solicitan ayuda. Es su sonrisa y no creen que pueda tener otra.
Este tipo de sonrisa se da cuando existe una desproporción entre dientes y encías. Las causas pueden ser varias: puede haber un exceso de tejido en las encías, el músculo que controla el labio superior es hiperactivo y el labio sube más de lo normal al sonreír o el hueso del maxilar que empuja hacia abajo el tejido gingival está más desarrollado de lo habitual.
Sin embargo, con la revolución de la estética las mujeres, sobre todo, empiezan ya a buscar consejo y ayuda.
Hasta ahora la quirúrgica era la solución junto con el botox. La cirugía consiste en recortar los márgenes de las encías eliminando el tejido excesivo.
“La toxina botulínica en esta zona, por ejemplo, no dura más allá de mes o mes y medio y deja el gesto raro”, asegura el doctor Jorge Mercado, cirujano estético.
El ácido hialurónico es la solución
El ácido hialurónico, que ya se usa para casi todo, ha sido el activo que está dando unos resultados magníficos. Teosyal RHA 4, de Teoxane, ha sido aprobado por la FDA en muy poco tiempo al comprobarse los resultados tan magníficos.
“Se trata de complicarle la función a tres tipos de músculos: los de la zona del bigote, los que elevan -que se encuentran en las aletas de la nariz-, y los de la sonrisa que están insertados en los pómulos. Los dos primeros se solucionan entrando con una cánula por el surco nasogeniano e introduciendo ácido hialurónico Teosyal RHA 4, de Teoxane. Y los últimos pinchando con una aguja a nivel de los pómulos ácido hialurónico Ultradeep, que es más viscoelástico (mantiene la elasticidad de la piel)”, detalla el médico estético Jorge Mercado.
Evidentemente es una solución rápida que dura alrededor de año y medio.
Precio: desde 550 euros