Aquí se no se tira nada. Te contamos cómo sacar partido a tus productos de belleza favoritos.
Desperdiciar cosméticos sucede hasta en las mejores familias, bien por las características del envase o por el deterioro natural de las fórmulas. Ahora bien, ¿es del todo inevitable? No lo creemos. Y venimos a demostrártelo con toda una pequeña artillería de chiqui-trucos domésticos. ¡Toma nota!
- Mi base de maquillaje está en las últimas.
Ay, cuán puñeteras son las bases cremosas. Es prácticamente imposible terminar con ellas, ¿verdad? Pues no, no lo es. Cuando notes que tu base está en su último aliento, corta el tubo de plástico y rebaña todo el producto que quede. Te sorprenderá lo que puede salir de un tubo que llevas días aplastando y enrollando. A continuación, conserva la fórmula en un envase de plástico tipo los de viaje. Este truco sirve para cualquier producto que venga en tubo de plástico, ¡pasta de dientes incluida!
Si el envase es de cristal, ábrelo y a ‘rascar’. Puedes añadir un poco de crema hidratante si la fórmula se ha deteriorado.
- Máscara de pestañas seca como una mojama.
Ese clásico. ¿A quién no le ha pasado? Devolver la vida a una máscara alelada es muy sencillo, sin embargo. No tienes más que añadir unas gotas de solución salina, o de líquido para las lentillas, si tienes, y ¡listo! El aceite de oliva también puede ser una buena solución, pero tienes que medir muy bien la cantidad para que no se quede excesivamente graso el contenido.
Otra buena idea es sumergir la máscara (cerrada, claro) en un vaso de agua caliente. El calor deshará los grumos y tu fórmula se quedará como nueva.
- Quién me va a curar el labial partío
Muy pocas cosas en materia beauty dan más rabia que esto. Pero no te desesperes: se puede solucionar. Para ello, coloca la punta rota sobre su base. Después, aproxima la llama de una vela con MUCHA sutileza y cuidado. Una vez más, el calor derretirá la fórmula y podrás reconstruir la barra. Después, déjala enfriar en la nevera para que quede mejor. Ten en cuenta que es una solución estilo Frankenstein: siempre tendrás que tratar esa barra con más cuidado que al resto.