La obesidad puede jugar un rol importante en la infección por Covid-19. Varios estudios lo confirman.
Este año 2020, raro donde los haya, nos ha regalado una pandemia que va ya por más de 555.000 fallecidos en todo el mundo. Y no estaremos seguros hasta que no haya una vacuna que nos salve de este virus que se ha hecho fuerte en el planeta.
Por eso, hay que ponerle cerrojos al coronavirus. Y uno de los factores de riesgo de la Covid-19 es la obesidad.
Este verano no hay operación bikini que valga; vamos a hacer una “operación salud”. La razón es porque desde centros prestigiosos de investigación nos están diciendo que la obesidad es un factor de riesgo frente a la Covid-19.
¿Por qué es un factor de riesgo?
Investigadores de la Universidad de New York han publicado un artículo en la revista Clinical Infectious Disease demostrando que la obesidad es un factor de riesgo para que pacientes de 60 años hospitalizados por Covid-19 tuvieran peor pronostico que los pacientes con normopeso. Pero no sólo los de 60 años; otro estudio publicado en la revista Lancet revela que le obesidad agrava el pronóstico de coronavirus Covid-19 en los jóvenes. “Hay que contemplar la obesidad por sí misma como un factor de riesgo suficiente en gente joven que llega a la UCI“, explica David Kass, autor principal del estudio y profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
“Si tienes sobrepeso no pienses que si tienes 35 años estás más seguro (de un Covid-19 grave) que tu madre o tus abuelos u otras personas de 60 o 70 años”, ha dicho el profesor Kass a Medscape Medical News.
La clave está en las alteraciones metabólicas
Desde el principio de la pandemia, de la que no se sabía nada y pilló a los científicos despistados, en todos los hospitales del mundo se fue buscando qué tenían en común todos los pacientes; en un primer momento, en Italia se comprobó que las comorbilidades (dos o más trastornos que ocurren en una persona) comunes entre esos pacientes incluían hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2, con datos similares reportados por China.
Estas enfermedades junto con el sobrepeso provocan situaciones en las que las alteraciones metabólicas juegan un papel fundamental y que, junto con la edad, se han identificado como los factores de riesgo que están influyendo con más probabilidad en la evolución de la enfermedad.
En el hospital de Wuham (China) se comprobó que la prevalencia de obesidad entre los que fallecieron fue del 84,8% frente al 18,9% en pacientes que superaron la enfermedad. No sólo en Wuham se vio esta correlación: en Francia, en Inglaterra e incluso en nuestro país también se ha comprobado.
Por eso, la operación bikini para lucir palmito la vamos a cambiar por esa operación salud, que es lo que está de moda. Se trata de ir bajando de peso paulatinamente para evitar complicaciones en el caso de que el virus decida acampar en nuestro organismo y, además, para eludir otros problemas asociados a la obesidad.
Está claro: a este virus cuantas más trabas le pongamos, mejor, y si la obesidad es un factor de riesgo ya tenemos la mejor excusa para bajar de peso y alimentarnos bien. Sin agobios. En plan tranquilo pero seguro. Y así, ir cerrando puertas a la Covid-19.