Cosmética zero waste para eliminar tanto plástico de nuestras vidas, belleza menos contaminante para salvar el planeta.
El movimiento zero waste está llamado a ser uno de los protagonistas indiscutibles de la próxima década. Una necesaria –aunque quizá tardía- revolución que aboga por conseguir el residuo cero, por vivir sin plástico o al menos reducirlo. Si echas un vistazo a tu cuarto de baño, ¿cual es el contaminante resultado?
Esta corriente imparable se basa en la regla de las 5 erres: rechazar todo embalaje y envase, pero también todo aquello que no necesitamos, cuanto menos se consume, menos se produce y menos se desecha; reducir lo innecesario y tener solo lo que realmente necesitamos; reutilizar los envases y materiales y optar por el consumo de segunda mano; reciclar todo aquello que, aunque se cumplan las primeras tres “r”, deba tirarse, tiene que entrar en el ciclo del reciclaje y rot, es decir, descomponer la materia orgánica para obtener abono natural.
Desde que el plástico se inventó allá por los años 60, se ha convertido en un básico en una constante en nuestra vida, mires donde mires, ahí está el plástico envolviéndolo todo. Y ha sido ahora, cuando el nefasto impacto de su consumo masivo causa verdaderos estragos en el planeta Tierra, cuando las autoridades se están poniendo las pilas y la sociedad está empezando a concienciarse.
Zero waste es un movimiento que abarca todos los aspectos de la vida cotidiana, y por supuesto la cosmética, y que quiere eliminar todo el deshecho, de plástico claro, pero de otros materiales también. Ya son muchas las firmas que se van sumando a esta necesaria conciencia global, o bien reduciendo la cantidad de plástico de los botes en los que envasan sus fórmulas, fabricándolos con plástico reciclado, o directamente eliminándolos por completo. ¿Te unes?
Si hay una firma que lleva años apostando por esto, es Lush. Ahora el formato pastilla empieza a estar de moda, pero la marca inglesa lleva ya más de dos décadas haciéndolo, aunque el germen hay que buscarlo a finales de los años 80, cuando la cofundadora de Lush, Mo Constantine, creó un champú sólido que hoy en día sigue siendo una de las señas de identidad de la firma y que equivale a 3 botellas de champú de 250 ml. Se reduce la cantidad de plástico pero también la huella de carbono al transportar cosmética en formato sólido: según datos facilitados por la propia firma, un camión lleno de pastillas de champú sólido equivale a los mismos lavados que 15 camiones de producto líquido.
Ahora mismo, un 50% de la gama de Lush es libre de envases y en 2018 iniciaron la apertura –ya hay en Milán, Berlín y Mánchester– de tiendas que venden el 100% de sus productos libres de envases.
Las firmas convencionales se han puesto las pilas para reducir tanto envase inútil y contaminante, optando por plásticos aligerados, por fabricar con plástico reciclado, por formatos concentrados que puedan ir en envases más pequeños… Pero las alternativas cosméticas zero waste existen, son cada vez más numerosas y entre ellas también se cuela el sello “made in Spain”.
Es el caso de WaiWai, una firma muy joven creada por dos españoles apasionados del buceo y el surf y asustados ante la cantidad de plástico que va a parar al mar. Por eso decidieron crear una oda al sólido, una marca en la que todo tiene formato pastilla. Jabones, por supuesto, pero también champús, acondicionadores, exfoliantes o limpiadores faciales. También hacen discos exfoliantes reutilizables y cepillos de dientes de bambú.
De Amsterdam llegan los desodorantes Ben&Anna. Veganos y con una fórmula natural sin aluminio, PEG, parabenos ni pfalatos a base de bicarbonato sódico y extracto de raíz de arrurruz o maranta, su envase de cartón sostenible es 100% reciclable. Los encontrarás en siete fragancias distintas –Nordic Timber, Provence, Persian Lime, Vanilla Orchid, Indian Mandarine, Pink Grapefruit y Pure-.
Desodorante Ben&Anna. Precio: 7,99 euros.
Cualquier cosmético tiene alternativa zero waste, solo es cuestión de encontrarlo. La firma franco-alemana Zao ha apostado por el maquillaje. Fórmulas 100% de origen natural enriquecidas con principios activos orgánicos y en un packaging recargable y de bambú. Pero el bambú preside toda la marca y también es ingrediente principal del maquillaje: polvo micronizado de sabia de bambú está en todos los polvos, en la máscara de pestañas, en los correctores o en los brillos de labios; hidrosol de hojas de bambú en la base líquida o el eyeliner, y rizoma macerado de bambú para las bases compactas.
Zao Polvo Compacto. Precio: 18,95 euros (11,90 euros la recarga).
Zao Corrector Stik. Precio: 19,95 euros (14,60 euros la recarga).
Zao Paleta de Sombras. Precio: 59,50 euros.
Zao Barra de Labios. Precio: 17,95 euros (14,60 euros la recarga).