Sí, Javier Fernández se ha quitado las gafas porque se ha operado de la miopía que padecía.
“No veía ni tres en un burro”, dice Javier Fernández, el mejor patinador español de la historia cuando se refiere a su problema visual. “Me podía comer la pista”. Y hasta finales de octubre que se operó de su miopía, utilizaba lentillas aunque no estaba cómodo. ¿Y si me las dejaba o se salían del ojo? Tras mucho pensar porque “yo siempre he querido operarme. De hecho, estando en activo ya me había realizado las pruebas, pero estas se demoraron demasiado y finalmente desistí y decidí posponerlo para más adelante”, se decidió y se presentó ante la prensa sin gafas ni lentillas y con el doctor Fernando Llovet, de la clínica Baviera, a su lado.
El bicampeón mundial de patinaje artístico, al que le diagnosticaron miopía a la temprana edad de 7 años y comenzó a utilizar lentillas a los 14, reconoce que este era el momento perfecto para dejar definitivamente las gafas y lentillas.
Y ahora se ha decidido. “En todo momento me han explicado perfectamente qué iba a pasar y qué me iban a hacer; creo que ha sido lo que me ha decidido a operarme, que es importante y me están demostrando que estoy en buenas manos”.
La operación dura 10 minutos, “en realidad -explica el doctor Fernando Llovet, la operación duró en su caso 17 segundos y todo lo demás es una poner una gotita, preparar…”
“Entras al quirófano sin ver y sales del quirófano viendo, aunque estés con los ojos cerrados pero ves. ¿Cómo puede ser, te preguntas, habiendo estado desde pequeño con gafas? El primer día hay que estar en reposo con los ojos cerrados el mayor tiempo posible y el segundo día, ya es un día normal, abres los ojos y ves”, cuenta Javier Fernández. Y añade: “es más, al día siguiente ya empecé a hacer ejercicio”.
“En el postoperatorio inmediato recomendamos reposo ocular y al día siguiente pueden hacer una vida normal. Sí es cierto que no tenemos una varita mágica. Pero es una cirugía menor, entendiendo que es ambulatoria, la anestesia es local, con sólo una gotas, y la recuperación es inmediata aunque la visión perfecta es imposible tenerla al día siguiente”, explica el doctor Llovet.
La operación se llevó a cabo con un tipo de láser, con la técnica Lasik, “un procedimiento de cirugía láser, una técnica que no es adecuada para todos los pacientes. El láser limita su uso a 9 dioptrías, por lo que un paciente con 14 dioptrías yo no lo voy a operar con láser, pero sí podría valorar otras posibilidades, como una lente intraocular”, prosigue el doctor Llovet.
Con la técnica Lasik el médico levanta una fina capa de tejido corneal semejante a una lentilla. De este modo, deja libre la zona ocular donde va a actuar el láser. Luego, el cirujano aplica el láser sobre la capa intermedia de la córnea para moldearla y corregir el efecto refractario.
Tan sencillo y tan efectivo para muchos pacientes que como Javier Fernández pueden beneficiarse de estas técnicas y olvidarse de las gafas.
Precio: 850 euros por ojo.